"Zapata después de Zapata” es el título que lleva la exposición que conmemora al caudillo del Sur en el Museo del Palacio de Bellas Artes.
La obra “La Revolución” del artista Fabián Chairez forma parte de la poco aclamada muestra de parte de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), que inconforme, amenaza con quemar todas las pinturas de la exposición si no retiran el cuadro de Chairez.
El motivo de la inconformidad es que la obra muestra a un Emiliano Zapata pintado al desnudo sobre óleo, en un cuerpo de mujer que, incluso, usa tacones al tiempo que monta un caballo.
Las organizaciones campesinas, a la batuta de su líder, Álvaro López Ríos, indicaron que no se moverían de la entrada del museo, en tanto no quitaran la obra.
Sin embargo, al poco tiempo, los manifestantes comenzaron a exigir que quemaran el cuadro, no sin subrayar que, además de estar infinitamente molestos por la forma en la que se retrató al icono de la revolución mexicana, no aceptarán que nadie visite la exposición y menos que vean la obra.
La pintura de Fabián Chairez fue utilizada por la Secretaría de Cultura para promover la exposición, además de que cuestiona las preferencias sexuales del militar y héroe nacional.
Son la Secretaría de Cultura y el Instituto de Bellas Artes y Literatura (INBAL) a través del Museo del Palacio de Bellas Artes (MPBA) las instituciones que conmemoran al caudillo en tan polémica exposición.
A 100 años de su muerte y a 140 de su nacimiento, Emiliano Zapata son 140 piezas artísticas las que dan un recorrido a lo largo de su vida a través de distintas representaciones que transcurren entre los siglos XX y XXI, en los que su paso por México y Estados Unidos no pasan desapercibidos.
La curaduría de la exposición corrió a cargo de Luis Vargas Santiago, quien es historiador del arte e investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Las obras de “Zapata después de Zapata” incluyen pinturas, obra mural, videoarte, publicaciones, documentos esculturas, grabados, fotografías, instalaciones, indumentaria y arte objeto.
Igualmente dentro de la exposición que conmemora a Zapata participan 70 artistas, cuyas obras provienen de 68 colecciones de corte público y de corte privado.
Su difusión en redes sociales causó polémica e, incluso expresiones homofóbicas en la comunidad de Facebook del Museo del Palacio de Bellas Artes.
Más de mil reacciones y aproximadamente un total de más de 500 comentarios acompañan a la interminable muestra de poca apertura a la selección principal de la exposición, encabezada por un Zapata con rasgos femeninos.
Los líderes campesinos pasan por alto el perfil multifacético del primer líder en su sector, al ser éste un revolucionario de sí mismo y de su movimiento, cuya imagen ha sido impresa de manera tanto positiva como negativa a lo largo de las décadas: conmemorado, odiado o difamado con base en el contexto en el que se le ubique.
De sobrevivir a las exigencias de la UNCA, la exposición se divide en cuatro secciones que explican las diferentes evoluciones del líder revolucionario a lo largo de su vida: como líder campesino; como fabricado héroe de la nación; como migrante y, finalmente, como parte de movimientos en los que su imagen se ha visto apropiada por diferentes causas entre las que destacan el movimiento estudiantil de 1968, a través de los discursos; las deconstrucciones homosexuales del nacionalismo, así como los cuestionamientos a los modelos de masculinidad hegemónica en artistas del neomexicanismo.
Igualmente, su inmersión en el legado zapatista no pasa desapercibida.
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