El Secretario de Relaciones Exteriores (SRE) mexicano, Marcelo Ebrard Causabón, fue testigo de la firma del tratado comercial T-MEC o UMSCA (por sus siglas en inglés) en una ceremonia que se realizó este miércoles con el presidente estadounidense Donald Trump en La Casa Blanca, lo que consideró una nueva etapa de certeza comercial para el país.
“El Presidente Trump firma el T-MEC en este momento. La etapa de incertidumbre para nuestra economía va concluyendo. Una vez que el parlamento canadiense lo apruebe, iniciará nueva etapa para los tres países”, dijo Ebrard en su cuenta de Twitter.
El canciller estuvo acompañado del Subsecretario y negociador comercial para América del Norte, Jesús Seade, y de una comitiva de asesores mexicanos.
De esta manera, Estados Unidos se suma a México, que ya ratificó el tratado en junio de 2019, y solo quedará pendiente la aprobación en Canadá para que el pacto pueda entrar en vigor.
La firma es una ceremonia protocolaria, debido a que el Tratado entrará en operación hasta junio o julio, ya que hay que esperar tres meses posteriores a su ratificación por el Parlamento de Canadá.
En su discurso, Trump aseguró que se están abriendo nuevas plantas e inversiones en los Estados Unidos por millones de dólares, como en la industria automotriz y la textil.
Trump resaltó el hecho de que al día de hoy, se han creado siete millones de nuevos trabajos, por lo que el desempleo se encuentra en su nivel más bajo.
El mandatario estadounidense ha presentado el nuevo tratado como “un nuevo modelo de comercio para el siglo XXI”.
“Estos dos días, estas dos firmas, quedarán por siempre en la historia comercial de nuestras dos grandes naciones. El acuerdo también apoyará su creciente clase de científicos e ingenieros, quienes han sido instrumentales en hacer de México un centro manufacturero de clase mundial”, señaló el secretario estadounidense de Comercio, Wilbur Ross.
En su oportunidad, Robert Lighthizer, el negociador de Estados Unidos agradeció el trabajo del ex secretario de Economía mexicano Ildefonso Guajardo, así como de la nueva titular de esta cartera, Graciela Márquez.
El Comité de Finanzas del Senado de Estados Unidos aprobó con 25 votos a favor y tres en contra el T-MEC, el cual sustituye al Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN) firmado en 1993 por los tres países y que entró en vigor en 1994.
“Este día se llevaba gestando hace años. El presidente Donald Trump ejecutó una actualización del TLCAN. Como resultado, todo el país se verá beneficiado”, señaló Chuck Grassley, el senador republicano del estado de Iowa que preside el Comité.
“Este acuerdo trilateral modernizado abrirá nuevos mercados para los exportadores estadounidenses, creará cientos de miles de nuevos trabajos, hará crecer la economía nacional y protegerá a los trabajadores locales. Espero que el Senado actúe pronto y que la aprobación final esté a la vuelta de la esquina”, declaró.
Aunado a esto, Canadá también tiene que definir la ratificación del acuerdo. México es hasta ahora, el único que ha ratificado en su totalidad el acuerdo trilateral. El Senado mexicano lo aprobó en una sesión extraordinaria con 114 votos a favor y 4 en contra, además de 3 abstenciones.
En qué cedió México para destrabar las negociaciones
México rechazó que inspectores de EEUU revisen el cumplimiento de la ley respectiva, pero a cambio propuso y fue aceptada la creación de paneles arbitrales, es decir, que las partes involucradas llegarán a un acuerdo para resolver el conflicto que pudiera surgir en el momento.
México y EEUU acordaron incorporar productos de acero y aluminio a automóviles y camiones que se exportan con arancel cero.
El presidente de la Federación Estadounidense del Trabajo (AFL-CIO), Richard Trumka, dio su respaldo a tal acuerdo alcanzado.
El país exporta principalmente a Estados Unidos productos como: vehículos, aparatos de grabación y petróleo.
Por ello, México y EEUU acordaron incorporar productos de acero y aluminio a automóviles y camiones que se exportan con arancel cero (cobro de impuesto), entre los países de América del Norte, pero en periodos establecidos.
En el caso del acero, el periodo se estableció de siete años y para el aluminio se fijó en 10 años.
El pasado domingo 8 de diciembre, Marcelo Ebrard dijo que solamente quedaban dos “líneas rojas” en la negociación: el uso generalizado de inspectores y una cláusula automotriz que endurece las reglas de origen para productos de acero y aluminio.
México aceptó que se utilizará acero de la región en producción de autos y camiones nuevos siempre y cuando este requisito comience después del quinto año de la entrada en vigor del T-MEC.
En tanto, el país rechazó la cláusula en relación con el aluminio, ya que carece de la producción de ese metal.
Eduardo Solís, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) afirmó que se encuentra a la espera de que proveedores de acero pacten con sus contrapartes y puedan iniciar con la nueva regla de 70% de contenido regional de Norteamérica.
Se informó que el T-MEC ya contenía fuertes cambios para que los autos hechos en México puedan entrar sin arancel a EEUU y Canadá.
Entre ellos, que 75% de los insumos sean de Norteamérica, que 40% de su costo provenga de plantas que paguen por lo menos 16 dólares la hora y que 70% del acero y aluminio empleado sea de la región.
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