La masacre que provocó que armaran a los niños en Chilapa

La gota que derramó el vaso fue el asesinato de diez músicos indígenas el viernes 17 de enero. Aquello dejó ocho viudas y 23 huérfanos. La mayoría de ellos son los mismos niños que ayer empuñaron los fusiles para defender a sus familias

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Presentan a niños comunitarios en Chilapa, Guerrero (Foto: Cuartoscuro)
Presentan a niños comunitarios en Chilapa, Guerrero (Foto: Cuartoscuro)

Este miércoles se difundieron imágenes y videos que mostraron a niños indígenas de entre 6 y 15 años empuñando rifles de asalto. La mayoría de ellos son huérfanos de la violencia, y acaban de ser presentados como nuevos integrantes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF) de Chilapa, en el estado de Guerrero.

En concreto, se trata de un aviso puntual al presidente López Obrador. De un mensaje desesperado que surge a raíz de la falta de apoyo del gobierno federal y estatal ante la demanda de seguridad de los pueblos de aquella región, que ya es considerada como una de las más peligrosas del país, gracias a las reiteradas disputas entre dos grupos del crimen organizado: Los Rojos y Los Ardillos.

La gota que derramó el vaso fue el asesinato de diez músicos indígenas el viernes 17 de enero. Aquello dejó ocho viudas y 23 huérfanos. La mayoría de ellos son los mismos niños que ayer empuñaron los fusiles para defender a sus familias.

Presentan a niños comunitarios en Chilapa, Guerrero (Foto: Cuartoscuro)
Presentan a niños comunitarios en Chilapa, Guerrero (Foto: Cuartoscuro)

Todo comenzó con una llamada al 911. La voz al otro lado del teléfono reportaba un vehículo incendiado en un camino rural de Chilapa de Álvarez. La policía ministerial, el Ejército y la Guardia Nacional se trasladaron al lugar: una brecha del camino Mexcalzingo-Tlayelpa, en donde encontraron no una, sino dos camionetas incendiadas.

Una de ellas atravesaba el camino y estaba completamente calcinada. La otra fue encontrada en el fondo de un barranca de cien metros de profundidad. Dentro de cada una había cinco cadáveres. La mitad habían quedado completamente irreconocibles. Los cinco cuerpos que viajaban en la camioneta desbarrancada quedaron esparcidos en el trayecto hacia el fondo. Llevó un día entero rescatarlos a todos.

De acuerdo con David Sánchez Luna, representante de las CRAC-PF, los músicos volvían de tocar en una fiesta en Tlayelpa cuando fueron interceptados por sicarios de Los Ardillos.

La gota que derramó el vaso fue el asesinato de diez músicos indígenas el viernes 17 de enero. Aquello dejó ocho viudas y 23 huérfanos. La mayoría de ellos son los mismos niños que ayer empuñaron los fusiles para defender a sus familias

El coordinador aseguró ante los medios locales que la movilización de estos niños tiene como objetivo solicitar la presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador en las comunidades del estado para que atienda sus exigencias. “Esperamos al presidente en la comunidad para desbloquear esta carretera de Chilapa-José Joaquín de Herrera, queremos que atienda nuestras demandas”, dijo Sánchez.

También informó que las autoridades de los 16 pueblos acordaron no retirar el bloqueo hasta que se presente el mandatario y el gobernador Héctor Astudillo Flores, y resuelvan las 29 demandas que los pueblos están planteando desde agosto de 2019. Sumado a ello, esperan que el tabasqueño se reúna con las 24 viudas y los 66 niños que quedaron huérfanos como resultado de los múltiples asesinatos en las localidad durante el último año.

Cabe destacar que esta no es la primera vez que ocurre un despliegue de esta naturaleza. En mayo de 2019 los niños marcharon por las calles de los poblados de Ayahualtempa y Alcozacán como parte de su presentación oficial ante la comunidad. En esta ocasión, casi 2,000 personas participaron en la marcha.

El origen del problema

En el asesinato de 10 músicos indígenas de Chilapa se intentó simular un accidente (Foto: Twitter/franciscodgomex)
En el asesinato de 10 músicos indígenas de Chilapa se intentó simular un accidente (Foto: Twitter/franciscodgomex)

Nadie imaginó que el asesinato de Arturo Beltrán Leyva, abatido el 16 de diciembre de 2009 en Cuernavaca, fuera desatar la violencia que actualmente se vive en Chilapa.

El capo controlaba el corredor México-Acapulco, pero su muerte dejó un vacío que tanto los Rojos como los Ardillos intentaron llenar a costa de disputas violentas. De ese choque viene la estela sangrienta de emboscadas, desapariciones, balaceras y éxodos masivos. El objetivo de cada grupo era el control de los sembradíos de amapola de la región.

Desde entonces, Chilapa se ha convertido en uno de los lugares más peligrosos del país: 136 homicidios por cada cien mil habitantes.

Los reclamos buscan que el mandatario haga una pausa en la persecución de migrantes -probable estrategia para complacer a Donald Trump-, y centre sus esfuerzos en aquel poblado de Guerrero, donde sus habitantes ironizan con la siguiente consigna: “Aquí hay balazos, no abrazos”.

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