A pesar de las críticas en torno a la construcción del Tren Maya, que es uno de los proyectos insignia de la administración de Andrés Manuel López Obrador, Pedro Sánchez Nava, Coordinador Nacional de Arqueología, mencionó que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tiene contemplado la apertura de “tres o cuatro” zonas arqueológicas en la ruta por donde correrá el tren.
Si bien se espera que se inauguren esta cantidad de sitios históricos, Sánchez Nava también aceptó que no se podrán abrir “tantas zonas como se pretendería”. No obstante, los posibles lugares arqueológicos serían Nadzcaan, en Campeche; Xkabal, en Quintana Roo; Kulubá, en Yucatán, así como “alguna otra que esté también avanzada”, informó el funcionario durante un evento organizado por la Secretaría de Cultura.
En la misma oportunidad, Sánchez Nava habló al respecto de Kulubá, el cual es un sitio que se ubica en el municipio de Tizimín, y del cual el INAH confirmó en diciembre la existencia de un palacio dentro de la cuarta temporada de campo, cuya estructura es de 55 metros de largo.
Acerca del número de visitantes a las zonas actuales, el coordinador previó que habrá un importante incremento en cuanto el Tren Maya comience a operar y por tal motivo se deberán realizar adecuaciones en los sitios, los cuales estén basados en estudios sobre la capacidad de carga y de impacto de las obras de infraestructura colaterales al ferrocarril.
“Si en Chichén Itzá recibimos tres millones de visitantes al año, lo más seguro es que recibamos el doble (...). Tenemos que hacer estudios para ir normando los horarios de visita, la afluencia de personas y estar muy preparados incluso con la parte de la señalética, cédulas, áreas de servicio y descanso”, comentó.
En este sentido, cabe mencionar que en el primer trazado del tren -que aún no es definitivo- existen 30 zonas arquelógicas abiertas al público, por lo que establecer la apertura de nuevos lugares también es una opción para desahogar el turismo de los sitios más concurridos.
Por otra parte, Sánchez estimó que en menos de un mes se ingresará el proyecto ejecutivo de la primera etapa, la cual va de Palenque a Mérida, al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur). A partir de esta medida se le permitirá al INAH diseñar el trabajo arqueológico con el que se acompañará la obra.
“De ahí se tiene que derivar un proyecto de investigación, de salvamento, de prospección y eso estará listo en dos meses cuando mucho. Yo creo que en tres meses ya estamos caminando en la ruta del Tren Maya para visitar sitios y verificar lo que el vuelo LIDAR (Light Detection and Ranging) nos esté arrojando”, mencionó.
Cabe recordar que los vuelos LIDAR consisten en drones equipados con tecnología de vista láser, mismos que se encargan de dibujar con gran precisión los trazos de la vía que seguirá el Tren Maya sin importar la densa vegetación de la selva.
El funcionamiento de este tipo de tecnología se basa en sistemas láser para obtener con suma precisión un mapeo de zonas con el fin de contribuir a la planeación y desarrollo de infraestructuras a partir de dispositivos que generan pulsos de luz cortos y de alto poder los cuales atraviesan, en este caso, árboles, planta y hojas.
Dicho de otra manera, los dispositivos emiten rayos que rebotan sobre el objetivo y vuelven al sensor, el cual determina a qué distancia se encuentra un objeto. Este proceso se repite hasta conseguir un plano tridimensional de la zona.
En todo este panorama del Tren Maya, uno de los grupos que ha dejado en claro su postura en contra de la construcción del Tren Maya es el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), porque “desprecia a los pueblos originarios, como lo hace con la misma Madre Tierra, la que defenderemos hasta morir si es preciso”.
A inicios de año, durante la conmemoración del levantamiento zapatista, el subcomandante Moisés, criticó las decisiones de Lopéz Obrador, a quien calificó como un “capataz" que ha retado a “todos los pueblos originarios” al decir que “no le importa lo que pensamos y sentimos, que les guste o no les guste a los indígenas”, hará lo que le ordenó su patrón, “o sea, el gran capital”.
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