A sus 86 años, el veterano político Porfirio Muñoz Ledo, diputado del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha encendido la polémica esta semana al colocarse como el crítico más incómodo del Gobierno mexicano con el delicado tema migratorio.
La llegada a la frontera sur de México de una nueva caravana de migrantes centroamericanos, la primera de 2020, y la posterior actuación de los agentes de la Guardia Nacional para contener su ingreso ha sido abiertamente denunciada por Muñoz Ledo.
"Nuestro gobierno tiene la obligación de permitir el paso de los migrantes por el territorio nacional; así lo marca el Artículo 11 de la Constitución y el Acuerdo Migratorio de Marrakech del cual México fue activo promotor y que establece la migración ordenada, segura y regular", apuntó Muñoz Ledo en Twitter.
El pasado lunes entre 500 y 1,000 migrantes cruzaron el río Suchiate, junto al puente Rodolfo Robles que divide a Guatemala de México, donde miembros de la Guardia Nacional mexicana detuvieron a 402 centroamericanos en algunos casos mediante el uso de la fuerza.
"La salvaje agresión cometida por la Guardia Nacional contra refugiados hondureños y la aprehensión de más de 400, es una violación al Artículo 11 de la Constitución y de los tratados internacionales que hemos suscrito. Ese vandalismo configura varios delitos que deben ser perseguidos", criticó Muñoz Ledo.
El miércoles el veterano político, considerado un firme aliado de López Obrador, colgó un vídeo y una fotografía mostrando la excesiva actuación de la Guardia Nacional en la contención de migrantes.
Ese mismo día, su propio partido, Morena, le impidió intervenir en el pleno de la Comisión Permanente del Congreso para mostrar otro vídeo con las acciones de fuerza contra los migrantes.
Muñoz Ledo pretendía intervenir durante la comparecencia de la titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra, para exponer el problema en Tapachula, Chiapas, pero no pudo hacerlo.
Entonces acusó de censura a sus compañeros de partido, quienes le impidieron hacer uso de la palabra.
El diputado calificó de "muy doloroso" ese actuar y dijo a los medios que "hubo miedo a la verdad", además de señalar que la detención de los centroamericanos había sido "una golpiza monumental", en la que "arrollaron a niños".
Posteriormente, en declaraciones al periódico El Universal dijo "Morena se sale de mi corazón, de mi ilusión y eso me da una pena inmensa".
Regresó a la carga el jueves, al escribir: "La Guardia Nacional reincidió en la agresión de migrantes centroamericanos. Parece ser una actitud sistemática o una política de Estado contraria a los más elementales Derechos Humanos. Quienes lo ordenaron deberán responder ante el Congreso".
Además dijo que pediría una audiencia con el presidente López Obrador, quien este viernes dijo que si existe una política de Estado pero "para que se cumpla con las leyes, para que haya Estado de derecho".
El mandatario calificó a Muñoz Ledo como "un dirigente excepcional, un hombre de lucha" a quien le dijo que "la libertad no se implora, la libertad se conquista" y que se reuniría con él "en su momento, cuando yo pueda".
Este viernes Muñoz Ledo agradeció las respuestas de la sociedad por su posición en la cuestión migratoria y dijo que "las autoridades mexicanas deben proteger a los refugiados y expulsarlos, como se ha hecho en estos días, es contrario a la Ley".
Además, emplazó a Secretaría de Gobernación "para que deje de criminalizar a nuestros hermanos provenientes del sur y reconozca la jurisdicción de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar). Basta de engaños y dobles lenguajes".
Desde mediados de enero, miles de centroamericanos iniciaron una caravana para llegar hacia Estados Unidos, y llegaron a la frontera entre Guatemala y México días después.
El pasado fin de semana, al menos mil personas entraron regularmente en el país y fueron llevadas a estaciones migratorias, y si bien se estaría evaluando su condición de asilo o la oferta de trajo, las autoridades migratorias reconocieron que la mayoría serán deportados.
El jueves, el Instituto Nacional de Migración (INM) de México informó que se detuvo a 800 migrantes centroamericanos que ingresaron ese día de manera irregular a través del río Suchiate, frontera sur del país que divide a Guatemala del suroriental estado mexicano de Chiapas.
EFE
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