La Asociación Mexicana de Distribuidores (AMDA) propuso eliminar el Impuesto Sobre Autos Nuevos (ISAN) a partir de 2020 y hasta 2024, con el fin de impulsar la disminución de precios y la venta de autos nuevos.
La AMDA estima que suprimir el ISAN generará una mayor recaudación de impuestos por concepto de IVA, y ayudará a vender 100 mil vehículos nuevos cada año.
Los impulsores de la propuesta calculan que se alcanzarían ventas de hasta 1.8 millones de unidades en 2024.
En el caso de no aplicar ningún incentivo a la comercialización de autos nuevos, los distribuidores proyectan una comercialización de sólo 1,000,000 de autos para 2024, en lugar de los 1.8 millones que estiman con la anulación del ISAN.
Y es que a pesar de que en 2016 se comercializaron cerca de 1.6 millones de autos nuevos, estableciendo un récord sin precedentes, a partir del año siguiente las ventas comenzaron a caer año con año.
Según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), las ventas de autos en México llevan 22 meses a la baja.
Este año, por ejemplo, se vendieron cerca de 1.3 millones de autos, que se traduce en unas 307,000 unidades menos que en 2016 y cerca de 14,474,000 pesos menos por concepto de IVA.
Esta repentina disminución en la compra de autos nuevos ha provocado que unas 2,500 personas hayan sido despedidas en las áreas de ventas de distintas automotrices, y de seguir así, los distribuidores estiman que se perderán más de 16,500 empleos directos en los próximos cinco años.
La propuesta será presentada ante la Secretaría de Economía, para valorar su implementación y aplicarla en el menor plazo posible.
Por qué los Millennials ya no compran autos nuevos
Los Millennials (nacidos entre 1981 y 1996), de quienes se espera formen el 50 por ciento de la fuerza laboral el siguiente año, no están interesados en comprar automóviles.
En Estados Unidos, la compra de automóviles por jóvenes menores a los 30 años disminuyó en más de un 30% en los últimos años.
Parte de las razones es por el costo de adquirir y mantener un automóvil y la otra parte es porque están esperando un automóvil que sea “eacsy” (sus siglas en inglés): eléctrico, autónomo, conectado, compartido y anualmente actualizado.
Eléctrico. Parece que la iniciativa “cero emisiones” se está volviendo global, y la tendencia es que la electricidad sustituya a los combustibles fósiles, o por lo menos se busquen fuentes de energía que emitan cero CO2.
Autónomo. Los avances en inteligencia artificial, “machine learning” y redes neuronales han hecho posible el desarrollo de los coches autónomos, es decir, sin un chofer humano (incluso en embotellamientos).
Conectado. La inminente llegada de la red 5G no sólo conectará a los automóviles con los servicios de geolocalización, sino también con la infraestructura de tránsito (semáforos, alumbrado público, etc) y con otros autos. Esto hará el tráfico más fluido y con menos accidentes.
Compartido. Aunque ya se ofrecían servicios de renta de automóviles, de leasing e iniciativas como el “car pooling”, apenas ahora están emergiendo los servicios de suscripción. Es decir, por una suscripción mensual (sin plazos fijos), se puede acceder a manejar un automóvil. La suscripción ya incluye seguros, mantenimientos, cierta cantidad de kilómetros sin cargo al mes, y un tanque lleno de gasolina a la entrega de la unidad. Si al paso de ciertos meses (determinados por cada programa de suscripción) se desea cambiar el coche, sólo se tiene que llevar el vehículo anterior y escoger uno nuevo. Actualmente la mayoría de los servicios de suscripción son ofrecidos directamente por las automotrices, y sólo en zonas muy focalizadas.
Anualmente actualizado. Éstos servicios crearán “ecosistemas” de marcas, de los cuales será complicado salir (por ejemplo iPhone vs Android), y dará mayor información (y de mejor calidad) del usuario a las automotrices, dándoles la capacidad de crear comunidades en las que estén más cercanas a sus clientes.
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