“La Catrina” levantó su mano ensangrentada hacia el soldado que filmaba sus últimos momentos: la misma mujer que aparecía en una foto en pose glamourosa sosteniendo una arma chapada en oro había recibido un disparo en el cuello durante un violento enfrentamiento entre narcos y el ejército mexicano.
“Tranquila mija, ya viene el helicóptero por ti, ya viene el helicóptero, tranquila, tranquila, vas a estar bien, trata de aguantar...”, le dice un hombre a María Guadalupe, de 21 años.
La joven de 21 años murió en un hospital a consecuencia de un shock hipovolémico, por un impacto de bala en el cuello, según los reportes.
De acuerdo con la versión oficial, la mujer se encontraba en una casa de seguridad que la Guardia Nacional se disponía a desmantelar, luego de una llamada anónima que los delató.
La Policía de Michoacán informó que ‘La Catrina’ y otros sicarios abrieron fuego contra los agentes desde el interior de una casa de seguridad del CJNG en la comunidad de La Bocanda. En una foto se observa que la carga un miembro de la Guardia Nacional para subirla a un helicóptero. Solo ella perdió la vida en la refriega.
La supuesta lugarteniente del CJNG, originaria de Tepacaltepec, Michoacán, fue considerada por las autoridades como la autora material de la emboscada que asesinó a 13 policías en Michoacán el 14 de octubre.
Quién era la Catrina
María Guadalupe López Esquivel era una adolescente cuando se unió a un grupo delictivo en su natal Michoacán. Le decían ‘La Catrina’, la figura que representa a la muerte en la cultura popular mexicana. En las redes sociales aparecía sonriente, una imagen muy distinta a la que se difundió hace unos días.
En una grabación filtrada, se escucha a “El M2” girar instrucciones a “La Catrina”, quien le asegura que la misión se llevará a cabo según sus órdenes.
“¿Ya se están haciendo responsables de lo que les dije?”, se escucha decir a “El M2” en la grabación. “Sí, comando, nomás se nos ponchó una llanta”, le responde “La Catrina”.
María Esquivel formaba parte de la red de mujeres sicarias del CJNG, las cuales se caracterizan por ser jóvenes y atractivas para engañar a los adversarios.
Con el auge del CJNG como uno de los cárteles más importantes en la escena del tráfico de las drogas en México, sus líderes han ampliado sus estrategias delictivas, optando por reclutar mujeres para laborar como sicarias.
Un informe de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), una organización civil, señala que más de 3,000 mujeres han sido sentenciadas o acusadas por delitos relacionados con drogas en México. Se trata de una cifra en ascenso, advierte este reporte publicado en junio de 2019.
Solo en 2018 había 1,342 mujeres en ese país que por ese motivo estaban detenidas o en “prisión preventiva”. Es decir, esperaban ser condenadas o liberadas. Dicha cifra significa el 26.3% de la población carcelaria femenil. La mayoría, como sucede en otros países latinoamericanos, fueron arrestadas por delitos menores (no violentos) vinculados al narcotráfico, según WOLA.
La DEA tiene en su lista de fugitivos a varias hispanas. Una de ellas, la mexicana Ana María Félix, alias ‘La Doña’ y ‘La Tía’, fue la jefa de una organización que compraba cargamentos de heroína en México, los cruzaba por la frontera y los vendía en el sur de California. Unos veinte hombres estaban bajo sus órdenes y varios fueron arrestados en una operación policial en 2010, que ella logró evadir.
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