Hay un rincón en la frontera de México donde la muerte ni se intuye. El pasado fin de semana, presuntos sicarios del Cártel del Noreste coordinaron una serie de balaceras en el municipio de Villagrán, Coahuila, porque buscan apoderarse del territorio para asentar negocios y usar la región como una ruta de trasiego de drogas y armas hacia Estados Unidos.
Como primer móvil del ataque, la Fiscalía Estatal estableció que podría tratarse del interés que la célula criminal tiene por controlar la región.
“Puedo avanzar que hemos detectado que la ruta hacia Estados Unidos es atractiva para el grupo delincuencial por el trasiego de personas, armas y drogas”, señaló el fiscal de Coahuila, Gerardo Márquez, en entrevista con Azucena Uresti.
Continuó: “Hay que recordar que la región genera empleos, tiene inversiones y constituye una ruta de entrada de mercancías legales a Estados Unidos, pero resulta atractiva para la delincuencia para asentar algunos negocios reñidos con la ley”.
El funcionario aclaró que el grupo armado ingresó individualmente a la región y una vez adentro se coordinó un ataque en convoy.
El primer punto de enfrentamiento de los supuestos criminales fue la Presidencia Municipal de Villa Unión, donde se encararon con al menos 15 agentes.
El saldo del fin de semana violento fue de 22 personas muertas, 16 civiles armados, cuatro policías y dos bomberos levantados.
En tanto, el gobernador de la entidad, Miguel Riquelme, aseveró que las personas detenidas por la agresión testificaron que su comando había cruzado los Estados Unidos antes del enfrentamiento en Coahuila.
Villa Unión, un municipio de más de 6.000 habitantes, está ubicado en la zona de los 5 manantiales, que comprende las regiones de Nava, Zaragoza, Morelos y Allende, en el norte de Coahuila.
Desde 2007, ha sido constante la presencia de Los Zetas en esta zona, incluso a dicho grupo criminal se le atribuye la masacre de Allende, en marzo de 2011, que dejó al menos 22 personas desaparecidas.
Qué sucedió en Villa Unión
A las 11:45 horas del sábado 30 de noviembre, un convoy de camionetas con hombres armados provenientes de Nuevo Laredo, Tamaulipas, ingresó a la cabecera de Villa Unión, Coahuila.
Se trataba de presuntos miembros del Cártel del Noreste, célula criminal liderada por Miguel Ángel Treviño Morales, alias “El z-40”.
A su entrada, los hombres dispararon contra la Presidencia Municipal, el cuartel de Policía, la Iglesia y diversos domicilios. También, incendiaron cinco vehículos, entre ellos dos patrullas.
En un primer momento, policías municipales y policías acreditables de la Fiscalía del Estado les hicieron frente. Luego, elementos de la Policía Estatal llegaron a reforzar a los agentes de Villa Unión y se enfrentaron con los sicarios.
Antes de huir, los delincuentes secuestraron a dos bomberos y tomaron una brecha que conduce al municipio de Anáhuac, Nuevo Léon, pero los estatales los buscaron en el municipio de Guerrero lo que desató nuevos enfrentamientos.
La madrugada del domingo en la Brecha del Gas, la Policía Estatal abatió a siete presuntos delincuentes, también encontraron muertos a los bomberos levantados. El saldo del fin de semana violento fue de 22 personas muertas, 16 civiles armados, cuatro policías y las dos víctimas secuestradas.
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