El Cártel de Sinaloa no sólo ha producido dinero y violencia con el negocio del narcotráfico, también ha sido fuerza productora de una red de corrupción en la política mexicana. ¿Cómo ha logrado el Cártel de Sinaloa burlar a la justicia por décadas? Es la pregunta que el periodista Ricardo Ravelo ha buscado responder desde hace 19 años, cuando el ex presidente panista, Vicente Fox, encabezaba el gobierno de México.
En una revisión del grupo criminal, el periodista ahonda en lo que no se dijo durante el juicio de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”: el Cártel de Sinaloa alcanzó su máxima evolución durante las administraciones de Fox y Felipe Calderón.
El respeto que hay en Sinaloa por el cártel con el mismo nombre comenzó en los primeros 20 días del gobierno de Fox, el hombre que había sacado al PRI de Los Pinos y que prometía encarcelar a los peces gordos.
“El Chapo” había sido capturado años antes en Guatemala y encerrado en el penal de Almoloya de Juárez; sin embargo, su traslado a Puente Grande significó el debilitamiento de las autoridades penitenciarias, ya que el cabecilla narco sometió a reos como a los dirigentes de la prisión. “Todos se volvieron cómplices y y empleados del capo que vivía como rey”, relata Ravelo.
Tan pronto arribó Fox al poder, “El Chapo” se preparó para su primer fuga del penal. En ese momento surgieron versiones de que más bien le abrieron las puertas de Puente Grande para que consolidara un proyecto criminal que en ese entonces era importante. Se trataba de construir un cártel único y así disminuir la violencia en el país.
El plan del líder del Cártel de Sinaloa era terminar con la hegemonía de los hermanos Carrillo Fuentes (Cártel de Juárez); exterminar a los hermanos Arellano Félix y a la célula criminal de Los Zetas.
El gobierno de Fox siguió cada uno de los objetivos del grupo criminal. Con todo el poder del Estado, atacó hasta encarcelar a los Arellano Félix, emprendió una fuerte andada contra Los Zetas y y desmembró a los Carrillo Fuente. Para entonces el titular de la Agencia Federal de Investigaciones era Genaro García Luna, capturado en Dallas, Texas.
La célula delictiva no sólo mandaba fuera del gobierno, sino también se instaló dentro de él. Según la Administración Antidrogas (DEA por sus siglas en inglés) un funcionario de la administración de Fox tenía vinculos con el Cártel de los Beltrán Leyva. Entonces, sugirió interceptar los teléfonos de Los Pinos, no obstante, el procurador General de la República, Rafael Macedo, se opuso
Durante todo el sexenio “El Chapo” vivió impune, libre de persecuciones, pese a las presiones de Estados Unidos.
Con Felipe Calderón la historia no fue diferente. El gobierno continuó con el plan para consolidar al Cártel de Sinaloa como hegemónico. “Calderón implementó la guerra contra el narcotráfico, pero sus resultados fallidos dan cuenta de que todo ese proyecto fue una farsa: el narcotráfico terminó fortalecido, los cárteles se internacionalizaron y se hicieron más fuertes mediante las alianzas estratégicas”, especifica Ravelo.
Javier Herrera Valles, una agente federal de larga experiencia, relató a través de una carta que detrás de la fallida estrategia se encontraba García Luna, quien había pasado a ocupar el cargo de titular de la Secretaría de Seguridad Pública durante la administración de Calderón.
El agente señalaba a García Luna de estar coludido con el narcotráfico y de implementar verdaderas torpezas con los Operativos Conjuntos contra el crimen.
Además, el funcionario tenía pactos con el Cártel de Sinaloa que explican su inmunidad durante la época de 2006 a 2012.
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