Todos los días, en compartimentos secretos de automóviles o escondidas dentro de camiones de carga, cientos de pistolas, fusiles de asalto o ametralladoras cruzan ilegalmente desde Estados Unidos a México.
La Secretaría de la Defensa Nacional afirma que cada año ingresan al país más de 200.000 armas de todo tipo. En promedio 567 al día, unas 22 cada hora.
La mayoría se adquiere legalmente en negocios ubicados en California, Arizona, Nuevo México y Texas, de acuerdo con la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de fuego y Explosivos (ATF por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
El método en que son adquiridas es el llamado “tráfico hormiga” donde cientos de personas compran por separado una o varias armas que después entregan a grupos que las envían a México.
Los compradores son ciudadanos de Estados Unidos sin antecedentes judiciales —como haber sido acusados de cometer delitos o sin delitos o sin problemas de estabilidad mental —. A ellos se les conoce como “compradores paja”.
También son frecuentes las compras en internet. En esos espacios difícilmente se aplica la revisión de antecedentes a los compradores.
Pero el modus de compra de los cárteles de la droga es diferente. Según los reportes, los grupos criminales reúnen arsenales en territorio estadounidense y después los envían a México en compartimentos secretos dentro de camiones de carga.
Las unidades logran cruzar la frontera en parte por la corrupción de las autoridades, pero también por las amenazas de bandas de delincuencia organizada.
Otro método identificado son los túneles construidos en las ciudades fronterizas. De acuerdo con el investigador Luis Astorga, las rutas del tráfico de armas suelen ser las mismas para el trasiego de drogas y dinero.
Las armas también se envían en envases de refresco, lavadoras, tanques de gasolina, y hasta simuladas como armas de juguete.
A través de imágenes, el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresensio Sandoval, presentó cómo de igual forma se adecuan partes de automóviles de carga y de pasajeros para meter ahí cartuchos, balas y hasta armas largas.
El primer caso expuesto sobre estos métodos de tráfico fue el de Tijuana, donde se detectaron cartuchos en una botella de refrescos.
En la aduana de Sonoyta, Sonora, por ejemplo, se han encontrado armas y cartuchos debajo de asientos de camiones de pasajeros, en taques de gasolina y camionetas.
El tráfico de armas también incluye formas inauditas como las puertas de los automóviles y llantas de refacción. En Ojinaga, Chihuahua, fueron decomisados arsenales dentro de un televisor.
En Nuevo Laredo, Tamaulipas se localizaron 100 cartuchos envueltos en un envase de chocolate en polvo. En esa misma entidad presuntos traficantes pretendían pasar tres armas largas dentro de una lavadora.
Una de las razones por la que algunos vehículos no pasan por filtros de revisión es porque las exploraciones se realizan de manera aleatoria.
Esta semana el Fiscal General de los Estados Unidos, William Barr, se reunirá con el canciller mexicano Marcelo Ebrard, para reforzar las estrategias de prevención binacional ante este problema.
La administración del presidente Trump ha manifestado su voluntad de colaborar para reducir el fenómeno.
El tráfico de armas al interior de México
En el país existen pequeños grupos criminales que se especializan en el transporte de armas. Aunque inicialmente operaban independientes a los cárteles de la droga, las cosas son diferentes hoy en día.
Según el sitio Insight Crime, las células criminales están obligando a los vendedores de armas a elegir un bando para el cual trabajen. Finalmente, cada grupo involucrado en el negocio de tráfico de armas, tiende a moverse y actuar en familia, por tratarse de gente de su confianza.
Este martes, al menos 19,317 armas decomisadas por las autoridades fueron destruidas en diferentes entidades de México.
Tamaulipas y Estado de México lideraron la lista de las entidades con mayor número de armas chatarras, con 3,705 y 1,619 respectivamente. Continúa Michoacán, con 1.702; Veracruz, con 1,051 y Nuevo León, con 1,035.
La destrucción continuará en las entidades de Tabasco, Chiapas, Quintana Roo, Campeche y Yucatán.
En el caso de Tamaulipas, los datos indican que a través de su frontera con Texas, EEUU, ingresan miles de armas.
Precisamente en dicha región, existe una disputa entre los cárteles del Noreste y el Golfo por controlar las rutas del tráfico de dinero, armas, personas y droga.
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