La base política de Andrés Manuel López Obrador está encantada con él, pues mantiene a un electorado cautivo, aunque dentro de ése grupo también se encuentran ciudadanos que votaron por él y que ahora se encuentran desencantados por la manera en la que ha llevado las riendas del país, aseguró el internacionalista Rafael Fernández de Lara.
A un año de la toma de posesión de AMLO y de su impacto en la toma de decisiones en materia de seguridad, política exterior, economía, derecho internacional, crisis migratoria y de acción sobre el crimen organizado Fernández De Lara hizo un análisis sobre la aprobación que el mandatario tiene sobre el electorado mexicano.
En entrevista con la cadena de televisión por suscripción, France 24, el catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), expresó que conforme a las coyunturas críticas que ha enfrentado, el presidente no es bien visto por la ciudadanía, especialmente en lo competente a la seguridad pública, pues la delincuencia ha repuntado durante el último año.
Por ello, el analista de la Flacso consideró que se ha dado una más marcada polarización entre quienes son opositores a las políticas de López y la población que coincide con su toma de decisiones en el poder ejecutivo.
Como indicador de mero “encanto”, el que AMLO mantenga todavía un buen promedio de aprobación por parte de la ciudadanía, puede considerarse positivo, pues está por el 65%, y esto lo hace uno de los líderes con mayor aprobación a nivel mundial.
Lo anterior, guarda una señal de esperanza sobre sus gobernados en relación al posible desempeño que pueda tener en lo que resta de su administración.
Fernández De Lara apuntó que, en lo que corresponde a la seguridad nacional, considera que la agenda del mandatario se ha concentrado en el combate a la corrupción, sin reparar bien en la violencia.
Igualmente señaló que ha sido criticado, incluso por quienes votaron por él, con base a la nula estrategia que tiene en materia de seguridad, razón por la que su aprobación ha descendido, específicamente por el operativo fallido en contra de Ovidio Guzmán (el hijo de El Chapo), caso en el que el Estado lo tuvo que dejar libre luego que el cártel de Sinaloa desatara el caos en Culiacán.
También a la falta de credibilidad en materia de seguridad del país, se suma la matanza de nueve miembros de la Familia LeBaron y las tasas de homicidio doloso que hacen del 2019 el año más violento en la historia de México.
Cuando parecía que con el ex presidente Enrique Peña Nieto se había llegado al tope de la violencia, con AMLO no ha sido clara la estrategia de seguridad.
Sin embargo, según Fernández De Lara, la reciente captura en Estados Unidos de Genaro García Luna, ex secretario de seguridad pública del sexenio de Felipe Calderón, salva un poco a AMLO.
Sin embargo, el presidente mexicano mantiene el encanto en los estratos sociales más bajos, a los que mantiene interesados y contentos con base en ayudas económicas y becas.
Aunque desde la oposición, lo anterior es mal visto, al considerar que estos programas más que responder a políticas públicas, obedecen a una racionalidad con intención clientelar, que además proviene de recursos que antes eran de otros programas clave en materia social.
Sobre la política exterior, 2019 fue un año que comenzó de manera compleja y que, al cierre termina siendo favorable en el caso mexicano; complejo cuando vivió las amenazas de Trump de poner aranceles a distintos productos mexicanos; favorable cuando comenzó la renegociación del T-MEC, que ahora se encuentra en un proceso de protocolos para someterlo a firma.
La relación México-Estados Unidos, siempre ha sido una relación de interdependencia, además de compleja y para México una posición de debilidad frente a la potencia que representa el país vecino.
Sin embargo, para AMLO el cierre de año termina siendo bueno, al lograr acuerdos con EEUU y tener una buena relación con el presidente Donald Trump.
En cuanto a la migración y las relaciones internacionales, Fernández De Lara opinó que la Guardia Nacional se ha dedicado a cuestiones migratorias, poniendo a México como a una especie de muro en la frontera sur, frente a la oleada de migración centroamericana y de países africanos.
Pareciera que México terminó cediendo antes las presiones del país vecino, aunque fue parte de las cartas de negociación que tuvo que usar López Obrador.
Por otro lado, el asilo temporal al ex presidente de Bolivia, Evo Morales, muestra un giro a manera de voltear a ver hacia Latinoamérica, tratando de mandar una señal sin entrar en conflicto con su principal socio político y comercial, de nuevo EUA.
En materia de retos para el 2020, Fernández De Lara contempla los siguientes: la violencia y la inseguridad que se vive en el país; la economía, que cierra el 2019 con un estancamiento económico; el cumplimiento de promesas para cubrir las expectativas de su base política.
Especialmente hacer frente al tema de la corrupción es un tema que tiene pendiente para el año nuevo que está por comenzar, con base en acciones concretas, concluyó.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: