Hace más de seis décadas, durante los días previos a la llegada de los Reyes Magos, en la Ciudad de México decenas de familias se concentraban en la Alameda Central en la alcaldía Cuauhtémoc. Rodeados de luces de colores, heno, adornos navideños, globos y escarcha, esperaban la llegada de los tres santos para que los más pequeños de la casa se tomaran una fotografía con ellos.
Esta tradición se desvaneció poco a poco con el pasar de los años. Porque, aunque este trío de emblemáticos personajes aún se daba cita en el lugar a inicios de los 2000, la cantidad de personas que asistía ya no era tan grande como en el siglo XX.
La costumbre de festejar el Día de Reyes en la Alameda surgió durante el Porfiriato. Durante esa época (1830-1915) ellugar se posicionó como uno de los puntos más importantes para comerciar artículos de la temporada: musgo, piñatas, juguetes, entre otras cosas. Las calles Puente de la Mariscala, Santa Veracruz, San Juan de Dios y la hoy avenida Hidalgo, se convertían en un mercado al que iban los pobladores contagiados por el espíritu de las fiestas de fin de año, informó El Universal.
Por lo que la Alameda se convertía en el punto de reunión perfecto para disfrutar de más atracciones decembrinas y eventos culturales que comenzaban en la mañana y terminaban mucho después de que se ocultaba el sol. Los visitantes preferían estar en la zona durante la noche, para apreciar la iluminación que colocaban los gobiernos locales.
Pero el día en el que había mayor presencia de familias era el 5 de enero. Se reunían en la Alameda Central por la tarde y lanzaban el típico globo que llevaba consigo una carta a los Reyes Magos, en la que los niños pedían los regalos que querían para el día siguiente.
A pesar de que la cantidad de personas que llegaban a la locación comenzó a bajar, fue hasta el 2012 que la tradición se vio interrumpida, lo que provocó que en el futuro no pudiera volver a realizarse con la misma fuerza.
El Gobierno del Distrito Federal (GDF), entonces encabezado por Miguel Ángel Mancera, decidió no permitir que se reunieran en la zona los vendedores, lo que posteriormente provocó protestas de los Reyes Magos y Santa Claus. “El parque más antiguo de la ciudad no puede soportar, una vez más, la invasión sistemática de comerciantes, que lo convirtieron en un gran mercado. Se buscarán alternativas de reubicación para ellos”, dijo entonces Héctor Serrano, secretario de gobierno. Además, se realizaron obras de rehabilitación.
Ante las nuevas medidas, el Consejo Coordinador de Actividades Sociales y Culturales Alameda solicitó al gobierno negociar para que les permitieran instalar la romería navideña en el Monumento a la Revolución o a un costado de la Alameda. Pero las peticiones fueron nulas.
Desde entonces, los que trabajan en esta época del año, han realizado manifestaciones para pedir que de nuevo les asignen el espacio. Pero no han tenido una respuesta positiva. Este año, el gobierno de la Ciudad de México les dio una alternativa: estar en el zócalo capitalino. El 6 de enero estarán entregando más de 3 mil juguetes y se romperán mil piñatas.
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