Videos con torturas y decapitaciones difundidos en internet, volantes lanzados desde avionetas, cuerpos descuartizados o colgados en lugares públicos, son algunos de los métodos que utiliza el narco y el crimen organizado a la hora de amenazar a sus rivales.
El más reciente de ellos y que tuvo un fuerte impacto en las redes sociales, fue lo ocurrido a finales de diciembre de 2019 en los límites entre Michoacán y Guerrero.
En el municipio de San Lucas, Guerrero, presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) habrían lanzado varios volantes desde una avioneta, ofreciendo una recompensa de cinco millones de pesos por información que permita localizar a Francisco Maldonado Bustos, alias “Don José”, presunto líder de La Familia Michoacana.
Los volantes con la leyenda “Se busca”, mostraban la fotografía de “Don José” y abajo de ella se señalaba “Vivo o muerto”, al tiempo que se ofrecía la recompensa millonaria y se revela las distintas zonas en las que presuntamente se esconde.
Además también se prometían 500,000 pesos a quien proporcione datos del paradero de “Charo” “Cirilo” y “Chico”, presuntos hermanos del líder del grupo criminal.
Al pie del panfleto se encontraban las siglas del Cártel Jalisco, así como el escudo nacional, las siglas de la Fiscalía General de la República (FGR) y un número telefónico para hacer la denuncia.
De acuerdo con versiones periodísticas, el verdadero nombre de “Don José” es Rodolfo Maldonado Bustos, y se mueve principalmente en Cutzamala de Pinzón, ubicada a unos 30 minutos de Altamirano.
El Cártel Jalisco Nueva Generación, organización que ha tenido un crecimiento exponencial en sólo 10 años y que es encabezada por Nemesio Oseguera “El Mencho”, mantiene una cruenta disputa con otros cárteles no sólo por el control de Michoacán, sino por todo el territorio nacional.
La estrategia del terror recorre internet
Uno de los métodos ampliamente utilizados por el crimen organizado en México es la difusión de imágenes en donde se tortura, asesina y descuartiza a integrantes de organizaciones contrarias, con la finalidad de causar temor.
Las imágenes sin censura recorren la red todos los días, principalmente en redes sociales como Twitter, la cual se ha vuelto la plataforma predilecta de los grupos criminales.
La difusión de estas escenas del horror comenzaron con “Los Zetas”, quienes surgieron como el brazo armado del Cártel del Golfo, pero al separarse de esa organización y establecerse como un cártel, comenzaron a grabar las torturas y decapitaciones de sus víctimas, para después difundirlas por internet.
Para la Dra. Ainhoa Vásquez Mejías, académica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y miembro del Sistema Nacional de Investigadores Mexicanos, la estrategia de terror a través de video, es una forma de mandar un mensaje a los otros cárteles.
Vásquez especifica que no se trata de una advertencia para la población general, sino para los sicarios rivales.
“Lo veo como una expresión de masculinidad hegemónica. Principalmente a través de los videos, le dicen a los otros hombres que ellos son los que tienen el poder, que ellos son los más violentos, los más chingones, los que no tienen miedo. Con esto buscan amedrentar a los rivales, atemorizarlos, por supuesto, pero también ponerlos en una posición subalterna, mancillar la masculinidad del otro”, aseguró.
“Y ese juego de masculinidades debe ser visible para todos, por eso grabar las torturas al enemigo, como lo hace el Cártel Jalisco Nueva Generación o la Nueva Familia Michoacana. Yo considero que es una puesta en escena de la masculinidad hegemónica”, señaló a Infobae México.
El método de tortura a través de grabaciones podría asemejarse al impuesto por grupos terroristas internacionales.
De hecho, el gobierno de los Estados Unidos catalogó al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como una organización sumamente violenta que utiliza métodos similares a los usados por el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).
Descuartizamientos y cuerpos colgados
Otro de las tácticas profusamente utilizadas por el crimen organizado y que genera un gran impacto, es el descuartizamiento y abandono de cuerpos humanos en la vía pública, así como la exhibición de cadáveres colgados de puentes vehiculares o peatonales.
Uno de los casos más recientes y el cual le dio la vuelta al mundo, fue el ocurrido en Uruapan, Michoacán, el pasado 8 de agosto. Ese día, la población se despertó con una escena dantesca: 19 cadáveres fueron abandonados en diferentes puntos del Boulevard Industrial de manera simultánea. Seis de los cuerpos fueron colgados de un puente vehicular y otros fueron encontrados descuartizados.
Aunque en el lugar fueron encontrados mensajes con amenazas al grupo de “Los Viagras” firmados por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), la organización liderada por Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho” se deslindó de los hechos días después.
Aprenden de la “vieja escuela”
Los cruentos métodos de tortura no son cosa actual. Recientes expedientes judiciales del narco mexicano, Joaquín “El Chapo” Guzmán, revelaron por qué fue catalogado como el capo más sangriento y cruel de México.
De acuerdo a uno de sus gatilleros, entre 2006 y 2007, estando en el pueblo de Bastantita de Durango, Guzmán Loera ordenó a uno de sus secretarios que recogieran a un miembro de los Arellano Félix, el cual había sido "cazado" por Ismael "El Mayo" Zambada, otro líder del Cártel de Sinaloa.
Entre los castigos al capturado se encontraba colgarlo en un gallinero durante varios días.
Atado de pies a cabeza, "El Chapo" colocó un arma en la cabeza de la víctima, a quien comenzó a interrogar y posteriormente le pegó un tiro.
El hombre, que aún se encontraba con vida, suspiraba mientras era enterrado.
En otra ocasión, “El Chapo” (quien actualmente purga una sentencia a cadena perpetua en una cárcel de máxima seguridad de los Estados Unidos) tomó un tronco grueso y torturó a dos miembros de Los Zetas, a quienes no dejaba de azotar pese a que sus huesos estaban quebrados y ya no tenían movimiento. Los cadáveres fueron quemados para que no quedara ningún rastro.
Los castigos de “El Chapo” siempre incluían doctores, pues le gustaba que la sensación de dolor durante las torturas se prolongara el mayor tiempo posible, así, las víctimas que se desmayaran serían revividas por los médicos.
Para algunos sicarios, la difusión de videos sobre masacres parece ser tan crítica como la preparación de sus armas, debido a que no sólo se viralizan las imágenes, sino también los sentimientos de pánico que las acompañan.
En México no existe una ley oficial que clasifique a los videos que circulan en la red como objetables igual que ocurre en otras naciones, donde la divulgación de imágenes violentas podría significar multas millonarias.
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