Karen Espíndola fue la última de una larga lista de mujeres que han sido secuestradas tras abordar un taxi en México. Fue el martes 3 de diciembre poco antes de las 21:00 horas, cuando la joven de 27 años de edad abordó un taxi frente al Metro General Anaya, en la delegación Gustavo A. Madero. Se dirigía a su casa pero no no llegó.
Poco antes de desaparecer le envió un mensaje de alerta a su mamá sobre el chofer: “Mami este señor se ve bien sospechoso y grosero”, escribió. Después de eso no se supo de ella.
Pasaron horas y la joven nunca llegó a su casa, por lo que sus familiares dieron aviso a las autoridades y a través de redes sociales difundieron la información. "Mi hermana está perdida, venía sobre Tlalpan, por el metro General Anaya, ahí abordó un taxi y al rededor de las 9pm fue su último mensaje, diciendo que el taxista se veía sospechoso. No le entran las llamadas, ni los whats (sic)”, escribió Daniel Espíndola en sus redes sociales junto a una fotografía para saber si alguien la había visto.
La difusión en redes hizo que las autoridades se movilizaran, así es que después de casi 12 horas de haber sido reportada desaparecida, volvió a casa. Sin embargo, no todas han tenido su misma suerte. Algunas pudieron escapar, pero hay otras que lamentablemente fueron encontradas muertas o no han sido localizadas.
Cintya Gabriela Moreno Hernández, de 25 años de edad, salió de su casa el sábado 30 de noviembre. El 3 de diciembre, fue encontrada sin vida, en la cajuela de un taxi; estaba maniatada y con los ojos vendado.
Gabriela, madre de dos niños, salió de su domicilio en el ex Rancho San Dimas, en el municipio de San Antonio la Isla, ubicado en el Estado de México. Días después, su cuerpo se encontró en calles de la colonia Agrícola Pantitlán, en la Ciudad de México. En el auto también había otro cadáver, se trataba de un hombre de 45 años con camisa azul.
Fueron los vecinos de la colonia quienes se percataron del vehículo abandonado, un Chevrolet Spark. Cuando se acercaron, vieron a un hombre recostado en la parte trasera del vehículo. Al verlo por segundo día consecutivo en la misma posición, decidieron llamar a la policía.
Las autoridades capitalinas investigan si existía una relación entre Gabriela y el individuo o se trata del conductor de la unidad del sitio Enlaces Mexiquenses de Toluca.
El 18 de mayo, Daniela Ramírez Ortiz, de 18 años de edad, salió de trabajar de una pizzería de la cadena Little Caesars en Xochimilco y abordó un taxi para ir con sus amigos a una fiesta en San Andrés Ahuayucan, a media hora de distancia. Lamentablemente la joven nunca arribó a su destino.
Antes de que desapareciera, Daniela Ramírez pidió ayuda durante 14 minutos. A través de Whatsapp, le dijo a uno de sus amigos que un taxista la había secuestrado y la estaba llevando a Tlalpan. El joven al que le escribió no supo cómo actuar, le sugirió llamar a una patrulla pero Daniela no lo pudo hacer. Eso fue lo último que se supo de ella.
Fue hasta el 2 de agosto que la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) confirmó la muerte de la chica tras en análisis de restos óseos que habían sido encontrados previamente en un paraje de la alcaldía de Tlalpan.
En el sitio se encontraron huesos, braquets, unas botas cafés y un vestido naranja que, según familiares, llevaba puestos el día de su desaparición. Sin embargo, no hallaron ningún cuerpo o restos de carne que pudieran ayudar a identificar a la joven.
En julio de este año Monserrat Serralde Franco, de 31 años de edad, saltó de un taxi en movimiento para evitar ser secuestrada. Como consecuencia, se fracturó el cráneo.
Fue encontrada hospitalizada en el sur de la Ciudad de México, y pudo contar la pesadilla que vivió. Según su testimonio, a las 8:49 horas del lunes 22 de junio, salió de su casa y tomó un taxi en Avenida del Pacífico en la alcaldía Coyoacán para dirigirse a su trabajo en Torre Murano, Insurgentes Sur, en la alcaldía Benito Juárez.
Después de que la joven abordó el vehículo para ir al trabajo por la mañana, el conductor bajó los seguros, comenzó a agredirla y le robó sus pertenencias. Desvió la ruta por la que se tenía que dirigir y la llevó a un lugar desconocido para la chica. Monserrat creyó que la intentaban secuestrar, por lo que intentó protegerse y decidió saltar del coche, aún cuando estaba en movimiento. Su hazaña le salvó la vida, aunque le dejó una fractura severa en la cabeza.
Brenda Cruz García fue otra víctima mortal. La joven de tan solo 21 años de edad, salió a trabajar el 14 de julio y nunca más volvió. Lo último que se supo de ella fue que subió a un taxi en Amanalco, en la zona sur del Estado de México. Cuatro días después, fue localizada en el paraje Loma Blanca, en el municipio de Almoloya de Juárez; estaba envuelta en una cobija y con un golpe en la cabeza.
Los últimos detalles que se conocieron de Brenda fue que antes de abordar un vehículo en la comunidad del Capulín Tercera Sección, le envió una fotografía suya a una amiga por WhatsApp. Alrededor de las 14:10 horas fue cuando se registró su última conexión en la red social.
Posterior a eso nadie supo de ella, no contestó las llamadas ni los mensajes. De acuerdo con la hermana, el novio de Brenda la iba a recibir en la terminal de autobuses de Toluca, lugar en donde ambos acordaron verse, pero él tampoco recibió información alguna de ella.
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