El gobierno mexicano sabía desde hace cuatro años que la venta del avión presidencial era inviable

El ex presidente Enrique Peña Nieto ordenó un estudio de factibilidad de reventa del avión ensamblado en 2009

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(Foto: Cortesía Presidencia)
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El gobierno mexicano tenía conocimiento de que la compraventa del avión presidencial “José María Morelos y Pavón” modelo Boeing 787-8 Dreamliner representaría una pérdida de 137 millones de dólares sobre el precio original por el que se compró la aeronave durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.

El ex presidente Enrique Peña Nieto ordenó al Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) que realizara un estudio de factibilidad de venta de la aeronave ensamblada en 2009. El estudio reveló que por las condiciones del mercado y el contexto social existía un riesgo importante de que el avión no se pudiera vender y hubiera pérdida monetaria, informó el periódico El Universal.

La investigación la llevó a cabo la firma Ascend Flightglobal Consultancy y fue entregada el 15 de diciembre de 2015. El informe advertía también que, de venderse la aeronave en el mercado privado, en dos años su valor de compra llegaría a los 65.9 millones y posteriormente hasta los 76.26 millones de dólares.

La venta representaba un negocio poco fructífero, puesto que el costo cada año aumentaría. El reporte consideró también las valuaciones futuras en el mercado. Si en 2016 el costo eran 90.44 millones de dólares, al siguiente año este precio disminuía 129.76 millones dejando el precio en 88.9 millones de dólares. Así sería sucesivamente hasta que en 2019 el costo estuviera en 81.6 millones de dólares, lo que representa 137.06 millones menos que cuando fue adquirido. El costo original de la aeronave fue de 2,952.4 millones considerando el pago que se realizó por ingeniería, instalación de sistemas, adecuaciones de estructura, equipamiento de cabina, certificaciones y paquete de refacciones.

(Foto: Cortesía Presidencia)
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Expertos señalaron en el 2018, que el aparato se depreciaba entre 5 y 8 por ciento, lo que significaba que era inviable vender un avión cuyo costo tendría que pactarse por el 30 por ciento de su precio original. Además, señalaron que la venta no era financiera ni operativamente conveniente.

El reporte ponía énfasis al decir que de venderse a una compañía aérea “implica un valor pronosticado de pérdida con respecto al valor de adquisición en 2012”.

Dicho informe advertía los inconvenientes de la venta casi cuatro años antes de que el ahora presidente de México explicitó sus intenciones de vender el avión. Aún cuando esta valuación salió a la luz el pasado enero de 2016, la administración actual ha insistido en sus intenciones de poner el avión en el mercado.

Otro aspecto relevante es que Banobras firmó un contrato de arrendamiento financiero con el gobierno que establecía que después de 15 años, la aeronave formaría parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

No se puede vender

Las múltiples trabas que presentó el informe para la compra venta del avión consideraron también que la aeronave fue de los primeros modelos de esa línea de producción, lo que significa que tiene un mercado más limitado, sobre todo porque es poco probable que las aerolíneas estén interesadas en agregar a sus filas un modelo atípico.

(Foto: Cortesía Presidencia)
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Además la configuración interior del avión es un factor importante puesto que al estar personalizada “se requerirá un descuento por el costo de readaptación o un reemplazo total.

Estableció también la necesidad de considerar el costo de entre 10 y 15 millones por instalar un interior típico de aerolínea comercial. Por otra parte, influye fuertemente que las aerolíneas tienden a comprar sus aviones por flotilla, por lo que un solo avión puede “tener un valor de mercado significativamente menor a los precios en lista”.

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