Antes de que fuera elegido como presidente de México, Andrés Manuel López Obrador aseguró que el avión presidencial iba ser un lujo del que él prescindiría, pues aseguró que en su lugar prefería viajar en vuelos comerciales.
Con el dinero de la venta del avión presidencial, AMLO prometió financiar “proyectos prioritarios en beneficio de los mexicanos”, como el plan para reducir el flujo de migrantes centroamericanos que buscan llegar a los Estados Unidos.
Cada año, el avión exclusivo que utilizaba el ex presidente Enrique Peña Nieto costaba unos 17,000,000 pesos, derivados de gastos en vuelos, mantenimiento y conservación. La aeronave fue adquirida en noviembre de 2012 por un monto de 6,983,000 pesos.
El 3 de diciembre de 2018, dos días después de que López Obrador tomó posesión como presidente de la República, el avión presidencial partió del aeropuerto de la Ciudad de México hacia el Aeropuerto de Logística, en la ciudad de Victorville, en San Bernardino California, en donde, desde ese entonces, permanece embodegado y en espera de un comprador.
Sin embargo, según una investigación del periódico Reforma, mantener al TP-01 “José María Morelos y Pavón” guardado en un hangar de la empresa Boeing cuesta casi los mismo que mantenerlo en uso.
Según el medio, desde que el avión fue almacenado en Estados Unidos el gobierno mexicano paga en promedio 1,328,000 pesos (USD 66,000) al mes.
La Secretaría de la Defensa Nacional le dijo a Reforma que en nueve meses había erogado USD 597,982 por mantener el avión en EEUU, alrededor de 11,956,645 pesos, que se traducen en 16,000,000 pesos al año, apenas un millón menos que lo gastado por la administración anterior.
Supuestamente, mantener al TP01 estacionado por 12 meses cuesta cerca de USD 508,511, y supervisarlo dos veces por semana en ese mismo lapso vale USD 201,000, además de los trabajos de mantenimiento.
Desde su primer vuelo, el 10 de febrero de 2016 a Sonora, el TP01 realizó 131 giras presidenciales, de las cuales 98 fueron en territorio mexicano y 33 internacionales. En promedio, en cada viaje nacional se gastaron 130,000 pesos de turbosina, y todas las visitas del avión al extranjero representaron un gasto total de 63,738,130 pesos, entre combustible y pago de impuestos aeroportuarios.
De acuerdo con el entonces Estado Mayor Presidencial, en su mantenimiento y conservación se habían gastado, de febrero del 2016 a julio de 2018, 32,872,850 pesos, es decir, unos USD 700 anuales.
En marzo pasado, la UNOPS publicó el anuncio para la venta del avión presidencial mexicano. Posteriormente, el 24 de abril de este año, Jorge Mendoza Sánchez, director del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, informó que hasta ese momento se contaba con 14 intenciones de compra de ocho países distintos para el avión.
Al mes siguiente, López Obrador informó que el proceso para la venta del avión presidencial estaba en su etapa final, y confió en que esa misma semana se resolvería el tema, luego de que, dijo, ya había seis propuestas de compra.
En conferencia de prensa mencionó que la ONU está decidiendo sobre la mejor oferta, y que, aunque no podía dar detalles porque es un proceso de licitación, ya se tienen los avalúos y las propuestas, “solo falta decidir”, aseguró.ç
Sin embargo, un año después, la venta del avión presidencial aún no se ha concretado.
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