El ex embajador de México en Argentina, Ricardo Valero, desarrolló desde el 2012 un síndrome caracterizado por alteraciones conductuales a causa de un tumor cerebral. Ese fue el diagnóstico de la doctora Ana Luisa Sosa Ortíz, psiquiatra del Instituto de Neurología y Neurocirugía, para explicar las motivaciones que orillaron al funcionario a hurtar un libro y una camiseta en diferentes comercios del país latinoamericano en los últimos meses de 2019.
El informe es preciso: Óscar Ricardo Valero Recio Becerra ha presentado de manera gradual una reactivación del síndrome frontal, el cual se ha agudizado gradualmente en el último año y medio. Expertos consultados por Infobae México coinciden en que un tumor de estas características dañó de manera irreversible la masa encefálica, provocando alteraciones conductuales.
Y es que la parte frontal del cerebro, de acuerdo con los expertos, es “la conciencia moral” del individuo. Se encarga de regular e inhibir los impulsos al señalar lo que es correcto o no de acuerdo a las normas fijadas por la sociedad. De acuerdo con la psicóloga Aline Aznar, egresada de la Universidad Iberoamericana, al tener una afectación en esa área era lógico que eventualmente, el embajador tuviera conductas que no son moralmente aceptadas.
A pesar de haber extraído el tumor, los daños ocasionados al cerebro son irreversibles. La pérdida del tejido cerebral necesariamente traería consigo alteraciones en algunas conductas, aunque sus manifestaciones no fueran inmediatas.
La evolución del síndrome se expresa en impulsividad involuntaria y deterioro del juicio; alteraciones de la conducta aun cuando otras funciones cognitivas se realizan con aparente normalidad. Según explicó Aznar, sería por este motivo que el ex embajador, aunque podía ejercer el cargo con plena conciencia, no pudo controlar sus impulsos que lo llevaron a hurtar.
"Esa parte que te dice ‘no puedo hacerlo porque es malo’ se borra y ya no se regenera. Puedes intentar moldearlo conductualmente pero la parte instintiva eventualmente se impondrá, no lo puede controlar”, señaló la psicóloga.
Hay factores desencadenantes en este impulso irrefrenable. Algún suceso en concreto que incitó los últimos intentos de hurto en Argentina. Su propia hija, Florencia Valero, narró a Infobae México cómo fueron esos los últimos días de su padre en el país latinoamericano, luego de que se diera a conocer su intento de robo en una famosa librería.
“Llevaba un par de días en shock”, dijo Florencia, quien corroboró que su padre cometió un segundo delito en el aeropuerto de Ezeiza, donde intentó llevarse una camiseta sin pagar. Para ese entonces Ricardo Valero seguía desorientado y no lograba distinguir un hecho del otro.
“Lo de Ezeiza lo narró como si alguien de la librería lo estuviera persiguiendo, es el comienzo de una demencia senil. Estamos devastados”, explicó su hija.
El testimonio de Florencia respalda lo dicho por la psicóloga. De acuerdo con ella, posiblemente hubieron conductas inadecuadas previamente, pero pasaron desadvertidas porque no hubo un video que lo exhibiera.
Para Aznar, la condición de Valero no le impedía ejercer su posición como Embajador, sin embargo, si necesitaba estar bajo monitoreo. “Es como Winona Ryder, quien es cleptómana y aún así puede ser actriz y tener un gran desempeño en otras áreas”, explicó.
En contraste, la doctora Lourdes Valeria Mejía Carrillo, especialista en neurología clínica, considera que el meningioma si inhabilitaba al funcionario para ejercer su oficio. “La mayoría de estas personas tienen cambios en su conducta, lo que imposibilita laborar en algunos ámbitos profesionales”.
De acuerdo con esta especialista, este tipo de tumoraciones que afectan la parte cognitiva conductual pueden afectar a los enfermos de manera tardía, llegando incluso a limitar la coordinación motriz y generando episodios de ansiedad y depresión. “Depende de la localización, tamaño, profundidad, y lateralidad de la lesión, los meningiomas pueden tener repercusiones importantes incluso tras ser extirpado”, añadió.
Su triste diagnóstico clínico respalda lo revelado por Florencia Valero, quien aseguró que a su llegada a México, su padre no podía hablar, arrastraba una pierna y no se acordaba de lo sucedido. "Era como un zombie”.
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