Ha pasado un mes desde que el estruendo de las balas silenció la vida de nueve integrantes de la familia LeBarón. Tras la masacre sobrevino una crisis diplomática, la intervención del FBI, el despliegue de cientos de efectivos en la zona y una ola de críticas a la estrategia de seguridad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero hay una pregunta elemental que sigue sin responderse: ¿por qué a ellos?
“¿Por qué la saña?, ¿Por qué la malicia?, ¿Por qué contra nuestra familia?", se pregunta Julián LeBarón en entrevista con Infobae México.
Su tono de voz denota hartazgo y desconsuelo a la vez, es el ánimo de un hombre que no se ha tomado un respiro para guardarle luto a sus familiares, brutalmente asesinados por sicarios que presuntamente pertenecen a “La Línea”, escisión del Cártel de Juárez.
No entendemos por qué. No lo entendemos
“No entendemos por qué. No lo entendemos”, agrega el Adrián, sentado a un costado de su hijo Julián.
Apenas hace tres días Julián y Adrián LeBarón, junto con Javier Sicilia y algunos representantes de partidos políticos, encabezaron una marcha exigiendo justicia a López Obrador. A unos cuantos kilómetros de distancia, en el Zócalo de la Ciudad de México, el presidente mexicano daba un mensaje por su primer año de gobierno.
Los LeBarón se convirtieron desde el 4 de noviembre, día de la masacre en Bavispe, Sonora, en la representación de miles de víctimas de la violencia que aqueja al país y les dieron voz con un grito de “ya basta”.
Estamos hasta la madre, estamos hasta la madre. Yo creo que todo México está así
"Estamos hasta la madre, estamos hasta la madre. Yo creo que todo México está así ", agrega Julián y con razón. El mismo día en que marchaba exigiendo justicia en el Zócalo, México registró el día más cruento del año con 127 homicidios.
Hace exactamente 30 días, el crimen organizado le arrebató a la familia LeBarón a cinco de sus integrantes. La saña la resintió más Adrián. Su hija Rhonita de 30 años y sus cuatro nietos: Jacob, Bellaine de 12 y 10 años, y los mellizos Titus y Tiana de apenas 8 meses de nacidos, fueron asesinados.
Luego de acribillarlos, los perpetradores del crimen le prendieron fuego a la camioneta en que viajaban quedando sus cuerpos calcinados. En la terrible emboscada, también asesinaron a sangre fría a Christina, Dawna y Trevor Langford, de 29, 43 y 11 años respectivamente. Todos pertenecientes a la comunidad mormona, viajan a Phoenix, Arizona, para asistir a una boda.
Están ahí como en estado de coma. Yo batallo para hablar con mi yerno, con mis nietos
“Los que quedaron vivos están ahorita en Dakota. Duermen con su padre todas las noches acurrucados. Extrañando a su madre y a sus cuatro hermanitos. Están ahí como en estado de coma. Yo batallo para hablar con mi yerno, con mis nietos. Batallo para enfrentar a mi comunidad porque es difícil el dolor”, cuenta Adrián LeBarón, abuelo y padre de las víctimas, con una contenida tristeza que se asoma por sus ojos.
Desde aquel día, en que se enteraron del ataque y estuvieron frente al horror de los cuerpos calcinados de sus seres queridos, no se han dado un día para vivir su duelo, en su lugar han exigido justicia de este y del otro lado de la frontera norte. Julián, primo de Rhonita y Adrián, su padre; se han visto envueltos en una vorágine de eventos que los han arrastrado a un activismo, que al menos Adrián, no conocía.
Recorridos por el sitio de la masacre, marchas, reuniones con autoridades estadounidenses, con López Obrador, con Marcelo Ebrard; comunicados, entrevistas y demás actos que han realizado buscando justicia, no les han dejado el tiempo necesario para reflexionar y sentir su duelo. Ahora lo que los mueve es encontrar la respuesta a sus preguntas.
Necesitamos que el mundo entero reconozca esta masacre como un crimen a la humanidad
Se escucha la impotencia en su voz. El dolor en cada frase que pronuncia. Son evidentes las pausas que hace al contestar para aguantar el llanto.
“Cuando me avisaron de la masacre, cuando me avisaron que mi hija había sido balaceada y calcinada; luego luego le hablé a Julián, él andaba en Chihuahua y le dije: `Hijo discúlpame si no te he apoyado en tu lucha, si no he estado más presente para ti, desde ahora cuenta conmigo para lo que sea, yo quiero ser tu guardaespaldas o lo que tenga que ser pero lleva este mensaje al mundo: esto no se puede quedar así, necesitamos que el mundo entero reconozca esta masacre como un crimen a la humanidad, y si es un crimen a la humanidad, tal vez la humanidad entera sea responsable”, con voz casi desesperada, cuenta Adrián cómo fueron los minutos posteriores luego de enterarse de la tragedia.
Para los habitantes de la Colonia LeBarón y toda la comunidad mormona establecida en los estados de Chihuahua y Sonora, nada ha sido igual. “No hemos regresado a la normalidad y tal vez nunca (lo haremos), porque esto sí es muy duro, es un golpe muy increíble para mi y para mi familia, yo no lo puedo creer”.
Tal vez dos o tres han dicho `ya no vuelvo´. Pero son muy poquitos en realidad. Ellos son mexicanos, ellos van a vivir aquí
Pero México es su hogar y no lo van a dejar. “Tal vez dos o tres han dicho `ya no vuelvo. Pero son muy poquitos en realidad. Ellos son mexicanos, ellos van a vivir aquí. Se fue más gente cuando hubo presencia del Ejército, se fue más gente de los pueblos vecinos que de nuestra comunidad, de los gringos como nos dicen”.
Julián LeBarón a diferencia de Adrián lleva ya 10 años siendo activista. Se unió en 2009 al “Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad”, que encabeza el poeta Javier Sicilia, luego del asesinato de su hermano Benjamín a manos del crimen organizado.
“Queremos unir a todo el país para poner presión en una sola parte para que se resuelva este problema muy grande que es la inseguridad. Vamos a empezar con el caso de nosotros, pero en cuanto sepamos quienes son todos los que están asesinado a la gente, señalarlos con el dedo y que todos sepan quienes fueron. Lo que queremos es construir un camino para poder hacer eso, para que esos que asesinan no puedan vivir entre nosotros si consecuencias”, dice firme Julián.
Yo creo que el presidente es un buen hombre y que tiene buenas intenciones y voluntad, y nosotros no somos enemigos del presidente
Una comisión de 38 personas, todas integrantes de las familias LeBarón y Langford, fue recibida el lunes 2 de diciembre, en Palacio Nacional. López Obrador y su gabinete de seguridad les dieron información sobre los avances que hasta ahora hay en las investigaciones.
“Yo creo que fue muy respetuosa, yo creo que el presidente es un buen hombre y que tiene buenas intenciones y voluntad, y nosotros no somos enemigos del presidente. Sin embargo, tenemos un problema enorme de inseguridad y tenemos que buscar soluciones. Esto no se trata de estar de un bando o de otro, inclusive nosotros estamos haciendo un llamado para unir esfuerzos de todos los partidos, de todas las clases sociales, económicas y religiosas. Algo tenemos que hacer para detener la masacre”, explica reiteradamente Julián con un afán de que entienda su dolor quien lo escucha.
En la reunión que duró más de dos horas, se les informó también de la estrecha colaboración que ha tenido el FBI con las autoridades mexicanas en el caso, y del encuentro que el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, tendrá con el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, en próximos días.
“Está colaborando mucho Estados Unidos, hay una muy buena relación, muy estrecha. Quieren llegar hasta el fondo y capturar a los responsables, especialmente a los que dieron la orden... ya han capturado a algunos, nos dijeron que son parte de un cártel del crimen organizado pero no nos dijeron a qué grupo pertenecen”.
Hasta ahorita nos da confianza la investigación que están haciendo, yo que tienen buenos datos y les está ayudando Estados Unidos
“Hasta ahorita nos da confianza la investigación que están haciendo, yo creo que tienen buenos datos y les está ayudando Estados Unidos, pero obviamente el caso de nosotros no es el único, hay muchos casos que tiene el presidente. Nos dijo que en un mes va a ir a Sonora, a Bavispe a visitarnos y yo creo que eso es positivo. El FBI y nos dijo desde Estados Unidos que participaron más 50 personas y que va a ser tardada esta investigación, porque imagínate una cantidad industrial de casquillos las que se encontraron, pero yo creo que van por buen camino".
Adrián LeBarón dijo que en la reunión, López Obrador les explicó en qué condiciones encontró el país. “Nos contó que tan jodido encontró al país, a las instituciones, o sea corrompidas y todo eso, y es muy difícil. Yo siento que no es un país sólido, yo siento que es un país que está por colapsar. Yo siempre he dicho que cuando asesinaron a mi hija fue un parteaguas, o se cae para allá o se cae para acá”.
"Necesitamos poner todas las diferencias que tenemos a un nivel secundario, porque la necesidad que todos tenemos es de proteger la vida y proteger la libertad”, agregó Julián.
Ante las críticas que los LeBarón han recibido por haber pedido que el gobierno de Estados Unidos denomine como terroristas a los cárteles mexicanos, Julián dijo: “Yo creo que nosotros hemos pedido ser suficientemente humildes para reconocer cuando estamos rebasados, y aceptar y pedir ayuda”.
Yo creo que los enemigos de todos nosotros son los que están matando a los mexicanos, y esos son los sicarios
“Personalmente prefiero 1,000 veces que alguien salga y nos miente la madre y que nos diga `vendepatrias´, y que tenga la energía de salir a la calle, de que sienta algo; a los que se quedan en su casa y no sienten nada. Yo creo que eso es lo que necesitamos, salir a la calle para ver cómo le vamos a hacer”.
Respecto a las declaraciones del padre Solalinde, en las que les pidió que eligieran de qué lado estaban, contestó: “Es un amigo. Yo creo que siempre ha sido amigo y eso de escoger entre un bando y otro... pues yo celebro su pasión para defender al país. Yo creo que viene de un deseo neto de patriotismo, pero yo creo que los enemigos de todos nosotros son los que están matando a los mexicanos, y esos son los sicarios y los delincuentes que están en la calle.".
“Yo diría que ellos son los que no son chihuahuenses y no son mexicanos, y deberíamos de tratarlos como extraños enemigos, como dice nuestro himno nacional y unirnos para defendernos. Porque si son terroristas, hay que tratarlos como terroristas... lo que buscamos, lo que queremos es ayuda del mundo”.
Luego de la marcha del 1 de diciembre que los LeBarón encabezaron, y explicaron en reiteradas ocasiones que no se trataba de una protesta anti-AMLO, sino por la paz, y en donde participaron unas 4.000 personas; Adrián dijo que recuperó la confianza en México al ver todas esas personas apoyándolos.
“Al principio de esto había mucha gente indolente, especialmente en los medios que atacaban y decían se lo merecen. y al último la criminal parecía mi hija, no la víctima. Entonces con la marcha yo sí recupere la confianza en México, esa es la gran fuerza que yo me estoy llevando. Que la muerte de mi hija no sea en vano, que sea recordada siempre”.
Con la pena a cuestas y el rechazo de una parte de la población, los LeBarón no tienen más que un mensaje de unión en tiempos oscuros.
“Nuestro amor para todos los que marcharon con nosotros, por todas las víctimas en nuestro país y todos los que están sufriendo, y todos los que están heridos en el mundo, queremos mandarles un abrazo y queremos recibir sus abrazos, los queremos. Creo que este es un problema de la humanidad entera, tenemos que rescatar, tenemos hijos y nuestras familias, tenemos todos que aprender a sacar a nuestras comunidades y a nuestras familias adelante de una forma compasiva y humana”, concluyó Julián.
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