El pasado 16 de diciembre, un pequeño oso negro sorprendió a los invitados de una tradicional carne asada que se llevaba a cabo en el municipio de San Pedro Garza García, Nuevo León.
Mientras las personas convivían apaciblemente dentro de un salón de eventos sociales de la colonia Prados de la Sierra, el animalito irrumpió en busca de alimentos. Ante este suceso, los asistentes lejos de correr a resguardarse, lo tomaron con calma y humor, grabando con celulares el recorrido que dio por el lugar.
En las imágenes se puede apreciar cómo el oso va explorando el exterior del salón “Casa Verde”, pasando por el comedor hasta llegar cerca del asador, atraído por el aroma. Incluso, algunos le ofrecieron chicharrones y vino, ante la mirada de asombro de los demás presentes.
También, se observa que el inesperado visitante tumba unas botellas de bebidas alcohólicas y cómo los invitados de la carne asada, entre bromas, le piden que no ingiera el contenido.
Este no es el primer acontecimiento de este tipo en la región. El viernes 22 de noviembre, una familia que visitó el Cerro de Chipinque, montaña entre los municipios de San Pedro Garza García, Monterrey y Santa Catarina, tuvo un avistamiento de dos osos, lo cuales también fueron filmados.
Antes del acercamiento, ambos osos husmeaban la basura en busca de comida, hasta que uno se acercó al grupo presente, provocando que una mujer quedara paralizada ante la cercanía.
Ambas anécdotas demuestran la invasión de la urbanización en ecosistemas y hábitat de animales salvajes.
Una especie en peligro de extinción
El oso negro está considerado como una especie en peligro de extinción. En México, únicamente la población de Serranías del Burro, Coahuila, está sujeta a protección especial.
De acuerdo a información de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), en dicha entidad se han establecido 18 Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMAs) para este mamífero.
Otros estados como Sonora y Nuevo León han realizado estudios enfocados principalmente al cálculo de la densidad de las poblaciones; no obstante, aún es necesario mejorar los métodos para estimar este parámetro y así obtener resultados más precisos.
Entre los principales factores que ponen en peligro al oso negro están: la cacería para el comercio ilegal de algunas partes del cuerpo, las actividades humanas, como la deforestación y el cambio de uso de suelo, y, principalmente, las actividades agropecuarias, que han provocado la degradación y pérdida de su hábitat.
Los basureros son otra de las problemáticas, ya que los osos se alimentan de lo que encuentran ahí y lo asocian a fuentes de alimento. Esto ha ocasionado modificaciones en la conducta de los animales, pues visitan con mayor frecuencia los basureros y esto causa que las interacciones con humanos sean más comunes y que los atropellamientos aumenten, debido a que los osos se trasladan a estas zonas de manera continua. Además, el consumo de basura también puede afectar la salud de los osos, causándoles enfermedades o infecciones.
El oso negro es una especie que se desplaza grandes distancias y que tiene un ámbito hogareño amplio en respuesta a sus necesidades alimenticias y de reproducción, por lo que requiere áreas extensas para mantener sus poblaciones viables. Debido a esto, se considera una especie sombrilla, ya que su conservación y la de su hábitat natural podrían implicar la protección de otras especies con las que comparten el hábitat.
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