Fue el 6 de junio de 2017 cuando Ángel Gabriel Tobón Fuentes, de 17 años, fue levantado a plena luz del día por hombres armados y desapareció. Desde ese entonces su hermana, Lidia Lara, lo busca sin descanso.
Según su testimonio, fue levantado con total impunidad por policías navales del estado, quienes lo desaparecieron sin dejar ningún rastro. Desde ese momento la vida de Lidia ha sido un tormento; la negligencia de las autoridades solo ha empeorado su búsqueda mientras los probables responsables siguen libres.
Y es el que la Fiscalía se tardó 72 horas en escuchar a su familia, horas que ella considera clave en la desaparición de su hermano. Su desaparición fue reportada en la Fiscalía Regional de Boca del Río el mismo día que se lo llevaron. Sin embargo, no fue recibida hasta pasados los 3 días por órdenes del fiscal Manuel Medel, quien se encontraba bajo el mando de Jorge Winckler Ortiz.
En ningún momento fue emitida la ficha de Alerta Amber, a pesar de que Gabriel seguía siendo menor de edad. Según Lidia, esto fue porque el fiscal decidió catalogarlo como adulto. Lo siguiente que ocurrió fue que las propias autoridades criminalizaron a su hermano, asegurando que pertenecía al crimen organizado, vendiendo droga o como halcón (una persona que vigila y alerta a los cárteles ante la presencia de autoridades o enemigos).
Estas acusaciones no han sido comprobadas y el joven no tiene antecedentes penales. Así lo explicó Lidia, quien dijo:
Tenia 17 años, estudiaba, era hijo de familia y fue el típico caso en el que lo estigmatizaron y lo catalogaron como delincuente. Hasta el momento el fiscal no le ha podido comprobar nada, entonces le exijo al fiscal que busque a mi hermano y también al gobernador y al presidente. Porque ellos dijeron que iba a haber un cambio y eso no lo hemos visto
Las injusticias en este caso siguen sumando. El fiscal se negó a solicitar la revisión de las bitácoras de los agentes que podrían haber participado en su desaparición. También se negó el rastreo de llamadas telefónicas hechas desde el celular de Gabriel; en consecuencia, hay grandes vacíos en su investigación.
A ello se suma la desatención de los tres niveles de gobierno, quienes han ignorado su caso y el de miles de otras familias.
Lidia hizo la promesa de encontrar a su hermano y regresarlo a casa. Lleva en esta búsqueda más de dos años sin tener avance. En primera instancia se unió al colectivo Solecito de Veracruz, donde conoció a cientos de otras personas que como a ella, les habían arrebatado un ser amado. Ahora también forma parte del colectivo de Búsqueda Nacional en Vida por Nuestros Desaparecidos, el cual se manifestó esta semana para exigirle a Andrés Manuel López Obrador que ponga atención a sus casos.
“Hay familias que no queremos pertenecer a otra clase de colectivos y aún así buscamos y luchamos. Sin embargo, solamente es con algunas familias con las que se reúne en mesas de trabajo y sólo con ellos se sienta y no escucha a otras familias”, dijo Lidia.
Recordó que son miles las familias que buscan a sus desaparecidos, y para ella, López Obrador las ha dejado de lado. Obligándolas a tocar puertas que se han negado a abrirse. En respuesta, la hermana de Gabriel sostiene que “si va a haber una 4T, que empiece con las victimas de los desaparecidos. porque las victimas de los desaparecidos no bajan”.
Estas búsquedas son importantes porque nosotros le apostamos a la vida, porque vivos se los llevaron y vivos los queremos. Y nosotros le exigimos a los gobernadores y al presidente su ayuda, porque no haya colectivos de primera y de segunda, queremos que a todas las victimas nos den el apoyo
Ese es el mensaje que hizo resonar el lunes el colectivo de Búsqueda Nacional en Vida por Nuestros Desaparecidos, que tuvo que suspender su jornada debido a que el gobierno federal les negó el acompañamiento por parte de elementos de la Guardia Nacional. Se suponía que al menos 150 mujeres de 12 estados del país acudirían a Jalisco para buscar a sus familiares en cárceles, hospitales, centros de regularización sanitaria, clínicas de salud y psiquiatricos; teniendo como última opción los centros forenses. Sin embargo, la falta de apoyo gubernamental hizo imposible la tarea.
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