El inicio de este 2020 ha sido particularmente violento en el estado de Guerrero, donde el pasado 18 de enero fueron asesinados diez músicos.
Los hechos ocurrieron en el poblado de Alcozacán, en el municipio de Chilapa de Álvarez, cuando diez integrantes del grupo musical “Sensación” regresaban de prestar sus servicios al conjunto “Conquistador”, al que le hacía falta equipo para una presentación.
Justo en la carretera Mexcalzingo-Tlayelpan, los músicos fueron emboscados en un retén de la policía comunitaria “Por la Paz y la Justicia”, presuntamente relacionada con el grupo criminal Los Ardillos.
Al ver el retén, las víctimas aceleraron, pero uno de los camiones en los que viajaban fue alcanzado por granadas, muriendo quemados cinco hombres. Los otros integrantes que viajaban en otro vehículo, fueron degollados y su camión fue lanzado a un barranco.
Las personas decapitadas fueron identificados como los hermanos José y Candido Fiscaleño, Crescenciano Migueleño, Marcos Fiscaleño y Antonio Mendoza. Sus cuerpos fueron entregados el domingo para realizar los funerales.
En tanto, los cadáveres de Israel Tolentino, Israel Mendoza, Florentino Linares, Juan Joaquín Ahejote y Regino Fiscaleño no han sido entregados, debido a que quedaron irreconocibles por el nivel de calcinación que sufrieron.
Desde los hechos, el tramo carretero Chilapa-Alcozacán está bloqueado por los pobladores en exigencia que los cuerpos sean llevados a su región de origen, ya que los deudos no cuentan con los ingresos.
La agresión dejó a ocho mujeres viudas y 23 menores sin padres. También, historias devastadoras como la de Israel Mendonza, de 15 años, quien estudiaba el tercer grado de secundaria y tocaba la batería. Era hijo único de la dueña del grupo “Sensación”y asistió al evento para supervisar el cuidado del equipo.
Israel Tolentino, de 24, llevaba años viviendo en Cuernavaca; sin embargo, regresó al pueblo de Chilapa el 3 de enero porque lo nombraron policía comunitario por un año. Al terminar el periodo, regresaría otra vez a Morelos.
El joven se alquiló como chófer de una de las dos camionetas de los músicos con la intención de obtener ingresos.
De los dos niños que dejó en la orfandad, el más pequeño, de cuatro meses de nacido, todavía no tenía un nombre y sólo se refería a él como “gordito”.
Cándido Fiscaleño, de 20, tenía una hija con su esposa, Aurelia, de 16 años.
José Julio Fiscaleño, de 37, y una niña de tres. Regino Fiscaleño, de 27, no estaba casado ni tenía hijos.
José Marcos Baltasar, de 36, dejó con su muerte a seis niños en la orfandad, todos ellos acompañaron a la viuda durante la protesta que se realizó en la carretera.
Crescenciano Huapango Migueleño, era conductor de una unidad del grupo, tenía dos hijos y su joven esposa está embarazada a pocas semanas del parto.
El grupo criminal Los Ardillos fue fundado por el fallecido Celso Ortega Rosas, alias “La Ardilla”, quien se dedicó sobre todo al secuestro y la extorsión. Según el modus operandi detectado de la organización, Ortega entregaba un ultimátum de 24 horas para que sus víctimas salieran del inmueble que habitaban. Una vez que se iban, los delincuentes los ocupaban.
Los Ardillos han operado en Guerrero con total impunidad, debido a que en esa zona el grupo político en cuestión los apoya.
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