El consumo de fentanilo ya representa un grave problema en el noroeste de México

Un estudio realizado en diciembre de 2019 encontró restos de la droga en 55 de las 59 muestras que fueron tomadas de tres puntos distintos de intercambio de agujas en Tijuana, ciudad fronteriza de Baja California

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El fentanilo, opioide que en los EEUU causó 72,000 muertes en 2018, está entrando peligrosamente al área de consumo del noroeste mexicano.

Un estudio realizado en diciembre de 2019 encontró restos de la droga en 55 de las 59 muestras que fueron tomadas de tres puntos distintos de intercambio de agujas en Tijuana, ciudad fronteriza de Baja California.

Los investigadores, que analizaron casi 90 jeringas y otros utensilios utilizados por consumidores de heroína y cristal metanfetamina, hallaron que cerca del 75 por ciento dieron positivo al opioide sintético.

Lo alarmante de estos resultados es que el fentanilo es una droga que puede ser hasta 50 veces más potente que la heroína, y letal incluso en dosis pequeñas.

“Genera una gran dependencia física, lo que hace que en muy poco tiempo la persona esté incapacitada de suspender su consumo, lo que la lleva a una búsqueda desesperada de la sustancia para poder satisfacer la necesidad que el cuerpo le impone, al mejor estilo de lo que ocurre con la heroína, que también es un opioide”, aclaró a Infobae el médico toxicólogo Carlos Damin.

(Foto: REUTERS/Joshua Lott)
(Foto: REUTERS/Joshua Lott)

Sin embargo, al margen del riesgo que conlleva en materia de salud, el análisis permitió la identificación de tres factores que sirven para entender el ingreso del fentanilo al espectro mexicano del consumo de drogas.

En primer lugar, Tijuana desde hace años está asentada en un importante corredor de contrabando de fentanilo hacia Estados Unidos. El país vecino del norte lleva una década inmerso en una crisis causada por los opioides, la cual ha dejado un dramático incremento de muertes por sobredosis.

Por los puertos de entrada del sur de California pasó más de la mitad de las cerca de 2.500 libras de fentanilo incautadas a nivel nacional en el año fiscal de 2019, según información de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (US Customs and Border Protection, CBP). La cantidad de fentanilo decomisado por los agentes de la CBP de California también aumentó en el último año. Los agentes captaron 1.472 libras del narcótico, un incremento del 32 por ciento en comparación con el 2018.

Asimismo, investigaciones periodísticas han revelado que revelado que los traficantes que logran introducir el fentanilo ilícito a Estados Unidos dejan parte de la droga en Tijuana. La droga también se fabrica en Baja California. En Mexicali, la capital, las autoridades allanaron recientemente un laboratorio de fentanilo manejado por un bioquímico búlgaro.

En segundo lugar, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se ha logrado infiltrar en los puertos de Lázaro Cárdenas y Manzanillo, en el litoral Pacífico, que son identificados como puntos importantes de ingreso del narcótico y los químicos precursores para su fabricación. Casi todo llega ilegalmente desde China.

La ruta del fentanilo de
La ruta del fentanilo de México a Estados Unidos (Mapa: Infobae)

A su llegada a México, el procesamiento y traslado del fentanilo queda a manos de pequeñas agrupaciones criminales, quienes en el trayecto aprovechan para abastecer a los expendedores locales. Los narcóticos se convierten en un “arma para controlar el territorio y establecer una base local de delincuentes de poca monta que se disputan el control de las colonias”, explicó Nathan P. Jones, profesor asistente de estudios de seguridad en la Universidad estatal Sam Houston, de Texas, al sitio de análisis e investigación InSight Crime.

Precisamente, la racha de homicidios en los últimos años en Tijuana se desató por las peleas entre pequeños expendedores por el control de la venta de drogas, en especial del cristal metanfetamina.

En tercer y último lugar, la población de Tijuana siempre se ha caracterizado por problemas de adicción a narcóticos.

Según las estimaciones, Tijuana tiene alrededor de 10,000 habitantes que consumen drogas por vía intravenosa. De hecho, el incremento de las sobredosis entre consumidores de heroína en Tijuana comenzó en 2017, la misma época en que se registró un aumento en los decomisos de fentanilo a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.

Recientemente, el gobierno mexicano lanzó una campaña con la alerta: “el fentanilo mata”.

Aunque los especialistas no creen que el fentanilo se convierta en un problema de magnitud como en Estados Unidos, sí coinciden en que las muertes por sobredosis aumentarán.

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