Elena Poniatowska rompe el silencio después de que revelara que fue abusada sexualmente por su afamado maestro Juan José Arreola en 1954 cuando ella tenía 23 años y él 37.
En entrevista con El País, la ganadora del prestigiado Premio Cervantes, considerado el Nobel de Literatura en español, dice que “el chisme” la tiene “estupefacta”, aunque mantiene la discreción sobre el caso, está convencida de que su denuncia “es muy importante” en un país donde son asesinadas 10 mujeres cada día y ellas sufren todo tipo de abusos.
“Esto se reveló por casualidad y nunca por una voluntad mía. Creo que es muy importante proteger a las mujeres, sobre todo en México”, dice.
Detalló que la agresión sexual ocurrió cuando ella era una joven escritora que asistía a talleres literarios de Arreola por recomendación de una amiga. Era su discípula y estaba “encandilada con un discurso apantallador que te seducía. Arreola era un gran actor de sus sentimientos.
“Yo no sabía lo que era un seductor y él lo era con sus alumnas”, agregó. Lo sucedido lo califica como “un abuso de un hombre adulto con una muchacha totalmente encandilada, que además salía de un convento de monjas y, es horrible decirlo, pero no sabía lo que le estaba sucediendo”.
¿Se comportaba así Arreola con todas las mujeres del taller?, la preguntó El País. “Solo con las bonitas” ¿Pudo haber abusado Arreola de otras chicas? “No tengo idea. Yo no puedo decir eso. Incluso si lo supiera no me toca a mí decir esas cosas”.
Como ya se sabe, fruto de la violación nació su primer hijo, Emmanuel Haro Poniatowska. La escritora se marchó a Francia y después a Italia donde dio a luz.
“Nadie me dirigía la palabra porque era un convento de monjas y novicias y al llegar una güera con una panza no era bien visto”.
Y aunque asegura que mantuvo correspondencia con el autor de “Confabulario”, fallecido en 2001, afirma que decidió guardar silencio, hasta ahora seis décadas después cuando lo ocurrido ha aflorado tras la publicación de su libro “El Amante polaco”, donde cuenta lo sucedido, aunque sin identificar al agresor sexual, que parece citado como “el maestro”.
“Estoy sola. No sé qué es el amor. Lo que me ha sucedido. El catre, la amenaza, el ataque nada tiene que ver con lo que leí en los libros", escribió Poniatowska.
“Me da pudor, porque no es nada del estilo de mi familia. Yo sé que a mi madre y a mi padre los enfermaría, porque es algo de lo que hemos guardado totalmente silencio. Mi hijo ya tiene 64 años. ¡Imagínate, 64 años de silencio!”, dijo sobre el episodio en noviembre en una entrevista que concedió al periódico Excelsior, el mismo donde debutó como periodista.
Aunque aseguró que lo sucedido la marcó, también es generosa en relación con su experiencia al lado de Arreola. “Me cambió toda mi vida. Yo era una niña bien, privilegiada, y me ayudó mucho, porque me acerqué a muchísima gente a la que no me hubiera acercado”.
Sin embargo, lo que dice no entender es la reacción de la familia Arreola de desacreditar sus palabras. En una misiva pública bajo el título Fe de erratas y dirigida a “los lectores y seguidores de Juan José Arreola”, la familia del escritor se refiere a la denuncia de Poniatowska y de la pianista Tita Valencia, que también ha revelado recientemente que fue víctima de maltrato psicológico por parte de Arreola.
“Con tristeza y molestia hemos leído las recientes declaraciones de dos conocidas autoras que, efectivamente, sostuvieron relaciones sentimentales con nuestro padre y abuelo. La verdad de los hechos de aquellos años se ha transformado hoy en una injusta narrativa de falsedades que no podemos soslayar”.
La familia Arreola también hizo públicas cartas originales que Poniatowska y Valencia enviaron a Juan José. “Me quedé muy asombrada de que hubieran guardado una carta. Me dio ternura la carta, el papel, la máquina. Finalmente es una carta en la que ellos se ponen la soga al cuello, porque ahí le digo a Juan José: cuida mucho de tus hijas, no vengas. No le pido nada a él”, responde la autora de “La Noche de Tlatelolco”.
“Pienso que la familia cometió un error. En la novela yo lo llamo el maestro, nunca aparece su nombre. Yo ni siquiera pensé que él, estando casado, podría compartir sus cartas y que la familia las guardara, ¿para qué? Estoy estupefacta con todo este asunto, jamás lo esperé”.
Aunque el abuso lo mantuvo en silencio, ahora Elena Poniatowska reconoce que era un secreto a voces en el ambiente literario. “Desde muy joven, cuando iba a hacer entrevistas, sentía que debajo decían: ahí viene la muchacha que le pasó eso. Había una atmósfera, o una sensación de que ya se sabía ese rumor. Pero yo seguí trabajando y hasta la fecha”.
Poniatowska espera que la controversia desatada desaparezca y ella pueda volver a encerrarse en su estudio para corregir la segunda parte de “El amante polaco”. Además, quiere que se difumine el sentimiento de culpa que la ha envuelto desde que se hizo público el abuso.
“Tengo una formación de niña de convento de monja, de católica, me siento culpable de todo. Van a decir que yo me puse a provocarlo, a bailar encuerada el chachachá delante de él. Me parece imposible que ahora sea yo a la que sientan en el banquillo de los acusados”.
Aunque el tema ha sido muy comentado en redes sociales Poniatowska prefiere mantenerse al margen. “Las redes son muy crueles”, asegura. Sin embargo, reconoce que su caso puede alentar a otras mujeres a no callar los abusos, ahora que en México se consolida un movimiento feminista que denuncia la violencia de hombres poderosos. “Yo estoy totalmente con ellas. Me considero feminista”.
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