¿Cuántas posibilidades existe de construir objetos distintos el tener seis bloques o bricks de Lego? Quizá no lo imagines, pero son aproximadamente 915 millones de posibilidades. Con 4,000 piezas es posible armar una prótesis, por ejemplo.
David Aguilar a sus cinco años recibió lo que denominó el mejor regalo de navidad: un set de Lego para construir un barco. “Ese set me alucinó y esa noche pasé la noche armándolo”, recordó.
Conforme fue creciendo descubrió la posibilidad de edificar otros objetos, además construía lo que miraba en los videojuegos. En su infancia era un constante crear, imaginar, construir e intentar. Él fue ganando destreza para armar este tipo de juguetes.
-¿Cómo será una prótesis de Lego?, cuestionó David a su papá, Ferrán Aguilar.
La respuesta que recibió fue que no existía, que costaría mucho trabajo. “La respuesta me animó a luchar contra él”, contó el originario de Andorra.
La inquietud comenzó porque David nació con la enfermedad congénita conocida como Síndrome de Poland, lo cual impidió que desarrollara su músculo pectoral y antebrazo derecho.
A los 9 años eso le significó un reto, con las piezas del helicóptero comenzó construir eso que tenía en mente y concretó lo que sería su primera prótesis.
Ese primer prototipo lo desmontó, porque estaba acostumbrado a armar un objeto, después construir otro, podría ser un coche, avión o cualquier otra cosas que le pasara por la mente.
“Era muy simple. Una especie de caja que se ponía en el brazo, como un guante, el cual podía acceder, con una pequeña puerta y había dos pinzas de los Lego Bionicle”, explicó David. Para dicho prototipo se ayudó de alambre y la cinta de un llavero que se colocaba en el cuello para sostenerla. Lo cual le permitió sostener objetos ligeros.
Su segunda prótesis la creo con 18 años, con Lego Technic. Les mostró a sus papás como podía flexionar el brazo y agarrar un vaso. Describió que el sentimiento de tener su brazo fue genial, “hice como un fortachón de lucha libre”.
Ferrán mostró el logro de su hijo y la empresa danesa le contestó con una carta en la que reconocieron lo hecho por David, por lo que hizo con los famosos bloques, porque nadie lo había hecho nunca, por lo que su nombre está en el libro de récord Guinness.
La segunda, la hizo con un avión, añadió una batería y un motor. Sus creaciones cada vez fueron más ordenadas, estéticas y funcionales. “He intentado mejorar los problemas que se me han presentado, a medida que hago más modelos de prótesis”, comentó el estudiante de Bioingenería.
La MK4, añadió David Aguilar, tiene una forma más similar a la mano y es más natural, la otras son funcionales, ésta es para mostrar que se podía hacer los dedos y que pueden funcionar. El set que ocupó para construirla tenía 4,000 piezas.
El siguiente modelo que creo fue la MK5, que modeló con ayuda de una computadora. Construirá otra que no tenga motor y sea mecánica.
“Las siguientes puede que la publique gratuitamente, pero intentaré que sean fáciles de construir y que la gente entienda cómo se hace una prótesis con lego”, enfatizó.
En internet compartirá la forma de elaborar la MK5 y el MKYou será modular, o el usuario lo adaptará según sus necesidades.
David Aguilar finalizó: “Con un juguete tan simple se puede hacer cosas enormes y la lección que les digo: si algo les parece imposible, luchen contra ello”.
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