Lo suyo es la prensa del corazón, pero no la dedicada a los integrantes de las casas reales de Europa ni a lo más alto de la aristocracia de Hollywood: el periodista Alberto Tavira lleva más de 15 años dedicado a revelar las intimidades de la clase política en México, sus amores, sus desamores, sus lujos, extravagancias, egos y vanidades.
Con una trayectoria que incluye un trabajo como editor en la revista Quién (en donde logró una mención especial del Premio Nacional de Periodismo por un reportaje sobre la ex pareja presidencial formada por Vicente Fox y Martha Sahagún), Tavira es conocido desde hace años por su sitio web Cuna de grillos (en alusión a la famosa telenovela Cuna de lobos), en donde se dieron a conocer, por ejemplo, las primeras fotos que daban cuenta del romance entre Enrique Peña Nieto y la modelo Tania Ruiz, y que está dedicado, precisamente, a revelar detalles sobre la vida de los poderosos más allá de su imagen pública.
“Hola, soy Alberto Tavira, y me gusta el chisme”, como si estuviera frente a un grupo de apoyo mutuo, se definió así el periodista durante una entrevista exclusiva con Infobae México realizada en un restaurante de la colonia Roma.
En un ambiente relajado y con el ingenio que lo caracteriza, Tavira nos contó cómo llegó a dedicarse al periodismo del corazón, habló acerca de los riesgos y complicaciones de su profesión, expresó qué opina de la clase política mexicana, de la Cuarta Transformación, del romance de Peña Nieto con Tania Ruiz y, además, nos reveló su próximo proyecto: el libro donde cuenta la historia de la escultura de la Diana Cazadora, una figura emblemática de la capital mexicana.
El viaje a Cuba que definió su rumbo
Cuando estudiaba en la universidad, Tavira viajó a Cuba para realizar un curso en la Escuela Internacional de Cine y Televisión, y fue en esa época que comenzó a interesarse por la figura de Fidel Castro.
“Fui haciéndome muchas preguntas sobre el líder, y cuando regresé a México, escribí mi tesis sobre las mujeres de Fidel Castro, la que se llamó: ‘La influencia de las mujeres de Fidel Castro en la Revolución Cubana de 1959’; y a partir de ahí descubrí lo sabroso que es el chisme”.
Aunque parecía que hasta ahí había llegado el asunto, cuando Tavira formaba ya parte de Grupo Expansión en una revista de negocios, tuvo la oportunidad de convivir con las editoras de la revista Quién, y ahí saltó el tema de Castro.
“Platiqué sobre mi tema de tesis. Me dijeron: ‘Vamos a hacer un top five de las mujeres de Fidel Castro’. Me sentí aludido, porque la mía fue una investigación con un planteamiento, un marco teórico, me costó conseguir bibliografía. Cuando me lo propusieron, me negué, pero cuando me dijeron lo que me iban a pagar, acepté; y ese fue mi debut en las revistas del corazón, en 2004”.
Luego de eso siguió la creación de un blog llamado Los políticos también lloran, y una vez que se fue de la revista, su idea fue llevada a Animal político, a una columna llamada “Cuna de grillos”, que hoy existe de manera independiente, como un sitio web.
Una visión sobre la política nada superficial
Además de su astucia y destreza para tratar los temas de la política mexicana con humor, Tavira es un periodista audaz. Quizás uno de sus momentos más osados fue cuando se coló en la “boda del año”: el enlace entre Leonora Tovar López Portillo y Gerardo Díaz Ordaz, nietos de los ex presidentes mexicanos José López Portillo y Gustavo Díaz Ordaz.
Como si fuera uno más de los invitados, se presentó en la iglesia sin titubear e, incluso, al final de la ceremonia, se retrató con los novios, ante la sorpresa de Díaz Ordaz, quien le preguntó cómo había llegado hasta ahí. Entonces Tavira soltó una de sus emblemáticas frases: “No me invitaron, pero tampoco me dijeron que no viniera”.
También logró estar en la boda de su admirada Paulina Rubio; entrevistó a Peña Nieto –a quien bautizó “el Luis Miguel de la política”– cuando era gobernador del Estado de México; logró la primera entrevista con Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de Andrés Manuel López Obrador, y pudo ver cómo era la vida cotidiana de Martha Sahagún y Vicente Fox en su rancho San Cristóbal, cuando él ya no era presidente de México.
—Después de todo lo que has visto, ¿hay algo que no deje de sorprenderte de los políticos?
—Espero que con los años no se me quite la capacidad de sorprenderme, de encontrar nuevas cosas en objetos, testimonios, estilos de vida de la clase política y su familia que me generen el factor sorpresa porque a partir de eso me surge la pasión por crear historias. Lo que no me deja de sorprender es el ego exacerbado que tienen los políticos en México y en el mundo, su afición a la vanidad, su adicción al poder, su convicción por permanecer y permear a lo largo del tiempo, a costa de todo. Fidel Castro, ni muerto me deja de sorprender por esa adicción al ego. Un hombre que era una figura que representaba a los revolucionarios de la década de los 60 y terminó demostrando con los años que esto se suaviza y aunque pienses como Carlos Marx le gustaba vivir como Carlos Hank ( en alusión al lujoso estilo de vida del político mexicano).
No me deja de sorprender el ego exacerbado que tienen los políticos en México y en el mundo, su afición a la vanidad, su adicción al poder
—¿Cómo es la política mexicana?
—Me parece que es una ensalada en la cual hay dulce y agrio, hay frutas y verduras, hay cosas echadas a perder y cosas inmaduras; y esa ensalada constantemente se está salpimentando. Es un platillo que está en constante transformación mas no en evolución. Sí veo una clase política muy mediocre en estos tiempos, inculta, sin conocimiento verdaderamente de su puesto. Veo una improvisación en las nuevas generaciones.
Veo una clase política muy mediocre en estos tiempos, inculta, sin conocimiento verdaderamente de su puesto. Veo una improvisación en las nuevas generaciones
—¿Qué opinas de la actual clase política mexicana? ¿Crees que con el Gobierno de turno habrá un cambio o será algo como El Gatopardo, “todo debe cambiar para que nada cambie”?
—La clase política mexicana, la 4T (Cuarta Transformación), me parece que tiene una extraordinaria simulación. La mayoría de esta clase política viene del PRI, viene del PAN, son reciclados del Verde. Han hecho como si fuera una suerte del Arca de Noé, en la cual fueron recogiendo dos animalitos de cada partido para que no se extinguiera, y así es como conformaron este partido político llamado Morena. Ellos al final del día siguen teniendo sus aficiones, sus gustos, sus estilos de vida inherentes a su persona, más que a su personaje, y entonces en esto vamos a poder ver que de pronto van a aparecer que el relojito de no sé qué marca, el zapatito de una marca de lujo, porque es parte de su estilo de vida. No tendría por qué estar negándolo si es que así les gusta vivir y si les alcanza y si, desde luego, es congruente con lo que ganan como funcionarios públicos. El asunto es que como siempre se ha manejado el eslogan de austeridad, de “somos un partido y una clase política solo para los pobres”, pues estas marcas de lujo vienen a generar un efecto esquizofrénico que es donde la incongruencia les va a costar muchos dolores de cabeza.
Para el autor de Las mujeres de Peña Nieto y Los Salinas: retratos de los cachorros del poder, es importante entender que existe una personalidad pública de los políticos y una privada.
—Tienes una frase que dice “en lo más profundo de la superficialidad habita lo más revelador de la profundidad”.¿Crees que la prensa rosa en verdad es superficial o que a través de esas marcas y datos que podrían parecer frívolos se puede ver un registro de un contexto social particular?
—El periodismo del corazón viene a abrir ese escaparate de saber si ese hombre o esa mujer a quien vamos a destinar lo más valioso que tenemos, que es el voto, tiene tendencias homofóbicas, es neonazi, es pederasta, está en contra de ciertas religiones... Realmente podemos acercarnos a una fotografía, quizás un poco borrosa, sobre de qué están hechos estos hombres y mujeres, y eso nos habla mucho de cómo va a repercutir en su gobierno este ADN que traen en la sangre. La superficialidad es algo que nos permite ser prácticos. El conocer los gustos, las aficiones, las costumbres, pero es mucho más profundo que solo la superficie de la que están hechos los hombres y las mujeres de la política en México.
—¿Hay algo de lo que te arrepientes en tu carrera? ¿Una nota que no debiste dar, un reportaje que debiste manejar, quizá, de otra manera?
—Nunca me he arrepentido de nada, porque hay pilares muy firmes en mi carrera y en lo que hago, que es el periodismo del corazón: no publicar que alguien tiene afición a las drogas o al alcohol; tampoco revelar si alguien es gay o lesbiana ni mucho menos publicar temas de infidelidades; con eso ya me voy a dormir a la cama sumamente tranquilo, satisfecho de que hay una ética, un límite en el periodismo que hago, y después de esto, todo lo que sigue es tierra en la que puedo abonar, para contar la vida privada de los políticos, que es algo que a la gente le interesa tanto como a los propios políticos entre ellos.
—¿Has pagado algún precio por escarbar en las profundidades del poder?
—He pagado muchos precios: me han corrido de empleos, me han censurado, me han dado periodicazos, me han corrido de lugares, me han impedido entrar a otros.
—¿Alguna vez has sentido miedo por escribir sobre algún político?
—Miedo como tal, no; quizás cuando hice el libro Los Salinas: retrato de los cachorros del poder, estos perfiles sobre la dinastía Salinas de Gortari, cómo habían vivido los asesinatos, las traiciones, los secuestros –es un gran melodrama la familia Salinas–, cuando estaba a punto de publicar este libro siempre hubo mensajes de gente que, de alguna manera, entre líneas, me decían ‘Ten cuidado’, generando esta especie de precaución, de miedo, de psicosis, para que uno deje de publicar, pero al final es parte de la vida.
Entre romances y parejas presidenciales
—¿Qué te parece la manera en que Peña Nieto ha manejando su romance con Tania Ruiz?
—El matrimonio de Peña Nieto y La Gaviota (Angélica Rivera) siempre estuvo plagado de una cantidad de rumores. De tal manera que ya en los últimos tiempos cualquier imagen o testimonio respondía sin dudas a una estrategia de comunicación. A Enrique Peña Nieto lo conocí en 2004. Descubrí que estábamos frente a un personaje sui generis, en algún momento lo llegué a llamar “el Luis Miguel de la política”, porque las mujeres se le iban como si fuera un rockstar. Desde entonces ha ido asesorándose con expertos en imagen pública, así que cuando sale en unas imágenes acompañando de Tania Ruiz, en España, que por cierto fue primicia de Cuna de grillos, lo primero que me llevó a pensar fue que había una estrategia detrás de todo eso.
—¿Entonces crees que hay una estrategia detrás de este romance?
—Al investigar en Google las notas y las fotos que aparecen de Peña Nieto, en primer lugar son sobre su relación con Tania Ruiz, con quien ya había asistido a la boda de la hija de Juan Collado y ya habían sido paparazzeados en España. Curiosamente, esas fotos nos llegaban a los periodistas del corazón, a las revistas del corazón, de espectáculos. En la política no hay casualidades, hay causalidades, y sabemos cómo se maneja este juego. Desde luego que hay una estrategia que les ha funcionado, porque hoy por hoy si entras a un buscar, si pones las palabra “Peña Nieto”, las noticias, lo que hemos consignado los medios en los últimos tiempos y (lo que está) con más clicks va a ser su vida privada amorosa (más) que todo lo que se le tenga que perseguir por algunos casos de corrupción, de desvío de fondos durante su sexenio.
En la política no hay casualidades, hay causalidades, y sabemos cómo se maneja este juego
—Durante tu carrera has visto el papel de las primeras damas, ¿qué opinas de Beatriz Gutiérrez Müller?
—Beatriz ha tenido una transformación fantástica desde que la entrevisté por primera vez en 2006. La primera entrevista que dio fue a mí; y me dijo, palabras más, palabras menos, ‘grábame bien, porque es la primera y última vez que lo voy a decir: si Andrés llega a la presidencia o no, a mí me da igual, no me importa, no voy a figurar, voy a estar detrás de él’. Me pareció injusto para ella misma. Todos vamos cambiando de forma de pensar. Después de eso vimos a una Beatriz que se fue adaptando, participando, capitalizando la figura de la esposa del candidato. Además, es escritora, mamá, académica, investigadora. Celebro esa decisión de Beatriz, en el sentido de que se tuvo que sumar a esta parte de la pareja presidencial y al mismo tiempo nos dejó ver que tiene otros intereses más intelectuales, que contrastan con la frivolidad, si así lo quieres ver, que habíamos venido viendo durante la presidencia del DIF de Angélica Rivera.
Toma y daca. Alberto Tavira se animó decirnos lo primero que le surge al escuchar los nombres de estos políticos
La historia de la Diana Cazadora
El nuevo proyecto de Tavira es un libro sobre la emblemática Diana Cazadora de la Ciudad de México. Su curiosidad por los culebrones de la política y el poder lo llevó a enterarse de que Jorge Díaz Serrano, director de Pemex (Petróleos Mexicanos) en los 80, estuvo casado con la modelo detrás de la icónica escultura.
“Elvia Martínez posó para la escultura completamente desnuda frente a tres hombres que le triplicaban la edad a los 16 años. Cuando llega Díaz Serrano a Pemex se conocen, él estaba casado, así que se convierte en su amante y viven un amor prohibido durante 30 años, hasta después de 30 años se casaron”.
Decidió escribir un libro sobre el tema porque considera que la Diana Cazadora es un monumento que da cuenta de la historia de la Ciudad de México, y durante su investigación descubrió importantes datos, como el hecho de que la escultura que se ve no es la original, "la original pieza inaugurada en 1942 por el presidente Ávila Camacho fue censurada por la Liga de la Decencia –auspiciada por la primera dama, Soledad Orozco de Ávila Camacho–, entonces le soldaron un taparrabo con tres puntos a la escultura, la cual estuvo censurada durante 25 años. En 1976 le quitan el taparrabo y la dañan de tal manera que el escultor Juan Olaguíbel está dispuesto a fundir una nueva réplica”.
Así que la figura que vemos es una réplica, y la original se encuentra abandonada en un pueblo de Hidalgo. Como ha ocurrido a lo largo de su carrera, su curiosidad y gusto por el chisme lo motivaron a contar una nueva historia. “Ese culebrón de la política con una modelo me llevó a escribir un nuevo libro”, finalizó.
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