El infierno del cristal: cómo se convirtió en la segunda droga ilegal más consumida

Su consumo en México empezó a cobrar importancia entre 2008 y 2016, pues en ese período se detectó que el número de adictos a esta sustancia internados en centros de narcóticos anónimos se había triplicado

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Al cristal – metanfetamina- también se le conoce como ice, hielo, crico, cristo, foco o simplemente meth (Foto: Especial)
Al cristal – metanfetamina- también se le conoce como ice, hielo, crico, cristo, foco o simplemente meth (Foto: Especial)

Desde hace tres años, el Centro de Integración Juvenil alertó sobre el aumento del consumo de cristal (metanfetamina) al colocarlo como la cuarta sustancia ilegal más consumida en determinadas regiones de México. Sin embargo, confirmaron que actualmente ocupa el segundo lugar, solo por detrás de la marihuana.

Patricia Ruvalcaba Torres, directora del centro, confirmó al periódico Milenio que del padrón de usuarios que conforman el CIJ, el 35 por ciento son adictos al cristal, mientras que el 72% lo son a la marihuana.

Recordó que desde hace 10 años había consumidores de cristal en México, pero la mayoría eran esporádicos y casi todos de edad adulta. Algo diferente de lo que empezó a ocurrir hace aproximadamente tres años, cuando los pacientes adolescentes que llegaban ya no solo presentaban dependencia al alcohol, la marihuana o los solventes, sino también al cristal.

“Trae tanto químico, tanto mugrero, que por eso las condiciones en las que se ven y caen las personas usuarias de esta sustancia es terrible. Tú invitas a una persona que conoces y la ves posterior a que inicia el consumo, su cambio es radical físicamente, pues se demacran, como si les adelgazara la cara y tienden a perder mucho peso” expresó Patricia Ruvalcaba.

Entre los componente que son utilizados habitualmente para sintetizar la droga se encuentran: ácido para baterías, hidróxido de amoníaco, anticongelante, cristal cortado, talco y antihistamínicos.

Todo se mezcla y da como resultado lo que conocemos como cristal o metanfetamina, una droga de diseño que se cocina en un laboratorio y que también es conocida como ice, hielo, crico, cristo, foco o simplemente meth.

El consumo de cristal en México

(Wikicommons)
(Wikicommons)

Su consumo en México empezó a cobrar importancia entre 2008 y 2016, pues en ese período se detectó que el número de adictos a esta sustancia internados en centros de narcóticos anónimos se había triplicado.

Después del alcohol, es considerada como la droga de más impacto en México. Los estados que han registrado aumentos importantes en el número de adictos son Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Durango, Nayarit, Jalisco, Guanajuato y Colima.

La División Antidrogas de la Policía Federal en el país tiene identificado al cristal como la segunda droga más decomisada en los últimos seis años, desplazando a la cocaína y a la heroína.

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar) calculan un promedio 20 mil kilos de cristal decomisados anualmente. Culiacán es el municipio que ha registrado el mayor número de aseguramientos.

Según el periódico El Universal, los tres grupos delictivos que producen esta droga sintética son los que operan en Michoacán y Sinaloa, además del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Existen registros de que estas producciones han llegado a países como Japón, Australia, España y Alemania. Pero su principal cliente son los Estados Unidos, donde además del cristal existen otras drogas duras como el fentanilo que afectan a la población.

De acuerdo con un artículo publicado en Harvard Health, la metanfetamina es un poderoso estimulante que puede fumarse, inyectarse o inhalarse y produce una sensación de euforia y placer similar a los efectos de la cocaína.

La diferencia es que los efectos del Cristal pueden durar más de 12 horas y se caracterizan, en primera instancia, por la supresión total del apetito y el sueño.

Cuando la droga llega al cerebro aumenta la producción de dopamina, un neurotransmisor asociado con la sensación de placer en el cuerpo. El poder adictivo del cristal se manifiesta en la ansiedad que experimentan sus consumidores cuando desaparece el rush placentero.

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