La vida de la ex secretaria de Estado, Rosario Robles, cambió radicalmente a partir de agosto del 2019, cuando fue vinculada a proceso por efectuar el ejercicio indebido del servicio público, tanto en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), como en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
Al tratarse de casos “agraviados”, el juez Jesús Delgadillo Padierna le impuso la medida de prisión preventiva porque el domicilio asentado por Robles no coincidía con el de una licencia que había presentado en el Ministerio Público, y esto abría la posibilidad de una fuga, por lo que durante su juicio debe permanecer en el penal de Santa Martha Acatitla.
Este hecho también marcó un precedente en la historia política mexicana, porque por primera vez, un secretario de Estado permanece en un penal por el desvío de 5,000,000 de pesos, que realizó durante el mandato del ex presidente Enrique Peña Nieto.
La poderosa mujer de EPN
Su nombre completo es María del Rosario Robles Berlanga. Estudió la licenciatura de Economía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y tiene una maestría en Desarrollo Rural en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Su carrera política la inició en la dirigencia femenil del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM), formó parte del Comité Ejecutivo del mismo sindicato (1988- 1993).
Asimismo, fue fundadora del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en 1989, donde posteriormente ocupó diversos cargos como: consejera nacional, secretaria de Movimientos Sociales del CEN y secretaria de Organización.
También se desempeñó como diputada federal en la LVI Legislatura donde presidió la Comisión de Desarrollo Social y participó en la Comisión Permanente del Congreso de mayo a agosto de 1997, durante el proceso electoral federal.
En la administración de Cuauhtémoc Cárdenas, quien se desempeñó como jefe de Gobierno, Rosario Robles fue secretaria de Gobierno de 1997 a 1999.
Posteriormente, el 29 de septiembre de 1999 rindió protesta como jefa de Gobierno, ante el pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), en sustitución de Cárdenas, donde desempeñó el cargo hasta el 4 de diciembre del 2000.
De 2002 a 2003, fue presidenta Nacional del PRD; pero en 2004, presentó su renuncia a dicho partido.
A partir de entonces su vida personal y política estuvo involucrada en diversos escándalos mediáticos. Cuando era jefa de Gobierno, Rosario Robles conoció al empresario Carlos Ahumada, quien estaba en contra del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Ahumada y Robles mantuvieron una relación amorosa. Sin embargo, Ahumada fue encarcelado, al ser difundidos por televisión algunos videos, donde se mostraba cómo eran sobornados diversos miembros del gabinete de Obrador. Al ser encarcelado, Robles visitaba al empresario argentino en el reclusorio.
Por esta circunstancia, Rosario Robles rompió vínculos totales con la izquierda mexicana. Su regreso a la política fue en 2012, cuando se unió a la campaña de Enrique Peña Nieto para la Presidencia de México, donde se desempeñó como titular de la Sedesol.
En dicha administración, se le adjudica el desvío de por los menos mil 787 millones de pesos en 2015. La Auditoría Superior de la Federación detectó que durante su gestión, la funcionaria tejió una red de “simulación de servicios”, en complicidad con varias universidades locales para desviar fondos que iban a diversos programas sociales, este hecho fue conocido como “La estafa maestra”.
En la audiencia inicial que efectuó el 8 de agosto, la Fiscalía General de la República (FGR), dijo que no solicitaría ninguna medida cautelar para obligar a Robles a comparecer en la audiencia de vinculación el 12 de agosto.
El 9 de agosto, los dos exfuncionarios federales de la Sedesol y Sedatu, que acusaron a Rosario Robles de irregularidades por más de 5 mil mdp fueron José Antolino Orozco Martínez y María del Carmen Gutiérrez Medina, que, de acuerdo con la FGR, informaron de manera verbal y escrita a Rosario Robles de las presuntas irregularidades cometidas, desde 2015, en ambas dependencias a través de “La estafa maestra”.
El 13 de agosto de 2019, Robles Berlanga fue vinculada a proceso por el ejercicio indebido del servicio público y se le dictó prisión preventiva justificada, por: su falta de arraigo en la Ciudad de México, por mentir acerca de su domicilio y por tanto existía el riesgo de que se fugara. Desde ese día permanecería en prisión.
El 12 de septiembre, un juez se negó a frenar el proceso penal que enfrenta la ex funcionaria, por lo que fue notificada que permanecería en el penal de Santa Martha Acatitla.
El 29 de octubre la defensa de Robles Berlanga volvió a impugnar ante un tribunal colegiado la vinculación a proceso que le impuso la prisión preventiva oficiosa. Asimismo, se filtró la videograbación de la audiencia en la que se le dictó por primera vez esta medida cautelar.
El 3 de diciembre, la Sección Instructora de la Cámara de Diputados notificó formalmente a Rosario Robles sobre el inicio de un procedimiento de juicio político en su contra. Con dicha notificación, la denunciada contaba con un plazo de siete días para comparecer, ya sea de forma personal o mediante escrito en diciembre.
Sin embargo, el 12 de diciembre, el Noveno Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito negó a Rosario Robles, la suspensión definitiva contra vinculación a proceso, debido a que no se solicitaron los requisitos previstos en la ley para la concesión de dicha medida cautelar.
La ex funcionaria pasó la Navidad en prisión. La próxima audiencia se realizaría en enero del 2020.
El jueves 16 de enero, la ex secretaria de Estado impugnó el fallo de un juez federal quien rechazó el juicio de amparo que interpuso contra el juicio político que inició la Cámara de Diputados, en noviembre del año pasado.
El Juzgado Primero de Distrito en materia Administrativa, con sede en la Ciudad de México, desechó la demanda de garantías de la ex funcionaria. Desde entonces permanece en el penal de Santa Martha Acatitla.
El periodista Héctor de Mauleón reveló esta semana que después de tres intentos logró entrevistar en el penal a Rosario Robles, a quien describió con siete kilos menos de peso, y quien le confesó que durante su estancia en la cárcel se la pasa leyendo libros de meditación y se ejercita en su celda con pesas improvisadas con garrafones Bonafont.
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