La promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador de “cambiar abrazos por balazos” dejó cifras históricas de violencia en México: 40,663 homicidios cometidos de enero a noviembre de 2019.
Los expertos atribuyen los números rojos a la errática estrategia de seguridad, por eso plantean que se debe repensar y reflexionar la táctica contra la delincuencia y el crimen organizado.
Según Javier Oliva, estratega e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), uno de los principales retos para este año es fortalecer las policías estatales y municipales de México, a fin de evitar la colusión de agentes o funcionarios con los cárteles de la droga, arguyó para Reforma.
Para lograr esto, la Federación debe destinar mayores recursos para armamento, uniformes, cuarteles, patrullas, sistemas, adiestramiento, además de realizar una auditoría del destino de dicho capital, han señalado analistas.
Otro desafío será la consolidación de la Guardia Nacional y la definición de su construcción interna como cuerpo intermedio: militar y civil.
De acuerdo con el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, este año se realizará el despliegue de elementos de la Guardia Nacional en 50 nuevas regiones del país. Además, se reclutará a al menos 21,170 nuevos agentes
A la par de esta acción, el gobierno también ha planteado la reorganización de los penales para combatir el crimen que desde ahí se origina. Estudios realizados por organizaciones civiles establecen que en México, el 80 por ciento de los penales son controlados por los internos, quienes incluso salen a delinquir y regresan a las penitenciarías para su resguardo. Según Oliva, esa es una dinámica de corrupción e impunidad.
Durante una entrevista con Infobae México, Edgardo Buscaglia, aseguró que además del amateurismo de la política de seguridad de López Obrador, ésta se encuentra de forma desorganizada. “Con AMLO, inteligencia militares o investigación financiera cada uno actúa por su cuenta y de forma desorganizada”, señaló.
Este 2 de enero en su primer conferencia de prensa del 2020, el mandatario mexicano aseguró que el mayor reto que su administración tiene para este año es la pacificación del país.
“Tenemos como reto pacificar al país, parar la violencia. Cuando se les declaró la guerra a las bandas de delincuentes comunes, en toda la época neoliberal, por la asociación delictuosa en delincuentes de cuello blanco y delincuentes comunes, todo eso lo estamos padeciendo, se heredó y lo estamos padeciendo”, expresó.
El mandatario reiteró que su estrategia para lograr la pacificación es “atender las causas”, además de no permitir el contubernio entre los funcionarios y la delincuencia.
“Tenemos que arrancar de raíz ese mal, yo creo y estoy convencido que lo mejor, es atender las causas, que no se abandone a los jóvenes, que solo se les llamó ninis y no se hizo nada por ellos, tenemos que abrazar a los jóvenes, atraer a los jóvenes para que no los atrapen las bandas, esa es la estrategia principal. Tenemos confianza que vamos a ir serenando al país porque no vamos a permitir la asociación delictuosa, no vamos a permitir que se iban las autoridades con delincuentes, son dos campos distintos, en eso finco mi optimismo”, indicó López Obrador.
En mayo pasado, el gobierno federal reconoció la existencia de 37 grandes grupos delictivos que operan en el país.
Admitió la existencia del Cártel de Sinaloa y sus diferentes brazos armados: Gente Nueva con presencia en Chihuahua y Sinaloa; Los Cabrera (Durango y Chihuahua); el Cártel del Poniente y/o de La Laguna y/o Los Bardales (Durango y Coahuila); El Aquiles (Baja California); El Tigre (Baja California); Del 28 (Baja California Sur); Los Artistas Asesinos (Chihuahua); la pandilla Los Mexicles (Chihuahua); Los Salazar (Chihuahua), y Los Menos (Sonora).
El cártel de los Arellano Félix y sus ramificaciones: El Chan (Baja California); El Jorquera (Baja California), y El Kieto (Baja California).
La Familia Michoacana y sus brazos: Guerreros Unidos y/o La Nueva Empresa (Morelos, Guerrero y Estado de México) y La Empresa (Estado de México y Morelos).
El Cártel de los Carrillo Fuentes y sus aliados: La Línea (Chihuahua) y la pandilla Los Azteca (Chihuahua).
El cártel de los Beltrán Leyva y sus ramificaciones: Los Mazatlecos (Sinaloa y Baja California Sur); El 2000 y/o El Panchillo Huevos; Los Granados (Guerrero, región de tierra caliente); Los Rojos (Guerrero–centro y norte- y Morelos); La Oficina (Aguascalientes y Baja California Sur); Los Ardillos (Guerrero, región de la montaña y centro); Cártel Independiente de Acapulco (Guerrero).
MÁS SOBRE OTROS TEMAS: