“Me da asco, siento mucho asco, mucho coraje. Espero que todas esas personas que creen en él se den cuenta que no es una buena persona, que solamente está por el dinero”, es lo que asegura una mujer que fue miembro de la iglesia La Luz del Mundo, cuyo líder, Naasón Joaquín García, está preso en Estados Unidos acusado de abuso sexual a menores de edad.
Brenda Tolentino y otra mujer que prefiere conservar su nombre en el anonimato, por temor a venganzas de los seguidores de Naasón García, se convirtieron coordinadoras de las protestas en contra del dirigente de La Luz del Mundo, quien afirman, “destruyó su infancia”, obligándolas a casarse siendo menores de edad.
Las dos han salido a dar la cara para pedirle a la corte de Los Ángeles, en donde se revisa el caso, que condenen a Joaquín Naasón, y piden a otros miembros de la congregación que han sido víctimas, que rompan el silencio.
La historia de ambas mujeres es similar: ingresaron a La Luz de Mundo siendo unas niñas, pues sus padres se adhirieron a la dicha Iglesia. También las dos acusan que fueron abusadas sexualmente por un miembro de la congregación sin que recibiera castigo. Padecieron “el control extremo” que ejerce el culto sobre la mayoría de sus miembros y que las “obligaron” a casarse siendo adolescentes porque confesaron que habían tenido relaciones.
“Todas las memorias que tengo de esa iglesia son traumatizantes... Esa iglesia me robó muchas cosas, mi niñez; una persona de esa iglesia me robó mi inocencia y otra persona de ahí me robó más cosas, que fue mi esposo”, dijo la mujer de 35 años a Univision.
Ella abandonó hace 10 años La Luz del Mundo. Cuenta que niña vivió la violencia intrafamiliar en su casa y estuvo bajo la tutela de un padre alcohólico y golpeador, lo que originó que rodará por 20 años en distintos hogares de crianza en donde también era maltratada.
Cuando tenía 10 años, la Luz del Mundo alejó a su padre del alcohol, pero lo que parecía ser una salvación se convirtió en un infierno. Ella asistía a la iglesia a punta de azotes.
La obligaron a cambiar su manera de vestir. Solo podía ponerse faldas largas, blusas de manga larga, velos en la cabeza, tenía prohibido el uso de maquillaje. “Todos los días íbamos” a la iglesia, asegura. “No había otra opción”.
Su padre dejó su adicción a las drogas y al alcohol, sin embargo, las cambió por la enajenación de cumplir con las normas de La Luz del Mundo. Recibió en muchas ocasiones palizas por el hecho de usar unos pantalones o maquillarse. Huyó de su casa a los 14 años, debido al abuso constante.
Un hombre perteneciente a la congregación que lidera Joaquín Naasón Garcia, que le había prometido ayudarla en su difícil situación, terminó violándola en su casa y le pidió que no lo denunciara.
“Ahí se quedó todo, nunca le dije a nadie, porque yo me sentía culpable”, contó.
Luego de este traumático episodio, un año después, se fue a vivir con un joven que conoció y que también era miembro de La Luz del Mundo, al poco tiempo quedó embarazada y el pastor presionó para que se casaran.
"Llegaron tan lejos que me dijeron que el hijo que tenía en mi vientre se iba a ir al infierno. Eso me dio miedo”, recuerda.
Lo que recuerda de su matrimonio son solo historias amargas, “Me pegaba, me ahorcaba, me forzaba a tener relaciones. Yo no quería estar con él”.
A los 20 años fue cuando decidió acabar con el círculo de violencia que vivía desde la infancia y se separó de su maltratador y también de La Luz del Mundo.
Junto con sus tres hijo se alejó de la Iglesia, pero cuenta, que el sentimiento de culpabilidad que le dejó es tan fuerte, que en su cabeza sigue oyendo los sermones que le advierten se irá al infierno, pues según la doctrina de La Luz del Mundo, no existe otra religión más que la de Naasón García.
Brenda Tolentino fue la primera persona que abogó por las presuntas víctimas del líder religioso sin temor a revelar su identidad. Cuando se enteró que había sido arrestado el líder de la Luz del Mundo, le confesó a su madre que un familiar, miembro activo de la Iglesia, había abusado sexualmete de ella cuando era menor de edad.
Durante más de dos décadas guardó el secreto, “Me sentí obligada a platicarlo porque no podía defender a las víctimas sin reconocer lo que me pasó a mí”, dijo en entrevista para el medio estadounidense.
Tolentino se casó a la edad de 15 años obligada por miembros de la congregación, solo porque revelaron que habían tenido relaciones sexuales. Uno de los castigo que les impuso el pastor fue pararse frente a todos los miembros del templo para confesar su “pecado”. Asegura que es la humillación más grande que ha pasado.
“Mi esposo es una buena persona, pero no fue un matrimonio ideal, batallamos. No éramos maduros. Pasamos por etapas difíciles. Uno todavía quiere vivir su juventud”, dice con lágrimas.
Apenas el año pasado tomó la decisión de alejarse de La Luz del Mundo, jamás se quitó el estigma de que hizo algo en contra de los mandatos de Dios.“Te tratan como basura, nunca te lo perdonan”, lamentó.
El vocero de la congregación, Eliezer Gutiérrez, ha rechazado tales declaraciones y dice que la vida conyugal entre sus miembros “se ejerce con libertad".
Tolentino y la otra mujer afirman que también las une el deseo de apoyar a las víctimas de Joaquín García, pues han sido atacadas en las redes sociales y en sermones. La defensa del pastor ha reconocido que ya sabe quién es la principal testigo de la Fiscalía, identificada como ‘Jane Doe 4’. Otras supuestas agraviadas son menores y se cree que algunas siguen yendo a los templos.
“No tienen por qué pasar los traumas que pasamos nosotras”, dice la exmiembro que pide el anonimato. “Esperamos hacer la diferencia en la vida de muchas personas que todavía están pasando por lo que pasamos muchos de nosotros”, dijo esta mujer, quien cree que una de las soluciones es cerrar los templos de La Luz del Mundo. “Hay demasiada gente mala ahí”, asegura.
Los investigadores de este caso describieron en la corte que hay “muchas niñas” que fueron agredidas sexualmente por Joaquín García y sus tres supuestas cómplices. Alegan que en el iPhone del pastor encontraron imágenes de menores desnudas y realizando actos sexuales que aún no denuncian.
Naasón Joaquín García, líder de La Luz del Mundo, una organización de carácter religioso con presencia en 58 países y más de 15.000 templos, fue detenido en Estados Unidos por cargos de trata de personas, pornografía infantil y abuso sexual.
Naasón se convirtió en el líder espiritual de la organización el 8 de diciembre de 2014, día en el que murió su padre, Samuel Joaquín Flores, quien también llegó a ser señalado por temas de abuso sexual.
Un día después de su muerte, la revista Proceso publicó un reportaje especial en el que informó que entre 1997 y 2004 se documentaron varias denuncias en distintos medios de comunicación contra Samuel Joaquín por presuntos actos de índole sexual.
Uno de los testimonios lo hizo Moisés Padilla, un ex integrante de la agrupación, quien en una entrevista para Detrás de la Noticia aseguró haber sido abusado por el entonces líder de la orden.
Desde hace dos décadas, Moisés Padilla fue a una televisora mexicana para denunciar que el entonces líder, Samuel Joaquín, lo agredió sexualmente en 1981 siendo un menor. Unas semanas después lo secuestraron y apuñalaron 57 veces en represalia, le dijo a la prensa.
De acuerdo con su versión, los hechos habrían ocurrido en diciembre de 1981 en el estado de Jalisco, cuando él y Samuel Joaquín viajaban juntos por la carretera para trasladarse a un evento de conmemoración de año nuevo.
Moisés Padilla relató que en un momento del viaje, Samuel Joaquín se le acercó y metió su mano dentro del cierre de su pantalón y comenzó a masturbarlo.
"Yo me sentí confundido por la imagen que siempre tuvimos de él. Como un hombre moral, de buenas costumbres, un hombre que predica el amor de Dios", relató el denunciante durante la transmisión en vivo. "Pero, como siempre en la iglesia nos han dicho que no debemos de juzgar a un varón de Dios, yo decidí callarme".
Moisés relató que tras el acto sexual, que según su versión también incluyó una supuesta felación, cuestionó al responsable de la orden sobre su orientación sexual y sobre el peso ético de lo que acababa de hacer.
"Yo no soy un hombre como cualquiera, yo soy una especie de ángel, lo que debes entender es que los ángeles no tenemos sexo. Podemos disfrutar de una mujer y de un hombre de la misma manera", le contestó Samuel Joaquín, aseguró Moisés en la entrevista.
Semanas después de la denuncia, Padilla fue apuñalado en Guadalajara por un grupo de sujetos que, según constató el diario Los Angeles Times en 1998, estuvieron a punto de dejarlo sin vida.
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