Los paneles solares llegaron al mundo como una solución sostenible a la generación de energía. A pesar de su costo elevado, las empresas y hogares comenzaron a adaptarlos por los beneficios que otorga: no contamina, es renovable y puede ser implementada en todo el planeta. ¿Sería posible mejorar este invento? Adán Ramírez creyó que sí, al hacerlo aún más sustentable y darle otras funciones positivas como absorción de CO2 y producción de oxígeno.
Por lo que creó GreenFluidics, un panel biotecnológico hecho con microalgas y nanofluidos que además de dichas ventajas, realizan fotosíntesis similar a las plantas, son organismos vivos, absorbe radiación de amplio espectro y su origen orgánico se reintegra a la naturaleza.
Esta idea hizo al joven mexicano de tan solo 23 años ganador del premio Inventor del año 2019 de Innovators Under 35 LATAM de MIT Technology Review, ya que además su producto es rentable y conjuga la naturaleza con la tecnología. Cuenta con un sistema de sensores y software que hace que el panel se actualice de forma constante. Integra machine learning, IoT, además de blockchain.
El camino entre el papel y el negocio
Adán Ramírez Sánches estudiaba biotecnología en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) cuando se dio cuenta de que, a pesar de que había propuestas buenas por parte de universitarios para tener un impacto en la sociedad, la mayoría no pasaba de la investigación al papel.
Por lo que decidió hacer algo distinto y poner sus conocimientos en un proyecto que impactara de manera positiva a su entorno. A la par, se realizaba preguntas sobre cómo en la actualidad aún existen mil millón de personas sin acceso a internet que no tienen energía eléctrica.
Investigó sobre las maneras que estaban desarrollándose para poder llevar este recurso a más sitios, pero se encontró con un problema. “Nos dimos cuenta que incluso las tecnologías actuales no son tan sustentables. ¿Qué va a pasar? Que todo eso que se construye, que se coloca y que se celebra con mucho éxito (celdas fotovoltáicas) , se va a convertir en basura electrónica”, dijo a Infobae México.
Así, él y su equipo comenzaron a buscar alternativas que encontraron inspirados en la naturaleza. Encontraron que la combinación de microalgas y nanopartículas era ideal para crear un producto sustentable desde el inicio. Además, decidieron conectar estos biopaneles a un aplicación en donde las personas puedan saber cuánta energía y oxígeno genera.
Experimentaron y su proyecto funcionó. Lo presentaron en varios concursos en México en donde tenían buenos comentarios, pero a Adán le pareció que al ser aún un proyecto académico no recobrara la importancia merecida.
Hace un año y medio decidieron constituirse como empresa. Al mercado ofrecieron no sólo los beneficios del biopanel por 10 o 12 años, su vida útil. Sino que le imprimieron también una ventaja estética. El diseño es triangular y a través de él atraviesa la luz, por lo que lo que se puede colocar como ventanas o tragaluz.
Aplicar las ideas y convertirlas en soluciones
“Hoy la generación en la que estamos quiere hacer cambios verdaderos con soluciones muy grandes que se piensan desde el primer momento en ser globales. (...) Creo que se deben dar cuenta que las oportunidades ya están. No faltan soluciones, falta apoyo, pero creo que lo que falta más, es tener una visión que nos da la tecnología para llegar a cualquier parte del mundo”, comentó Adán Ramírez.
Él cree que una de las claves de su éxito es buscar apoyo y oportunidades en todo el mundo. Cree que aunque a veces no hay la ayuda necesaria, se debe invertir tiempo y esfuerzo en movilizarse y buscar en otras latitudes.
Además, considera que en la actualidad las ideas deben querer resolver problemáticas del presente, pero también del futuro. Es decir, tomar en cuenta los inconvenientes que se podrían presentar y buscar maneras de enfrentarlos.
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