La presidenta de la Cámara de Diputados de México, Laura Rojas, del opositor Partido Acción Nacional (PAN), lamentó este martes que el país esté muy “polarizado” e hizo un llamado al mandatario Andrés Manuel López Obrador para que dialogue con los sectores contrarios al Gobierno.
"Claro que hay polarización y es un reflejo de la sociedad mexicana que se expresa en la Cámara. Ha sido difícil conducir sesiones en un pleno que está polarizado y dividido", expresó Rojas en entrevista con Efe desde su despacho en el Palacio Legislativo de San Lázaro, en la capital mexicana.
La división social en México entre la izquierda y la derecha está al orden del día desde que el año pasado asumió el poder López Obrador, quien critica con vehemencia a los conservadores, a quien define como "fifís".
La presidenta de la cámara, del derechista PAN, que asumió el cargo en septiembre gracias a la rotación anual que hay en el puesto, señaló que esta polarización se traduce en los plenos con "visiones contrapuestas que muchas veces parecen irreconciliables".
Para Rojas (Ciudad de México, 1975), quien desde 2006 ha sido legisladora tanto en la Cámara como en el Senado, la inseguridad en México y el estancamiento económico son problemas suficientemente graves como para que "valga la pena un diálogo" entre el Gobierno y la oposición.
"Todos somos mexicanos y a todos nos mueve construir un mejor país. En ese sentido hago este llamado al presidente a dialogar para encontrar caminos de encuentro que nos ayuden a construir soluciones", señaló.
SEPARACIÓN DE PODERES
Cada vez más voces advierten de que López Obrador aprovecha su mayoría en el Congreso para expandir su influencia en el resto de poderes del Estado, pero Rojas sostuvo que al frente de la cámara ha podido defender la "pluralidad" política y aseguró que "las instituciones en México funcionan".
Admitió que el gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena) ha acelerado procesos en el parlamento cuando le interesaba, pero defendió que la oposición no ha dejado de hacer su trabajo.
"Lo importante es tener una presidenta de la primera fuerza opositora del país que garantiza que los que opinan distinto a la mayoría puedan tener su voz y su espacio", explicó Rojas, quien estuvo a punto de no asumir el cargo dado que Morena quería dinamitar el consenso por el que la presidencia de la cámara se rote entre partidos.
Asimismo, Rojas rehusó opinar sobre las polémicas en el Senado, donde se ha nombrado a personas cercanas a López Obrador para la Suprema Corte y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
"El respeto a la cámara ajena es la paz. Este es un tema de los senadores", zanjó.
UN PARLAMENTO FEMINISTA
Al recibir a este periodista, Rojas no dudó en criticar que sus predecesores le dejaron un despacho muy "masculino", con cuadros de los revolucionarios mexicanos Emiliano Zapata, Pancho Villa y Venustiano Carranza, pero de ninguna mujer.
Y es que la presidenta de la Cámara baja, que por primera vez tiene una composición paritaria entre hombres y mujeres, se ha marcado como objetivo lograr "un avance sustancial a favor de las mujeres en este país".
Recordó que se han aprobado reformas legales para agravar penalmente las agresiones a mujeres, para establecer la paridad en los órganos de gobierno y para acabar con la brecha salarial, pero quedan asuntos pendientes como la creación de un sistema nacional de cuidados a cargo del Estado.
"Mientras las mujeres en este país sigan siendo las que cuidan de los niños, los enfermos y los adultos, nunca se va a mejorar la brecha salarial y no va a haber empoderamiento", sostuvo.
Pero tras más de una década ejerciendo de legisladora, Rojas es perfectamente consciente de que en México se aprueban muchas leyes pioneras en sus ámbitos que luego no se cumplen.
"El Poder Legislativo ha hecho su trabajo, pero el problema sigue siendo la implementación. Tiene que ver con las capacidades del Poder Judicial, las fiscalías y los gobiernos", reclamó.
EL MOMENTO MÁS COMPLICADO
No lleva ni cuatro meses al frente de la institución, pero la presidenta de la Cámara baja admitió haber vivido "complicaciones intensas", sobre todo el pasado 22 de noviembre cuando los diputados tuvieron que aprobar el Presupuesto de 2020 en un recinto de exposiciones ya que la sede legislativa estaba bloqueada por sindicatos.
"Teníamos entre 10,000 y 12,000 personas alrededor de la cámara. Era imposible el acceso a menos que fuera vía represión, que indudablemente habría comportado confrontación física y probablemente heridos, hasta muertos. No estaba dispuesta a eso", relató.
Sobre los presupuestos de López Obrador, marcados por la austeridad, la legisladora dijo que "nadie puede estar en contra de un mejor manejo de los recursos públicos", pero advirtió que ello no puede poner "en riesgo" a la población por falta de medicinas o recortes en la prevención de incendios.
"En lo personal estoy a favor de la austeridad, pero no del austericidio", sentenció.
EFE
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