El Museo Internacional del Barroco (MIB), ubicado en el estado de Puebla, está bajo el escrutinio tras darse a conocer la exhorbitante cifra de sus costos de operación y de construcción que se terminarán pagando hasta 2039, y que acumulados, tendrán un costo de 8,000 millones de pesos.
El museo fue diseñado por el arquitecto japonés Toyo Itō (Premio Pritzker de Arquitectura 2013) fue inaugurado el 4 de febrero del 2016 por el ex gobernador del estado Rafael Moreno Valle, quien murió en un accidente de helicóptero el 24 de diciembre de 2018, junto a su esposa Martha Érika Alonso.
El Museo Internacional del Barroco requiere de 31.9 millones de pesos mensuales para su operación, en contraste con los cinco millones que reciben dos recintos nacionales: el de Antropología e Historia y el Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC).
El presupuesto para el MIB de Puebla proviene de la Secretaría de Educación y no de Cultura, porque cuando se creó, Cultura era un área de la SEP estatal. Los casi 32 millones de pesos se entregan a la empresa que se encarga de operar y administrar el recinto ubicado en la zona Angelópolis.
Esa cantidad es destinada a Mubasa (Museo Barroco SA), para la cual laboral más de 200 personas, incluido personal de seguridad y limpieza. De dicha cifra se paga luz, agua y otros servicios, porque la mayor parte se va al pago de la deuda del propio museo.
Desde su creación existe un contrato tripartita: formado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), el banco Banorte, y una operadora que es una Asociación Pública Privada.
El secretario de Cultura, Julio Glockner, reconoció en entrevista con el portal de El Universal que la gestión desde su creación, “son prácticas deshonestas, se inflan demasiado los presupuestos y los ciudadanos acaban pagando. Se canalizan miles de millones de pesos en una obra suntuosa que no tiene vínculo con la sociedad”.
Aseguró que otros museos de la entidad tienen más visitas, como el de los Hermanos Serdán, el Militar y de la Evolución, por lo que ocupa el cuarto lugar en visitantes.
El Museo cuenta con una superficie de 18,000 metros cuadrados; tuvo un costo de construcción de 1,742 millones de pesos mexicanos (94 millones de dólares estadounidenses), y un costo total de aproximadamente 7,300 millones de pesos (390 millones de dólares) a pagar durante 23 años.
El gobierno de Puebla inauguró el Museo Internacional Barroco, por el cual pagó a un grupo de empresas encabezadas por La Peninsular, propiedad de la familia Hank Rohn, un total de 7,300 millones de pesos, informó Proceso en su momento.
Aunque en el acto inaugural el gobernador Rafael Moreno Valle aseguró que el proyecto requirió una inversión de 1,742 millones de pesos, al haber sido contratada bajo el esquema de Proyectos de Prestación de Servicios, el gobierno de Puebla pagará al grupo constructor más de 23 millones de pesos mensuales durante un lapso de 23 años y cuatro meses.
Además de La Peninsular, en el consorcio creado para la construcción de este museo se encuentra una filial de Grupo Higa, propiedad de Armando Hinojosa Cantú, constructor de la Casa Blanca perteneciente a la primera dama Angélica Rivera.
Destacó que este museo es el primer proyecto cultural del país que recibe recursos del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) por un monto de 500 millones de pesos –que irán a fondo perdido– y que dieron viabilidad al esquema financiero para su construcción.
En su inauguración Moreno Valle agradeció a personas e instituciones que “prestaron” obras de arte para ser exhibidas en este nuevo museo y entre ellos nombró a Rafael Tovar y de Teresa, a Teresa Franco; a Guillermo Jenkins, de la Fundación Jenkins y al padre Francisco Vázquez, rector de la Catedral de Puebla.
Además, a Miguel Jáuregui, del Museo Franz Mayer; Luis Martín Cano, director de la Pinacoteca del Templo de la Profesa; así como a los coleccionistas privados Rodrigo Rivero Lake, Armando Bejarano y Ángel Trauwitz, exsecretario de Turismo del estado, entre otros.
Una de las críticas más recurrente al Museo Internacional Barroco tiene relación con el origen de su acervo, ya que la mayoría es “prestado”, el cual proviene de otros museos como el museo José Luis Bello y González, cuya colección debía ser resguardada en el inmueble original por deseos expresos del donante.
Esta observación se realizó desde el anuncio del proyecto, cuando especialistas señalaron que no existía un catálogo o colección de arte barroco, y que esta se encontraba presente en la arquitectura del Centro Histórico.
A la problemática del acervo se suma el de su alto costo de construcción y de mantenimiento, así como a la falta de transparencia y claridad sobre las cifras reales. Anualmente, el gobierno del estado debe invertir 384 millones de pesos (32 millones por mes, aproximadamente) al fideicomiso creado ex profeso para el proyecto.
Investigan más obras de Moreno Valle en el estado
El titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE) de Puebla, Francisco Romero Serrano, reveló que son 17 las obras morenovallistas que fueron financiadas a través de un esquema de Pago por Prestación de Servicios (PPS) y no solo las tres que reconoció en su momento Roberto Moya Clemente cuando fue Secretario de Administración y Finanzas durante el gobierno del exgobernador, Rafael Moreno Valle.
Romero Serrano explicó que estas 17 obras financiadas mediante PSS forman parte de las 32 obras morenovallistas que se encuentran en la mira de la ASE y de la Comisión Inspectora del Congreso del Estado, aunque reconoció que lo único que puede evaluar el organismo de fiscalización es la proporcionalidad entre lo que pagó el tercero y lo que se está realizando, ya que el expediente está en manos de los particulares involucrados.
“Algunas obras por su naturaleza no pueden ser revisadas porque son PPS, con participación de terceros y ese tercero es el que tiene el expediente de obra como tal. De las 32, 17 corresponden a PPS. Lo que sí nos corresponde es la revisión del contrato, es decir, encontrar la debida proporcionalidad entre la contraprestación mensual y anual contra el costo real de la obra. Eso es lo que tenemos que investigar, si es caro o es barato, si se está pagando en exceso o es adecuado y proporcional al precio que invirtió el tercero para la construcción de la obra”, explicó en entrevista.
Al final del sexenio morenovallista, Moya Clemente solo reconoció tres PPS financiados por el gobierno estatal: el Centro Integral de Servicios (CIS), el Museo Internacional Barroco (MIB) y las plataformas de Audi que sumaban un compromiso financiero de más de 22 mil 500 millones de pesos a pagar en los próximos 25 años.
Aunque el actual titular de la ASE no precisó cuáles son las 17 obras financiadas bajo este esquema, la presidenta de la Comisión Inspectora en el Congreso local, Olga Lucía Romero Garci Crespo, reconoció a finales del año pasado que entre las 32 obras que se revisan nuevamente destacan la Estrella de Puebla, Ciudad Modelo, el Tren Turístico Puebla-Cholula, el Museo de la Evolución, el Teleférico y la línea 2 de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA).
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