El 2019 fue para varios grupos criminales un año de expansión en Latinoamérica. Muchos de ellos ampliaron su territorio, fortalecieron sus economías criminales o consolidaron su base de poder en territorios como México, El Salvador, Colombia y Brasil. Se trata de 10 grupos criminales focalizados en alguno de estos cuatro países, de los cuales, tres están en territorio azteca.
Se trata del cártel de Sinaloa, Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el cártel del Golfo. De acuerdo con investigaciones realizadas por Insight Crime, estas tres células del narcotráfico ampliaron su poderío. En el caso de la organización que encabezó por décadas Joaquín “El Chapo” Guzmán, la fundación detalla que se trata de una agrupación que ha resistido a la tentación en la que han caído otros carteles mexicanos de entrar en la extorsión, el secuestro y el tráfico de personas, para concentrarse en su gran nicho: el narcotráfico.
Gracias a esto y a que, al contrario de otros grupos rivales como CJNG y Los Zetas el cártel de Sinaloa ha preferido usar dinero como forma de control y no la violencia, es que se mantienen fuertes. A ello se suman las alianzas criminales estratégicas, que de acuerdo con Insight Crime han sido clave para la supervivencia y fortalecimiento de las organizaciones criminales.
Los estudios señalan que esta organización criminal opera en 54 países a lo largo de los 5 continentes. Rodney Benson, jefe de inteligencia de la Agencia para el Control de Drogas (DEA), dijo en comparecencia ante el Congreso de Estados Unidos en 2016 que, a pesar de no tener el liderazgo de “El Chapo”, el cártel de Sinaloa es, entre todos los cárteles mexicanos, el que tiene "el más amplio alcance y extensión en Europa, Asia, Australia y el resto del mundo”. Además, opera como un consorcio de empresas donde Joaquín Guzmán Loera no controlaba la organización de forma exclusiva desde hace 17 años justamente por ser uno de los criminales más buscados.
Todas estas características han posicionado al grupo criminal como el tercero más poderoso en 2019, solo por encima del Ejército de Liberación Nacional (ELN), ubicado en Colombia; y el Primer Comando de la Capital (PCC), de Brasil.
En cuarto lugar se ubica Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), grupo criminal que surgió como resultado de una serie de muertes, capturas y luchas con otros antiguos cárteles. Es conocido por el extremo uso de la violencia y por sus continuas alianzas. A pesar de la captura de algunos de sus principales cabecillas, el grupo parece continuar en expansión y es uno de los más dominantes del país.
Parte de este control se debe al uso indiscriminado de la violencia como medio de disuasión. Su reputación de violencia indiscriminada y brutal le ha otorgado credibilidad en el mundo criminal, pero también lo ha vuelto un objetivo prioritario para las autoridades.
A este escenario se suma la posibilidad de expansión del cártel. Desde hace tiempo el CJNG tiene en la mira el Caribe mexicano. Y es que hacerse del control de Chetumal sería el mayor triunfo para ellos, pues no sólo beneficiaría las operaciones de lavado de activos sino que les permitiría adquirir los químicos que necesitan para seguir produciendo drogas sintéticas en un momento en que la demanda de heroína está disminuyendo. Al respecto, Insight Crime destaca que este cártel es uno de los proveedores más importantes de fentanilo.
Por su parte, el Cártel del Golfo se posicionó en el noveno puesto. Este ha sido uno de los grupos criminales más antiguos y poderosos de México, sin embargo, “en los últimos años ha perdido territorio e influencia debido a varias batallas contra sus rivales, incluyendo a Los Zetas, su antigua ala militar. En su apogeo, su líder Osiel Cárdenas Guillén era considerado el capo más poderoso del país, y su brazo armado, Los Zetas, la pandilla más temida”. Así lo resalta Insight Crime.
Pese a estas condiciones, la organización aún goza del control indisputado sobre un punto clave para el ingreso marítimo de drogas ilegales, y un cruce fronterizo fácil con mínima presencia de fuerza: se trata de Playa Bagdad, un istmo que se extiende por el litoral del estado de Tamaulipas.
El modus operandi del cártel ha sido descrito por agentes de la DEA como el de “un ejército de hormigas", pues pasan por donde encuentran menos resistencia. Además, se sigue concentrando en sus zonas de influencia en el Este de México y aunque ha sufrido fragmentaciones, sus rivales en Tamaulipas aún no cuentan con la capacidad para desafiarlos en su territorio.
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