“El éxito no es hacer bien o muy bien las cosas y tener el reconocimiento de los demás. No es una opinión exterior, es un estado interior. Es la armonía del alma y de sus emociones que necesita del amor, la familia, la amistad, la autenticidad, la integridad", dijo Carlos Slim en Carta a Jóvenes en 1994 para definir al éxito, término que le ha sido atribuido constantemente en sus 80 años de vida.
La palabra, para muchos, define la vida del empresario, quien logró construir un imperio de compañías que lo han mantenido como el hombre más rico de México y como uno de los más acaudalados del mundo. Y que ahora también han posicionado a sus hijos, Carlos, Marco Antonio y Patrick, como poderosos en el sector empresarial mexicano. Esta definición se parece a muchas otras que ha dado el hombre de negocios cuando ha sido cuestionado en medios de comunicación sobre la clave sobre la felicidad.
“El éxito es tener una familia funcional, muy integrada, muy querida (...) puedes tener mucho dinero y ser infeliz”, también ha declarado, ante la insistencia de personas que quieren saber cómo piensa el hombre que, prácticamente desde que nació, ha sabido cómo manejar su dinero para hacerlo crecer.
Cuando era un niño, su padre Carlos Slim Haddad no se conformó con sólo darle “domingos”, como lo hacían algunos otros papás del país. Él le pidió que registrara todos sus ingresos, gastos y movimientos en una libreta para que tuviera una vista clara de la manera en la que manejaba sus ahorros. Todas las semanas se sentaba con él, de manera paciente, revisaba con Slim Helú lo que había realizado.
El niño siguió las enseñanzas de su padre hasta que pronto dejó de depender de él para poner orden a sus finanzas. Sin embargo, la gran figura de su su papá, de origen libanés, siguió siendo un referente en su infancia. Él era el dueño de La Estrella de Oriente, una tienda de abarrotes en la avenida Venustiano Carranza, quien en diez años adquirió un valor superior a los USD 100,000.
Carlos Slim Helú decidió seguir los pasos de comerciante y a los 10 años comenzó a comprar dulces por mayoreo para después venderlos a sus tíos y primos. Pero no se conformó. Dos años más tarde decidió dedicar más de su tiempo a las finanzas y abrió su primer cuenta de cheques, con la que compraba y vendía acciones en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Todo era tranquilo y positivo en la vida del pequeño comerciante, pero a los 13 años un problema impactó en su vida: su padre murió de un problema cardíaco. Esto provocó que su participación en los negocios se acelerara, ya que comenzó a tener un papel protagónico en las ventas de La Estrella de Oriente.
Después, cursó el bachillerato en la Preparatoria Nacional 1 y luego ingresó a la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de México (UNAM), en donde no sólo fue estudiante. Mientras estudiaba la carrera también se desempeñó como profesor de Álgebra y Programación Lineal, puesto que su ya larga trayectoria en los negocios y finanzas, le daban los conocimientos necesarios para dar cátedra.
Apenas y se graduó, continuó con su vida empresarial y expandió sus negocios. En 1965, con apenas 25 años de edad, comenzó a construir lo que después sería Grupo Carso, el gran consorcio que en la actualidad se conforma de Grupo Sanborns, Carso Infraetsructura y Construcción (CICSA), Grupo Condumex, además de Carso Energía. La compañía ahora se encuentra en manos de su hijo Carlos Slim Domit.
Él y sus hermanos fueron fruto del matrimonio de su padre con Soumaya Domit Gemayel, quien sólo tenía 17 años, nueve menos que él. Se casaron en 1966, tres meses antes de que fuera constituida Inmobiliaria Carso. La misa de su boda fue oficiada por el padre Marcial Maciel de los Legionarios de Cristo, quien fue acusado de abusar sexualmente de más de 60 niños.
De regalo de bodas Linda Helú, su madre, le dio un millón de pesos. Pero como era costumbre de Slim, no usó ni un sólo peso en despilfarro, y decidió invertirlo. Compró un terreno en Polanco en la Ciudad de México en donde construyó un edificio de departamentos. Se quedó con uno y rentó los demás.
Quienes conocieron a la pareja han declarado que Carlos Slim sentía un profundo amor y respeto por su esposa. Incluso, decidió conformar el nombre de una de sus empresas más importantes con sus iniciales Car-So, de la combinación de Carlos y Soumaya. Juntos tuvieron a Carlos, Marco Antonio, Patrick, Soumaya, Vanessa y Johanna.
Desde entonces su carrera empresarial fue en ascenso, pero su gran salto a los primeros lugares de riqueza del mundo lo dio en 1982. México atravesaba una crisis económica que paralizó al país, menos a Carlos Slim y Grupo Carso. Como plan para agilizar el mercado, comenzaron a invertir de manera activa y a adquirir empresas que estaban a punto de quebrar, como Cigatam, Hulera del Centenario, Bimez, Reynolds de Aluminio y Seguros de México (después Grupo Financiero Inbursa).
En 1985 también agregó Artes Gráficas Unidas, Fábricas de Papel Loreto, Peña Pobre, Sanborns y su filial Dennys. En 1986 Minera FRISCO, empresas Nacobre y la llantera Euzkadi.
La clave para poder expandir su negocio cuando el resto luchaba por sobrevivir, fue revelado años después: “Sé austero en tiempos prósperos, en tiempos de vacas gordas, eso acelerará el desarrollo corporativo y evitará los cambios drásticos en tiempos de crisis”, dijo.
Esas enseñanzas se las intentaba transmitir a sus hijos. En la década en la que adquirió la mayoría de las compañías, todas las semanas reunía a sus hijos varones en el salón de la casa familiar y les daba lecciones.
Les presentaba una lista con ejemplos de cómo una aseguradora vendía a precios más bajos que una empresa del mismo rubro en Estados Unidos, o comparaba la devaluación de negocios mexicanos contra los europeos. “Fue hace mucho tiempo, pero recuerdo muy bien cómo nos enseñaba desde chicos esas cosas”, declaró Patrick Slim, su hijo menor, a Expansión en el 2017.
En 1990 el gobierno de México, dirigido por Carlos Salinas de Gortari, decidió que la red pública telefónica debía expandirse y modernizarse, por lo que la privatizó. Grupo Carso adquirió 71% de las acciones por USD 1,757,000,000 creando así Teléfonos de México (TEMLEX), que más tarde pasó a ser parte de América Móvil.
Sus negocios continuaron expandiéndose, así como su poder, lo que lo ha mantenido cerca de la esfera política mexicana, aunque nunca se ha desempeñado en ella de manera directa.
También su fortuna creció. En 1992 entró a la lista de la revista Forbes como uno de los nombres más ricos del mundo con un capital de USD 2,100,000,000. En marzo del 2010 llegó a ocupar el primer lugar, hasta que fue desbancado por el dueño de Microsoft, Bill Gates, en 2013.
En 2017 salió del top 5, dentro del que había permanecido en los últimos 12 años. Este 2019 volvió al quinto lugar al acumular una fortuna de USD 64,000,000,000.
Sin embargo, poco a poco ha dejado la presidencia de sus compañías. Actualmente se hace cargo del Consejo de Administración de Impulsora del Desarrollo y el Empleo en América Latina, S.A. de C.V. (IDEAL), Presidente de Fundación Telmex, A.C., Presidente de Fundación Carlos Slim, Presidente del Comité Ejecutivo del Consejo Consultivo de Restauración del Centro Histórico, así como Presidente de la Fundación del Centro Histórico, A.C., se indica en su página web personal.
“El Ing. Slim continúa en la actividad empresarial aunque su esfuerzo y trabajo principal se encuentran enfocados en la educación, la salud y el empleo en México y en el resto de América Latina, a través de las Fundaciones que preside y de las empresas relacionadas en el ramo de la infraestructura, por lo que sus tres hijos varones: Carlos, Marco Antonio y Patrick Slim Domit, han tomado las riendas de sus negocios”, se menciona.
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