La Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés) tiene entre sus 181 objetivos prioritarios a seis mujeres de origen mexicano que están identificadas por el gobierno de ese país por traficar grandes cantidades de drogas, principalmente en el estado de California.
Además de traficar con estupefacientes, están identificadas también por ser peligrosas a la par de narcotraficantes como Rafael Caro Quintero, el mexicano por el que la DEA ofrece la histórica cifra de USD 20 millones.
En la lista de los fugitivos aparece Hilda Consuelo Ruiz Nevarez, presuntamente la principal distribuidora de cocaína en San Diego y quien está prófuga de la justicia desde hace dos décadas.
Nació en Tijuana hace 60 años, en la década de los ochenta se inició como “coyote” que pasaba indocumentados de la frontera de México a EEUU, pero después ingresó al negocio de tráfico de cocaína.
Desde 2001 dictaron una orden de arresto en su contra y de integrantes de su organización que estaría integrada por al menos 14 personas que trafican también con metanfetamina y heroína. Versiones señalan que vive en Tijuana donde conserva un perfil bajo para evitar ser detenida.
Otra mexicana que aparece en la lista es Yara Banderas Martínez “Janet”, quien ingresó en la lista en 2018, se le acusa de posesión y distribución de drogas en el área de San José, California.
Una agente encubierto logró documentar cómo su célula criminal ingresaba a EEUU cristal y metanfetaminas.
Una de estas mujeres, a la que se identifica como una fugitiva casi tan peligrosa como al “Narco de narcos”, Rafael Caro Quintero, es Ana María Félix “La Doña”, uno de los 181 objetivos prioritarios de la agencia, quien tomó la ciudad de Los Angeles como su centro de operaciones.
Las autoridades le siguen la pista desde hace años por ser la presunta responsable de cruzar cargamentos de heroína desde México y distribuirlos por todo el sur de California.
Aunque su grupo criminal se desarticuló hace una década, “La Doña” desapareció sin que las autoridades pudieran establecer el nombre del cártel mexicano que le surtía la droga y las pandillas que la ayudaban en la distribución.
“La Tía”, como también se le conoce, se encuentra en la misma lista que los cabecillas de los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de Sinaloa, Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho” e Ismael “El Mayo” Zambada, respectivamente.
Imelda Catalán “Quito” encabeza una célula que está ligada a la Mafia Mexicana, conocida como “La Eme” y ocupa un lugar importante en la pandilla los Avenues, que ha sembrado el terror en el noroeste de Los Angeles.
Sus tareas prioritarias eran el tráfico de narcóticos, así como en la recolección y transferencia de 'impuestos' y ganancias de la venta de droga. La DEA la tiene catalogada como “armada y peligrosa”.
Alma Cortez “Marina” es buscada desde hace más de 14 años. Su zona de operación es Ventura y Santa Bárbara, en California, además de una parte de Oregon.
Es responsables de transportar cargamentos de drogas a casas y estacionamientos de restaurantes de comida rápida. Al igual que otras fugitivas, la DEA la señala como “armada y peligrosa”.
Graciela Silveyra, de 69 años, está identificada como familiar del también narcotraficante Jorge, alias “Fat Boy” y "G", jefe de una banda que distribuía cocaína en el sur de California y el estado de Illinois.
Está acusada de almacenar en su casa la drogas que eran introducidas por los cárteles mexicanos. Coordinaba la distribución y, ocasionalmente, cobraba las ganancias.
En enero de 2003, uno de sus distribuidores se dirigía a la casa de Graciela cargando más de 13 kilos de cocaína, pero fue detenido y dio aviso a la mujer, quien se encuentra prófuga desde entonces.
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