México es el país que más consume videojuegos en América Latina, afirmaron especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Además, detallaron que a nivel mundial ocupa el lugar número 12, por lo que señalan que este fenómeno podría involucrar a la mitad de la población en el país.
Adolfo Gracia Vázquez y Emmanuel Galicia Martínez, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), indicaron que el mayor punto de consumo es a través de la red, por lo que la migración de medios tradicionales a streaming cobra cada vez mayor relevancia, sobre todo en espacios de juego y entre anunciantes de comida con bajo valor nutritivo.
De acuerdo con un comunicado de la UNAM, las empresas, en particular de alimentos chatarra, encuentran en los videojuegos una manera de comunicarse con nuevos públicos y de crear contenido, pues generalmente estos productos se relacionan con la felicidad.
En un videojuego la publicidad aparece constantemente con promociones y descuentos, y para pasar a otro nivel se debe observar un video; también hay anuncios en torneos de videojugadores o a través de influencers, que transmiten en vivo sus partidas y hacen comerciales.
“Hay una serie de elementos que contribuyen a esta situación: vivimos en una sociedad consumista, en la que tener más se refleja en los hábitos alimenticios. Además, hay un cambio de consumo de medios: la gente pasa horas frente a las pantallas y en las redes sociales, y cada vez más se suman a la digitalización”, dijo Gracia Vázquez.
En relación con este punto, la especialista puntualizó que “los videojuegos se pueden adaptar para fomentar hábitos saludables mediante la realidad aumentada. Algunos incluso incitan a los usuarios a tener actividad física y social.”
Adicción a videojuegos, similar a la que provocan las drogas
La adicción a videojuegos se considera un trastorno mental, debido a que sus manifestaciones son similares a las que ocasionan las sustancias adictivas, informó el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El departamento de investigación refirió que la dependencia de los videojuegos puede afectar el desarrollo cerebral de los niños, por lo que actualmente la Clasificación Internacional de Enfermedades, que edita la Organización Mundial de la Salud (OMS), coloca a este problema entre los trastornos ocasionados por el consumo de sustancias o comportamientos adictivos.
Dicha adicción está asociada a anomalías neurobiológicas en la corteza orbitofrontal, cuerpo estriado y regiones sensoriales, áreas implicadas en el control de los impulsos.
También a la disminución del nivel de dopamina y las alteraciones en el circuito de la recompensa, lo que provoca que los niños encuentren gratificación en el juego y necesiten cada vez más tiempo de exposición a esas conductas como medio para compensar los bajos niveles dopaminérgicos.
Según información de Aurora Jaimes Medrano, del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, las personas que no controlan el tiempo para jugar pueden pasar con los videojuegos hasta 24 horas sin darse cuenta.
Eso provoca que el juego se convierta en una actividad prioritaria para las personas y dejen a un lado otras actividades como dormir y comer, además de generar un impacto en el rendimiento académico en el caso de niños y jóvenes.
En el caso de los adultos, ello repercute en el trabajo y las relaciones familiares e interpersonales, que se ven afectadas por dicho comportamiento.
El Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina recomienda, como prevención, no permitir el uso de pantallas o dispositivos en menores de dos años.
En los niños de edad preescolar la introducción a los dispositivos debe ser bajo supervisión y en un tiempo menor a una hora, en niños de edad escolar se sugirió limitar el tiempo de uso y cuidar que el objetivo sea para fines recreativos o como herramienta de aprendizaje.
Explicó que en los adolescentes es importante reforzar los temas relacionados con la seguridad, los contenidos y la forma de interactuar en las redes sociales y ayudarlos.
En caso de presentar síntomas de alerta que afecten el funcionamiento en distintas áreas del niño o el adolescente, recomendó la intervención multimodal de tratamiento farmacológico y psicológico.
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