Falta de apoyo, malos tratos y discriminación: las deficiencias de la fiscalía encargada de atender a las víctimas de trata

La trata de personas en México aumentó 37.7% en los primeros ocho meses de 2019 en comparación con el mismo periodo del año anterior

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La trata de personas en México aumentó 37.7% en los primeros ocho meses de 2019 en comparación con el mismo periodo del año anterior.

En esos dos años, la mayoría de las liberadas de trata eran originarias de la Ciudad de México, con 68 casos; el segundo lugar de origen lo tuvo Venezuela, con 30 personas. En tercer lugar estuvieron las personas originarias de Puebla, Estado de México, Honduras y El Salvador, cada uno con ocho casos.

Las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) muestran que tan solo en agosto se registraron 74 víctimas, siete más que en julio. Exceptuando febrero y mayo, el año ha mostrado un aumento en la trata de personas cada mes. De esta manera, en enero hubo 43 víctimas; en febrero 71; abril 44; mayo 40; junio 50 y julio 67.

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Los cinco estados con más casos son Ciudad de México con 152, Chihuahua con 57, Estado de México con 29, Hidalgo con 23, y Nuevo León con 22. Les sigue Guerrero y Puebla.

Aunque la trata de personas se asocia comúnmente con servicios sexuales bajo explotación, la CNDH señaló que hay otra serie de industrias que también se benefician de este delito. La comisión puntualiza que la trata de personas, en más de 45% de los casos, incluye otros crímenes o fines.

El reclutamiento de mano de obra doméstica de países en desarrollo, la pornografía en Internet y los matrimonios acordados entre mujeres de países en desarrollo y nacionales extranjeros son algunos ejemplos de las nuevas formas de explotación real o potencial que son posibles mediante la trata de personas.

El caso de Ericka Hernández: un sistema que no ayuda a los más desprotegidos

En febrero de 2012, Ericka Hernández apareció en los medios de comunicación como una de las jóvenes que habían sido liberadas por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México de una red de trata asentada en la capital.

Aunque su liberación fue publicitada como un golpe al crimen, la joven nunca recibió algún tipo de apoyo para reintegrarse a la sociedad.

Claudia Hernández, su madre, dijo que intentó rescatarla varias veces, sin embargo, admitió que tampoco supo cómo ayudarla. Ericka fue vendida a tratantes de personas al menos 10 veces en 8 años. Sin embargo, en julio de 2018, cuando tenía 23 años, fue hallada muerta en un cuarto cercano a la casa de su progenitora.

En el acta de defunción se asentó que su ocupación fue “situación de calle” y se señaló congestión de vísceras generalizada como causa de muerte.

Su madre relató que cuando Ericka aún era niña, los proxenetas la obligaban, junto con otras menores, a subirse a unos taxis que después las llevaban con clientes que pagaban por tener sexo con ellas. A algunas también las forzaban a trasladar paquetes de cocaína.

A lo largo de su vida se prostituyó en calles de las colonias Doctores y Portales, así como una temporada en la ciudad de Tijuana.

En un anexo de la alcaldía Azcapotzalco, al que ingresó supuestamente para rehabilitarse. Ahí fue violada por los padrinos, quienes también la esclavizaron como servidumbre en casas de Cuernavaca, de acuerdo con lo dicho por su madre y declaraciones asentadas en la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.

Vivió una temporada en las calles de la capital y tuvo dos hijos, sin embargo, al más chico se lo robaron.

En junio de 2019, la Comisión de Derechos Humanos de la ciudad (CDHCDMX) determinó que no hubo violación a los derechos humanos de Ericka al no acreditar que estuvo desprotegida por las autoridades.

Hoy, la Fiscalía Central de Investigación para el Delito de Trata tiene registro de 214 víctimas, sin embargo, al ser cuestionados sobre cuántas personas eran atendidas en los refugios de la institución, respondieron que hasta diciembre de 2019 había sólo dos adultos y 20 menores.

La Fiscalía ha asegurado que una vez que las víctimas de trata recuperan su libertad, “se les da atención integral canalizándolas a instituciones de salud pública y apoyo psicológico, además de emitir las medidas de protección correspondientes”.

Por la falta de atención, Claudia dejó de confiar en las instituciones. Según su madre, un agente del Ministerio Público le dijo una vez que “agarrara una cadena y amarrara a su hija a la cama”.

Me dicen: 'Ay señora, a mi me vale madres si su hija fue víctima de trata. Dé las gracias por que ese señor se tomó la molestia de avisarles dónde estaba el cuerpo”.

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