Dámaso López, “El Licenciado”, podría recibir una reducción de condena gracias a su colaboración con las autoridades estadounidenses en el juicio contra su ex socio, Joaquín “El Chapo” Guzmán.
El hombre que llegó a ser considerado como la mano derecha de “El Chapo” y su sucesor al mando del Cártel de Sinaloa, está citado a comparecer ante la corte del Distrito Este de Virginia el próximo 7 de febrero.
La audiencia tendrá como objetivo analizar una “moción del gobierno para reducir la condena”, la cual está sellada bajo secreto y de la que no se conoce ni cuándo fue presentada ni en qué consiste.
En noviembre de 2018, López Núñez fue sentenciado a cadena perpetua por tráfico de cocaína.
Semanas después, expresó de forma explícita su “deseo y compromiso” de colaborar con las autoridades norteamericanas para reducir su condena.
Se trata de un método bastante común en la Unión Americana: los delincuentes de alta peligrosidad tienen la posibilidad de negociar con las autoridades para obtener beneficios en relación a su condena.
Una infancia de privilegio
Originario de Eldorado, Sinaloa, donde nació el 22 de febrero de 1966, Dámaso López tuvo una vida privilegiada de estudiante, que lo distingue de la mayoría de los capos de su generación: muchos de ellos pobres, con educación básica y en origen trabajadores de campo donde comenzaron con el cultivo de mariguana o amapola, como en el caso del "Chapo".
Dámaso no. Él es hijo de un prominente funcionario local, a quien llamaban Don Dámaso (López García), que fue recaudador de impuestos, presidente de los ganaderos de la región y síndico –funcionario municipal– de su pueblo en 2007 por el oficial Partido Revolucionario Institucional (PRI). Don Dámaso tuvo los recursos suficientes para hacerse de propiedades como un rancho de 6 hectáreas con lago, palapas, capilla, canchas deportivas y una residencia de lujo.
Su hijo, por lo tanto, pudo estudiar en una escuela privada de monjas carmelitas y cursar su educación superior en la Universidad de Occidente. De allí salió con un título de derecho y el mote que lo distinguiría en el mundo de las drogas como "El Licenciado".
A los 25 años Dámaso López tuvo su primer trabajo como policía judicial y hasta dirigió un programa de detección de prófugos que lo llevó al sistema de prisiones, donde su biografía cambió ruta en 1999. Ese año Dámaso López se convirtió en subdirector del penal federal de Puente Grande, en Jalisco, bajo las órdenes del director Leonardo Beltrán Santana. Allí estaba preso por primera vez un joven narcotraficante detenido en Guatemala en 1993: Joaquín "El Chapo" Guzmán.
Nada le convino más al “Chapo” que el nombramiento de aquellos dos funcionarios, los dos originarios de Sinaloa y ya con vínculos con el Cártel de Sinaloa. En su libro “Los señores del narco”, la periodista Anabel Hernández afirma que Dámaso López, entonces de 33 años, llegó a la subdirección de Puente Grande, por amigos del Chapo y acompañado de un grupo de colaboradores a quienes llamaron “Los Sinaloas”.
"A raíz de su llegada al Centro de Readaptación Social, la disciplina se convirtió en artículo del reglamento que nadie ponía en práctica", escribe la periodista. Al penal ingresaban mujeres, celulares drogas y viandas para El Chapo y dos amigos suyos: Héctor El Güero Palma y Arturo Martínez Herrera. Todo gracias al "Licenciado".
De Puente Grande, el “Chapo” se fugó por primera vez el 19 de enero de 2001 y su escape selló la lealtad y amistad con “El Licenciado”, quien había renunciado a su puesto apenas unos meses antes, en octubre del año 2000. Sin embargo, había seguido visitando al Chapo hasta 10 días antes de su escape.
La investigación de la fuga del “Chapo” colocó por primera vez el nombre de Dámaso López en la mira de las autoridades federales, que lo señalaron como artífice de la fuga al operar la red de funcionarios públicos que permitieron a Guzmán Loera salir del penal en un carrito de lavandería, de acuerdo con la versión oficial.
A partir de ese momento, Dámaso se incrustó en el primer círculo de confianza del “Chapo”, al convertirse en su hombre de confianza, su operador y negociador en el negocio de las drogas, el jefe de su propio ejército de sicarios y su compadre –el hijo de Dámaso López, conocido como el “Mini Lic” es ahijado del Chapo.
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