Jaime Bayly, presentador de origen peruano a través de su late night show semanal, señaló que la noticia más deliciosa que le había tocado dar en estos días era la relacionada al robo del libro de “Casanova” por parte del entonces embajador de México en Argentina, Ricardo Valero.
De nueva cuenta, el embajador de México en Argentina, Ricardo Valero fue agendado en medios tras el intento de hurto del libro sobre la biografía de “Giacomo Casanova” en la famosa librería de El Ateneo.
Al hacer referencia a la librería como uno de los sitios más lindos del mundo, el presentador aprovechó para describir los orígenes de la misma, señalándola como un antiguo teatro que derivó en tienda de libros.
Tras la descripción, Bayly introdujo a su audiencia al momento en que el diplomático mexicano entró al lugar, buscó entre los estantes y trató de extraer la obra escrita por Guy Chaussinand-Nogaret, sin pagar.
A los hechos descritos, Bayly comentó que El Ateneo pudo resultarle tan encantador al embajador, que quizá quedó embrujado ante sus encantos, al grado en que suspendió su conciencia de la realidad y ello (quizá) le impidió el recordar que era importante pagar por el libro.
“Un olvido, quizá un descuido” -enfatizó el presentador-, tal vez hasta una laguna o una falla de su memoria o el mero hecho de que el representante de México en Argentina fuera un pilluelo que se excita robando.
En una meditación simple, pero incisiva sobre los hechos, Bayly continuó evaluando la actitud y las acciones del diplomático con base en los hechos ocurridos en El Ateneo.
“Un cleptómano agazapado”, “un taco elegante” e incluso de “cuello blanco” fue calificado Ricardo Valero en la descripción de hechos, misma que parecía interminable en materia de calificativos.
Ante lo que aún resulta inaudito proviniendo de un diplomático de tan alta experiencia en política exterior, el presentador subrayó justamente la gravedad de que representara a un gobierno de “izquierda chavista-populista”.
Dentro del monólogo de Bayly, se califica a los chavistas como conocidos “todos ladrones”, aseveración personal del nativo peruano, misma que ensalza diciendo que quizá al ser parte de ellos, Valero pensó en algún momento que de él se esperaba lo mismo, un hurto.
“Como en la ciudad de México”, el presentador naturalizado estadounidense, apuntó a la acción que cometió el diplomático cuando intentó llevarse el libro sin pagarlo.
Alrededor de los monólogos mencionó un supuesto pensamiento que pudo tener el entonces embajador mexicano, mientras se dirigía hacia la salida con el libro en cuestión escondido bajo el periódico que llevaba aquel día: “Debo ser consecuente con nuestra ideología”.
En contraste Bayly, señaló que él, de haber formado parte del servicio exterior mexicano, no hubiese destituido al embajador, que en su lugar le habría dado una amonestación, pidiéndole que en adelante se encargara de pagar por los libros que desea leer.
Que incluso le hubiera sugerido que abriera una librería en Buenos Aires que se llamase “Casanova”; también subrayó que la prensa argentina sacó una crítica hilarante en relación al robo, relato del que el embajador ha de estar absolutamente abochornado.
Bayly cierra su intervención sobre el libro robado, enviando un abrazo al diplomático mexicano, no sin antes subrayar que “¿Quién no antes en su vida o en su afiebrada juventud, no tuvo la tentación de llevarse un libro por descuido?”
Contrasta la anotación con la edad del embajador, 76 años: “sólo roban los jovencitos urgidos por el deseo de violar la ley”.
“Aunque delito menor, afecta su carrera diplomática”, enfatizó el periodista, además de concluir que conforme a su juicio, Valero no requería humillación de destituirlo por parte del gobierno mexicano.
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