De una forma insospechada, los narcos han comenzado a realizar envíos de droga. El método es a través de paquetes postales y mensajería.
En un principio vale cualquier envoltorio para camuflar la mercancía —libros, chocolates o coches de juguete— hasta que la encomienda es interceptada y pasa a ser un gancho sospechoso.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana reveló que de agosto a la fecha se han decomisado 34 paquetes, principalmente de drogas como fentanilo y crystal. Además de municiones, armas, fauna silvestre y piezas arqueológicas.
De acuerdo con las autoridades este método se ha vuelto común debido a que resulta imposible revisar cada uno de los 250.000.000 de envíos que se realizan al año en México.
Por dicha situación, algunas paqueterías que operan en el país han invertido en tecnología de infraestructura a fin de prevenir envíos ilícitos.
Los decomisos realizados por la SSP reportaron la entrada de armas completas dentro de cajas de cartón. En Tijuana, Baja Caliofornia, por ejemplo, la policía confiscó 25 rifles que estaban en proceso de ser armados con partes estadounidenses.
Sobre los arsenales ilegales en México, la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de fuego y Explosivos tiene las herramientas para identificar el origen de las armas que entran; sin embargo, han sido incapaces de identificar a los compradores de éstas.
Eludir la casi estricta vigilancia de las autoridades ha llevado a los narcotraficantes a utilizar formas inauditas para trasladar la droga.
En marzo pasado, en una paquetería de Puerto Vallarta, Jalisco, la entonces Policía Federal encontró dos peluches con cocaína usados para enviar la mercancía a la Ciudad de México.
Sin embargo, no fue el primer hallazgo de ese tipo. Antes, el 24 de enero, oficiales de Guadalajara detuvieron en la Colonia 18 de marzo a un hombre que llevaba consigo una vaca de peluche que contenía un envoltorio con 28 gramos de crystal.
Además de los peluches, los bolillos han atraído la atención de quienes trafican, pues el pasado 7 de agosto de 2018, las autoridades encontraron cuatro panes con 120 gramos de cocaína que serían enviados a California, Estados Unidos. Los dulces artesanales son otro de los alimentos donde los criminales han intentado ocultar los estupefacientes.
El arte suele ser otro pretexto para el narcotráfico: en 2017 se descubrió un cargamento oculto en un cuadro de Emiliano Zapata para esconder 165 gramos de coca que pretendían enviar los mexicanos al país vecino.
Casi un año después, el 25 de julio de 2018, la Policía Federal halló 6 kilos 300 gramos de crystal ocultos en seis cuadros que habían sido enviados a Holanda. El decomiso se realizó durante una inspección aleatoria. Según los reportes, dos caninos entrenados en la detección de narcóticos modificaron su conducta frente a seis cajas que tenían como destino Europa.
Ahí se dieron cuenta que en los cartones había cuadros con droga.
La idea de traficar a través de paquetes de mensajería no es nueva si se tiene en cuenta que desde 2015 el método ha sido empleado. Ese año los traficantes emplearon las refacciones de vehículos para introducir bolsas de coca.
Para el 2016, los CD’s y las lamparas de madera fueron los escondites preferidos de los narcos.
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