Mano a mano con Edgardo Buscaglia: AMLO y el drama de una lucha contra el crimen sin estrategia

Infobae charló con el reconocido investigador sobre la crisis de seguridad en México, a un año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador

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“Cuando tú tienes mucha táctica y nada de estrategia, es solamente ruido antes de la derrota”

¿Cómo entender que después de décadas de lucha frontal contra el crimen organizado, México está por concluir el año más violento de su historia? La respuesta es tan sencilla como demoledora: falta de estrategia.

El Dr. Edgardo Buscaglia ha estudiado el fenómeno del crimen organizado en 118 países, es investigador de la Universidad de Columbia, pero sus labores están lejos de encapsularse dentro de la esfera de la academia, su compromiso en la lucha contra las mafias y el trabajo en campo, le han acarreado enemigos y amenazas de parte del crimen organizado.

“México adolece de una estrategia que abarque más que seguridad. México no tiene un problema de seguridad nada más, tiene un problema de delincuencia organizada de Estado”, estableció sin cortapisas el Dr. Buscaglia, en entrevista con Infobae.

La delincuencia o mafia de Estado a la que se refiere el Dr. Buscaglia es una hidra de cinco cabezas a la que solo se puede combatir de forma estratégica y atacando todas sus dimensiones al mismo tiempo.

El asesor en materia de seguridad ha documentado con precisión científica que la mafia de Estado está apuntalada por la política y países como México están condenados al fracaso en su lucha contra el narcotráfico, si no lo reconocen.

“La delincuencia organizada política es la madre de todas las demás delincuencias organizadas”.

La dimensión política, judicial, empresarial, social y el sicariato, entretejen la red mafiosa que se expande por el país y que ha dejado una estela de crímenes de lesa humanidad durante décadas. “Sin abordarlas al mismo tiempo (las cinco dimensiones) no vamos a ver reducciones de la delincuencia organizada”, aseguró el Dr. Buscaglia.

Edgardo Buscaglia, investigador de la Universidad de Columbia.
Edgardo Buscaglia, investigador de la Universidad de Columbia.

“En México (los delincuentes) no se podrían mover con la soltura y la impunidad con la cual se desenvuelven, secuestran a miles de niños y niñas y demás, si no tuviesen una protección política”, agregó el investigador en una charla donde hizo gala de su vocación didáctica, pues explicó a detalle cómo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se entrampa entre sus buenas intenciones y funcionarios de la vieja guardia que bloquean los intentos de atacar la mafia.

De la integración de la sociedad civil a la lucha contra la corrupción y el infructuoso esfuerzo de militarizar la estrategia anti narco con la Guardia Nacional, también habló el Dr. Buscaglia. Esta es la entrevista completa.

Infobae: ¿Qué piensa cuándo el presidente dice que “ya se acabó la corrupción”?

Edgardo Buscaglia: Es una declaración política. Los políticos generan declaraciones que muchas veces no tienen un fundamento técnico, pero sí lanzan mensajes importantes para que la población entienda que se acabó la tolerancia a la corrupción. Yo estoy de acuerdo con que el presidente López Obrador ha comenzado a hacer cosas que los gobiernos previos no hacían, les doy ejemplos claros, tienen una unidad de inteligencia financiera que está desbaratando a más de 800 cuentas bancarias de siete carteles. Algo que nunca había sucedido. Tienen 135 denuncias de redes criminales de políticos y empresarios y sicarios que están siendo hoy bloqueadas por la Fiscalía General de la República. Ahí tiene un claroscuro, tiene por un lado una unidad del gobierno que está haciendo su trabajo en el área administrativa congelando dinero, denunciando, y por el otro lado un fiscal que no está abordando los casos. Entonces se nota que la voluntad política existe. Pero a 11 meses no podemos estar viendo resultados globales y completos.

México adolece de una estrategia que abarque más que seguridad. México no tiene un problema de seguridad nada más, tiene un problema de delincuencia organizada de Estado que causa inseguridad y crímenes de lesa humanidad. Entonces, lo que llamamos nosotros tiene un problema de mafia de Estado, utilizando el término italiano. Hay una dimensión política de la delincuencia organizada que este gobierno ha comenzado a abordar a través de acusaciones contra, por ejemplo, Rosario Robles. Tiene una dimensión empresarial legal de la delincuencia organizada, que ha comenzado a abordar a través de acusaciones, por ejemplo, contra Collado. Tiene una dimensión judicial, jueces, fiscales, policías que protegen a la delincuencia organizada, que se está comenzando a abordar, pero no se ha implementado todavía. La justicia no está acompañando al presidente. Tiene una dimensión operativa, que es el sicariato, que en México se viene atacando hace muchos años, pero solamente con detener a sicarios y a sus capos nada se puede lograr si no se abordan las dimensiones políticas, empresariales y judiciales. Y tiene una dimensión social de la delincuencia organizada que son los millones de niños que están cayendo en la adicción al cristal. Son los millones de niños que están siendo sujetos a una captura gradual de la delincuencia organizada en decenas de miles de pueblitos en México que no se está abordando adecuadamente. Tirarle dinero al problema a través de un ataque a la pobreza, por ejemplo, no va a resolver el problema. La pobreza no es causa de la mafia, la gente pobre no es mafiosa, la pobreza en sí misma no es un factor que causa delincuencia organizada. Hay países con mucha más pobreza que no tienen crímenes de lesa humanidad, que no tienen la delincuencia organizada que tiene México, en África, en Asia. La desigualdad del ingreso causada por empresarios leales, oligopólicos, que destruyen la inversión social y buscan alianzas con la delincuencia organizada, es uno de los factores principales que causa que este problema esté fuera de control.

Entonces las cinco dimensiones de la delincuencia organizada, que son la política, la empresarial, la judicial, de protección judicial, la de sicariato y la social, son las dimensiones que la delincuencia organizada utiliza para expandir sus actividades desde los crímenes de lesa humanidad, que es la compraventa de seres humanos, la pornografía infantil, el tráfico de migrantes, el tráfico de refugiados y demás, hace que nosotros tengamos que abordar estas cinco áreas al mismo tiempo. Sin abordarlas al mismo tiempo no vamos a ver reducciones de la delincuencia organizada. Y esta es la experiencia internacional. La buena noticia es que este gobierno ha comenzado a abordar cuatro de esas áreas, le falta una más que es la social, y estamos a la disposición de los gobiernos para poder a portar las mejores prácticas internacionales que han dado resultado en otros países. Que han logrado reducir la escala y la gravedad de los delitos que cometen estas redes criminales. Y cuando me refiero a gravedad me refiero a los crímenes de lesa humanidad, no me estoy refiriendo al tráfico de drogas. No hay que narcotizar la política pública, hay que desmilitarizarla y hay que enfocarse en los crímenes de lesa humanidad que son los más graves ¿no? Cuando se secuestra a niños para el tráfico sexual. Cuando se secuestran a mujeres para venderlas a otros países. Cuando se utiliza el tráfico de órganos como un negocio usual. Esos son los crímenes de lesa humanidad que el continente no está abordando adecuadamente, desde la Argentina hasta México, no es un problema solo mexicano. El Cartel de Sinaloa, por ejemplo, actúa en 81 países, ya sea a través de países donde lava dinero o países a donde obtiene insumos como Argentina, o países donde produce la droga o produce el servicio sexual como México. Lo cierto es que estos 81 países deben coordinar sus actividades para abordar esas cinco áreas que acabo de mencionar.

Entonces los países de Latinoamérica, con excepción de dos, no poseen una política anti mafia, solo se concentran en una estrategia de seguridad. La estrategia de seguridad está incluida en la estrategia anti mafia, pero no tenemos ni en México, ni en Argentina ni en la mayoría de los países, una estrategia que aborde el desmantelamiento político, empresarial, social del sicariato y el desmantelamiento del aparato judicial que protege a la delincuencia organizada.

I: ¿Cuáles son esos dos países?

EB: Lo está haciendo Brasil, desde la época de Lula principalmente. La llegada de Bolsonaro al poder todavía no ha disminuido esa lucha, porque el Poder Judicial brasileño es extremadamente independiente comparado al de otros países. Por lo tanto, con o sin Bolsonaro, el proceso de desmantelamiento de redes criminales ha funcionado bien.

Desde la izquierda un gobierno como el de Lula lo ha hecho bien y después Dilma Rousseff lo continuó. Desde la centroderecha el gobierno de Santos ha continuado el desmantelamiento de redes criminales, a pesar de todos los problemas que ellos tienen, con redes criminales que hoy no pueden enfrentarse al Estado de igual a igual como hacía el Cártel de Medellín, el Cártel de Cali, que les asesinaba la mitad de la Corte Suprema, les asesinaba la mitad de los candidatos presidenciales. Eso ya no ocurre, están atomizados.

Entonces hay dos países que han empezado a abarcar las cinco áreas al mismo tiempo. Los programas de Brasil, por ejemplo, del presidente Lula abarcaban no solamente tirarle dinero a la pobreza, que lo hizo, sino además abarcaban programas de prevención social en zonas de riesgo donde la delincuencia organizada capturaba niños, capturaba jóvenes. Entonces eran programas focalizados, programas antimafia focalizados. Brasil, por ejemplo, para darte más datos, tenía un programa de reasignación social de bienes decomisados a víctimas de la delincuencia organizada.

I: ¿Cómo en México?

EB: México no tiene eso todavía.

I: ¿No es similar al programa de López Obrador, y su Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado?

EB: No, no, porque el problema es el siguiente. Ese programa, que está muy bien concebido en cuanto a la voluntad política, no está focalizado en todos los bienes decomisados. Hay una decisión del Ejecutivo de dedicar ciertos bienes decomisados a ciertos grupos de la población. Pero acá no tienes un proceso judicializado en donde los familiares de víctimas o las víctimas demandan la reparación del daño con bienes decomisados. ¿Me sigues? Y después, al recibir esos bienes decomisados, los familiares y redes de víctimas los utilizan como infraestructura social para prevenir que más niños caigan en la delincuencia organizada. O sea, no hay una cadena judicializada de reparación del daño a los familiares. Y si tú vas, por ejemplo, a Italia, te vas a encontrar que miles de millones de euros que le pertenecían al Toto Riina, al Chapo Guzmán, mafiosos de Sicilia, hoy son campos enormes de cooperativas agrarias donde los niños y los jóvenes aprenden habilidades de vida, cultivan, se producen chamarras. O sea que esos bienes decomisados generaron trabajo, además. Fíjate tú, todo eso está basado en decomisos judiciales y en demandas de redes de víctimas para reparar daño y obtener esos activos. Eso en México todavía no existe porque no hay una ley de reasignación social de bienes decomisados. Hay una buena voluntad del Ejecutivo, pero eso no basta. Todo bien decomisado a redes criminales debe ser reasignado a redes de víctimas como reparación del año, a infraestructura social que genere trabajo y escuelas y lo que sea para poder prevenir que esos niños caigan en las garras de estas redes criminales.

Foto: Infobae México.
Foto: Infobae México.

Yo he recorrido veintisiete Estados en esta visita a México y he estado en los pueblos más pequeños de México, desde Jalisco, Tamaulipas, Durango, y en todos esos estados me he encontrado con una cantidad incremental de jóvenes de pueblos en donde el cristal es un fenómeno adictivo masivo y en donde estamos viendo, lamentablemente, que miles y miles de jóvenes en Jalisco, en Tamaulipas, en Sinaloa, siguen cayendo en las garras del crimen organizado. Era una cosa entre paréntesis triste, que a mí me desgarró el corazón, observar que, durante el Día de los Muertos, en esas ofrendas que en México se celebran, tú veías que cuadra tras cuadra, tras cuadra, tras cuadra, no había fotos de personas de mi edad o de personas mayores a mí, eran todos jóvenes de 15, 16, 17 años, que habían muerto por adicciones, o por haber sido asesinados como parte de las guerras entre carteles o enfrentamientos con autoridades. Es una tragedia nacional en México y en el continente, similar a las guerras civiles que uno observa en los Balcanes.

Entonces ese tejido social hay que abordarlo a través de mucho más que simplemente remates de bienes que han sido… Hay que generar una política nacional de reasignación social de bienes decomisados para la reparación del daño de millones de mexicanas y mexicanos que han sufrido la embestida de la corrupción de Estado y de las redes criminales dedicadas a todo tipo de bienes y servicios.

I: Entiendo que entonces usted diagnostica que hay buena voluntad.

EB: Excelente voluntad, y algunos resultados.

I: Pero los esfuerzos, según entiende, están aislados, porque no se abordan de manera global.

EB: Estamos lamentablemente, como decía el juez Giovanni Falcone en Italia, combatiendo a una de las delincuencias organizadas más poderosas del planeta con un Estado desorganizado. Donde tenemos a las fiscalías contra el lavado de dinero cooperando divorciadas de la fiscalía contra la corrupción. Yo nunca he escuchado un caso de corrupción política donde no haya lavado de dinero. Sin embargo, cuando tú vas a la PGR la excelente y honesta fiscal anticorrupción está abordando sus causas separada de la fiscalía anti lavado. Entonces tenemos un Estado desorganizado intentando combatir a la delincuencia organizada. Y eso es una gran tragedia porque no vamos a lograr los resultados esperados. El titular de la Unidad de Inteligencia Financiera continúa congelando cientos de millones de dólares, de pesos, de políticos, de redes criminales, carteles, pero vemos que la Fiscalía General de la República no está judicializando esos congelamientos por razones que no tienen fundamento legal. Por lo tanto, tenemos a un Estado que todavía sigue reaccionando de manera desorganizada aun cuando existe una excelente voluntad por parte del presidente y de algunos de sus miembros.

Entonces hay que organizar al Estado. Yo entiendo que en once meses no se puede dejar atrás décadas de corrupción y de incompetencia, pero tenemos que empezar a ver propuestas concretas como la Ley de Reasignación Social de Bienes Decomisados, tenemos que empezar a ver al fiscal realmente trabajando en judicializar esos congelamientos que ya van por más de 40.000 millones de pesos que se han congelado y no hay resultados judiciales.

I: ¿El gobierno no entiende el fenómeno de la mafia de Estado?

EB: No comprenden el fenómeno. El fenómeno mafioso, utilizando el término italiano que es el mejor término que existe en el mundo, es una palabra que se ha exportado de Italia a todo el planeta. El fenómeno mafioso tiene esas cinco dimensiones que yo le mencioné, y el gobierno de López Obrador no posee una estrategia que tenga los instrumentos legales e institucionales para atacar las cinco dimensiones de este problema mafioso al mismo tiempo. No existe la estrategia. México es un país con muchas tácticas y ausencia de estrategia. Y como decía un famoso estratega chino: cuando tú tienes mucha táctica y nada de estrategia, es solamente ruido antes de la derrota. Y esa es una de las grandes tragedias que a mí me trae a México para proponerles estrategias anti mafia que han dado resultados en países con gobiernos de izquierda, de centroderecha. Acá la ideología no es lo importante, lo importante es salvar vidas.

I: ¿Y percibe una voluntad del gobierno de escuchar otras voces?

EB: Sí, sí. Por parte del Poder Ejecutivo claramente hay una voluntad de escuchar. Y hay una voluntad de implementar acciones como en el caso de la fiscal anticorrupción, que no le dejan cooperar con la fiscalía anti lavado. Hay voluntad y hay acción por parte de la unidad de inteligencia financiera. Pero esas son dos islas de efectividad. Tenemos que asegurarnos que todos los eslabones del sistema, unidades de inteligencia, policías, fiscalías, jueces y sistema penitenciario, trabajen como una orquesta de cámara. Eso no se ha logrado todavía. No se ha organizado el Estado. El presidente tiene que dar un manotazo en la mesa en las reuniones de gabinete y forzar esa coordinación. Tiene que forzar, o presionar en el caso de la Fiscalía General de la República, para que comiencen a mover todos esos congelamientos de políticos, de dineros de políticos, de empresarios, de sicarios, y de algunos jueces y fiscales que hoy están en la impunidad. Ese es el fenómeno mafioso. No estamos abordando todas las áreas. Atacar el sicariato por sí solo, el presidente tiene razón, capturar capos, capturar sicarios, jamás desmantela la delincuencia organizada porque dejas al cerebro de la delincuencia organizada, que es la dimensión política y empresarial, la dejas intacta. Ahora se está empezando a atacar la parte política y empresarial pero la fiscalía no se está moviendo.

Entonces todo lo que nosotros decimos es propositivo, no hay absolutamente ninguna crítica vacía. Se puede hacer con los recursos que ya tiene México, tenemos buenos fiscales, tenemos jueces, hay que limpiar a la Justicia, espero que el ministro Zaldívar, uno de los ministros de la Suprema Corte, se mueva para comenzar a limpiar a la Justicia, sus jueces federales en principio. Hay una enorme corrupción en la Justicia de los Estados. Entonces necesitamos una limpieza antimafia adentro del Estado ¿no? Y se comenzó con lo político, se comenzó con lo empresarial con el caso de Collado, pero hay que seguir con miles de otros casos y especialmente la Justicia hay que limpiarla porque es uno de los factores que está bloqueando las sentencias condenatorias que deberían estar desarmando redes de criminales, de empresarios, de políticos, y no solamente personas físicas como Rosario Robles, hay que abarcar toda la red logística que a veces cubre mucho más que México. Rosario Robles y al señor Collado se le imputan actividades delictivas en muchos países, no solamente acá. Entonces hay que cooperar en el sentido internacional. Y México tiene todos los instrumentos jurídicos institucionales en puerta, no necesita más dinero presupuestario, tiene todo para comenzar a implementar esta estrategia que todavía no se ha escrito. Es una de mis críticas al señor Durazo, el secretario de Seguridad Ciudadana de México, que no comprende la diferencia entre una estrategia de seguridad y una estrategia antimafia. Una estrategia antimafia incluye una estrategia de seguridad, porque estás deteniendo al fin y al cabo a pistoleros, a redes criminales, pero es mucho más que una estrategia de seguridad. Es una estrategia que abarca todas estas cinco dimensiones que te comenté.

I: ¿Qué tiempo podría tomar, suponiendo que se implementa la estrategia anti mafia de Estado, ver resultados?

EB: Bueno, en el año 2003, 2008 y 2019 publicamos trabajos científicos, con datos duros, no percepciones, de causas judiciales seleccionadas en 118 países, que demuestran que los países que no abarcan estas cinco áreas mínimamente, a través de una estrategia, jamás van a ver reducciones en la delincuencia organizada. Está probado científicamente no solamente por mí y por mis equipos sino por diversos colegas que han escrito en los últimos 40 años sobre este tema.

Entonces, la buena voluntad del presidente, y a veces las torpezas del señor Durazo cuando habla de delincuencia organizada confundida o comienza a realizar declaraciones que no dan, no generan confianza en la ciudadanía, como que el operativo fue fortuito cuando en realidad fue planeado. Toda esa cuestión genera un divorcio con la ciudadanía que tiene que estar apoyando una estrategia anti mafia que todavía no se ha escrito. Entonces lo primero que tendría que hacer el secretario Durazo es redactar una propuesta de estrategia anti mafia que el presidente apruebe. Y en ese sentido todavía no hay resultados.

¿Cuánto tarda una estrategia para poder implementarse y dar resultados? En el caso del presidente Lula en tres años y medio tú veías reducciones de los secuestros, reducciones del tráfico de niños, reducciones del tráfico de seres humanos. En el caso del presidente Uribe, del presidente Santos, se observaron entre los dos en cuatro años y medio reducciones significativas de secuestros, que estaban en más de 3,500, a lo que son hoy 400 o 500 secuestros. O sea que se ven reducciones a tres o cuatro años. O sea que en una administración se pueden observar resultados claros y concretos a través de los indicadores objetivos de veintitrés tipos de delitos que cometen redes criminales en México. Cuatro de los veintitrés son crímenes de lesa humanidad. Quiero aclarar esto porque se caricaturizan a estos carteles como carteles de la droga gracias a la presión de la DEA y de algunos organismos norteamericanos. Es mucho más que carteles de la droga, cometen crímenes mucho más graves que el tráfico de drogas. Cometen crímenes de lesa humanidad en la medida que compran y venden personas, secuestran a niños y se meten en el tráfico sexual y pornografía infantil como es el caso de Lidia Cacho, que ella ha estado investigando más de 10 años estos casos en México. Por lo tanto hay que abordarlo en un sentido integral, no solo las cinco dimensiones de ataque, contra la dimensión política, empresarial, social, judicial, etcétera, sino también abarcarlo en todos los delitos comenzando por los más graves. No comenzar por las drogas sino comenzar por los crímenes de lesa humanidad que cometen desde Argentina hasta México.

I: El tráfico de armas provenientes de EEUU complica la situación

EB: Cuando yo llego a un país le pido al país que considere realizar las acciones que están bajo su poder. El poder del presidente López Obrador es realizar estas tareas que yo le sugiero aquí. Por supuesto que hay otras tareas que conllevan una coordinación internacional que no dependen solo del presidente López Obrador. Tiene que reunirse con el presidente Trump, tiene que reunirse con el primer ministro de Canadá. Eso no depende solo del presidente López Obrador. Las acciones que yo le traigo al gobierno de México, al gobierno federal que me ha invitado, estas son acciones que ya hoy pueden comenzar a tomar ustedes. Por supuesto que el tráfico de armas es un factor coadyuvante a la delincuencia organizada. Por eso hay un protocolo adjunto a la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada, uno de los tres protocolos que es un documento adjunto, se dedica solo al tráfico de armas, o sea que es importante. Pero ojo, tráfico de armas es un factor coadyuvante, pero no es el factor causal de los crímenes de lesa humanidad. Canadá también tiene enorme tráfico de armas con Estados Unidos, legal e ilegal, pero no se olviden que Estados Unidos produce el 57 por ciento de las armas de todo el planeta. De todo el planeta. Cuando tenemos a Rusia, a Alemania con pequeños porcentajes, Canadá tiene un gran flujo de armas hacia el Norte y no por eso ustedes ven cuerpos colgados de puentes en Canadá. Ustedes no ven fosas comunes en Canadá. Ustedes no están viendo masiva compraventa de personas en Canadá. O sea que hay problemas institucionales mexicanos que están causando que esos crímenes de lesa humanidad sean tan frecuentes. Insisto, el tráfico de armas es coadyuvante, pero no es un factor causal de los crímenes de lesa humanidad.

Espero que se comprenda, coadyuvante es correlacionado, alimenta, pero no es causal. Si nosotros no abordamos esos factores causales de unas cinco áreas, la social, la judicial, la política, la empresarial, que han sido capturadas por redes criminales en México, con o sin tráfico de armas, la pesadilla va a continuar en México.

Foto: Infobae México.
Foto: Infobae México.

I: De esa cadena que comprende a la mafia de Estado. ¿Hay alguno que le preocupa más? ¿Que vea más difícil de combatir?

EB: Claro, yo quiero mencionar siempre nombres y apellidos, los casos de Duarte, en ambos lados, en Veracruz y en Chihuahua. Los casos de Quintana Roo con Villanueva de hace años. Los casos que ahora involucran en algunos Estados a personajes en Zacatecas, que han estado involucrados en la delincuencia organizada durante la época de Monreal, en la época de Amalia García, gobernadores. La delincuencia organizada política es la madre de todas las demás delincuencias organizadas. O sea, en México no se podrían desenvolver con la soltura y la impunidad con la cual se desenvuelven, secuestran a miles de niños y niñas y demás, si no tuviesen una protección política. Entonces la madre y el padre de la delincuencia organizada mexicana es la política lamentablemente.

Y ahí hay reformas concretas que se pueden tomar inmediatamente, nuevamente, sin los norteamericanos, sin los canadienses, ya mismo, donde el presidente debería implementar y proponer instrumentos legales para forzar a los partidos y a las candidaturas a auditar las fuentes de su financiamiento. En teoría el financiamiento es público. En la práctica 9 de cada 10 pesos vienen de dineros sucios en México. Entonces, sin auditorías de campañas, de pre campañas, de partidos, México no va a salir de esta pesadilla. Porque es muy fácil para la delincuencia organizada ir como hicieron a Ixtapa Zihuatanejo y colocar a sus candidatos en las listas, que en México se elaboran a dedazo, cosa que en Argentina no se elaboran a dedazo con la soltura que se hacen en México, por lo menos los argentinos tienen primarias donde ellos más o menos simulan un proceso competitivo. Pero acá directamente es dedazo, las listas tú vas con USD 100,000 a un partido, pones ese dinero en las manos de un cacique que elige a dedazo quiénes van a ser candidatos, y en vez de elegirte a ti eligen a otra persona que está vinculada a la red criminal. O sea que es facilísimo para las redes criminales colocar candidatos en las listas de todos los partidos. Y eso hay que evitarlo colocando auditorías de partidos, de pre candidaturas, y hay que tener un marco electoral en donde, en el caso de México, no se permita que las pre candidaturas estén seleccionadas a dedazos para la inclusión en las listas, tiene que haber una competencia interna en los partidos, competencia por el voto popular, por el voto de los ciudadanos. Estas son medidas que no requieren militares. No requieren fiscales. Son preventivas, para darle anticuerpos al sistema político para que así la delincuencia organizada no coloque a sus candidatos.

La delincuencia organizada mexicana va a un municipio, asesina al candidato a presidente municipal, lo asesina, y coloca en su reemplazo a su propio candidato en la lista. Eso es lo que está sucediendo hoy en todo el país. Eso se puede atacar para que comience el Estado a atacar a la delincuencia organizada de manera efectiva en estas cinco dimensiones. Si tú no atacas la corrupción política no podés pretender que la delincuencia organizada se combata a sí misma.

I: El gobierno promueve reducir financiamiento a los partidos y al Instituto Nacional Electoral.

EB: En una publicación que nosotros generamos a través de una revista científica norteamericana en el 2008 probamos que cuando los países simplemente disminuyen el presupuesto sin controles patrimoniales aumenta la delincuencia organizada. Es todo lo contrario. No es mal intencionada la propuesta, el presidente seguramente tiene una buena intención, pero causa el efecto reverso. El trabajo se llama “La paradoja de la represión”. Tú disminuyes los presupuestos para evitar que haya corrupción en los partidos y demás pero si no estableces controles patrimoniales como los que proponemos aumenta la delincuencia organizada. Por lo tanto nos preocupa esa reforma porque no viene acompañada de controles patrimoniales de las candidaturas y de los partidos lamentablemente. Y hay políticos, lamentablemente, en el partido, en el poder y en la oposición, en toda la oposición, que se oponen a estas medidas. A mí me da mucha tristeza cuando yo hablo con el señor Monreal, con quien he hablado personalmente, y contrario a la filosofía del presidente de la República cuando le proponemos auditorías ciudadanas del proceso electoral, como FEPADE, la Fiscalía Electoral Mexicana ha intentado hacer, el señor Monreal nos contesta: “No se le puede dar tanto poder a la ciudadanía”. Eso es un gran cáncer psicosocial en México. Así pensaba el Partido Único de Estado, el PRI. El PRI pensaba así. Entonces tenemos que evitar tener estos bloqueos mentales, bloqueos políticos, que impiden aplicar las reformas que han aplicado 67 democracias. Todas estas reformas que nosotros proponemos se han aplicado al estilo francés o al estilo japonés, con base a cada tradición sociojurídica de cada país, se han aplicado en 67 democracias mínimamente funcionales. No estamos hablando de democracias perfectas. México tiene que seguir el ejemplo y mexicanizar esas reformas que estamos proponiendo desde hace tantos años aquí.

I: ¿Qué peso específico tienen organismos de la sociedad para participar en esta estrategia?

EB: La sociedad civil mexicana ha sido corrompida en sus élites. La sociedad civil que el presidente le llama “fifí”. La sociedad civil mexicana a los niveles más altos educativos, con doctorados en Estados Unidos, que salen en la televisión, ha sido corrompida. Y muchas veces estos actores sociales ni se han dado cuenta. Javier Sicilia ni se ha dado cuenta que esos besos, que esos abrazos, Emilio Álvarez Icaza no se ha dado cuenta, no es a sabiendas, no se ha dado cuenta que esa cercanía al presidente Calderón ha corrompido, ha ensuciado los esfuerzos sociales. Entonces, nuestra propuesta es la propuesta del presidente Lula, es la propuesta de Francia, de Alemania, de Canadá, trabajar con las bases sociales. ¿Qué quiere decir? Las asambleas ciudadanas de barrio como se les llama en la Argentina o de colonia como se les llama en México. Ahí tú tienes al ciudadano que no tiene doctorados en Princeton o en Harvard, el ciudadano que quizás no tiene más allá de una educación primaria, que a través de esas asambleas que ya existen en México, están funcionado, a mano alzada la asamblea, a mano alzada, no el jefe de gobierno o el gobernador como indica la ley mexicana ahora, a mano alzada eligen a dos o a tres contralores ciudadanos. Y esos contralores ciudadanos por ley, que aún no existe esa ley en México, deben tener atribuciones para entrar a todos los municipios, a las gobernaciones, auditar ejercicios presupuestarios, contrataciones públicas, procesos electorales. Eso es izquierda. Eso es lo que hizo el presidente Lula. Eso es lo que está haciendo Brasil y lo que han hecho muchos gobiernos de izquierda. Eso es el pan y el agua de la izquierda latinoamericana.

Entonces hay que olvidarse de esa sociedad civil que formó parte de las fiestas de Calderón y de Peña Nieto y trabajar con la verdadera sociedad civil que son las asambleas ciudadanas que ya están constituidas. Se necesita una ley de auditoría ciudadana, que México no tiene. Ese es otro vacío de Estado que hay que abordar. Por lo tanto, creo que el presidente tiene razón en sus instintos al decir esta sociedad civil es un problema, conservadora, fifí o como él le llame. Yo no me dedicaría tanto tiempo a calificarla y a pelearte. Yo dedicaría más tiempo del presidente a proponer una ley de auditoría ciudadana y a poner en funcionamiento esos millones de personas mexicanas que podrían elegir a mano alzada contralores con atribuciones legales, que hoy la ley no existe, para entrar a los municipios, a las gobernaciones. Eso es prevención social de la delincuencia organizada compatible al artículo 31 de la Convención de la ONU contra la delincuencia organizada, que le da pie a la sociedad civil para entrar operativamente a meterse ahí.

Y después la otra que le mencionaba antes, la Ley de Reasignación Social de Bienes Decomisados. Al fin y al cabo, los bienes decomisados van a redes de víctimas de sociedad civil que la usan para salvar vidas como te decía en Italia. Eso tampoco existe en México.

Entonces en México hay veintinueve vacíos de Estado que debemos abarcar y una vez que los abarquemos vamos a ver que la delincuencia organizada mexicana va a reducirse como se redujo la delincuencia organizada de Brasil o la de Colombia. En donde va a seguir existiendo claro está, van a seguir en el contrabando de cigarrillos, en el tráfico de armas, pero no van a estar cometiendo crímenes de lesa humanidad todos los días como se hace con impunidad en este país. Esa es la ventaja.

Entonces hay que desmilitarizar a la lucha anti mafia. En todos estos componentes que yo he mencionado no hay militares. Hay que desmilitarizarla. Y hay que enrolar a la sociedad en serio, no a las Denise Dresser o los Emilio Álvarez Icaza, con nombre y apellido, hay que enrolar a las bases, a los millones de mexicanas y mexicanos que diariamente están sufriendo este problema pero que están constituidos ya mismo en asambleas ciudadanas, para que se transformen en contralores. Y no prestarles atención a las declaraciones personas de Monreal o como Bartlett que bloquean estas reformas por miedo al poder ciudadano. Ese es el México del pasado, hablamos del México del futuro. Hacia ahí va la democracia.

I: Personajes como Manuel Bartlett, que usted lo mencionó, todavía enquistados en áreas claves de la operación.

EB: La oposición a Bartlett y a Monreal no es política, es porque me bloquean reformas que al bloquearlas causan miles de muertos hacia futuro. Ese es mi problema con Bartlett y con Monreal, no es un problema personal. Son gente muy amable, deben ser buenos abuelos y excelentes padres, no sé. Lo importante es que están bloqueando reformas que podrían salvar vidas en México y las están bloqueando porque piensan y pertenecen a una mentalidad del PRI Único de Estado. De la mentalidad política del pasado. Hay que incorporar a las mexicanas y mexicanos que están pensando hacia futuro con instrumentos que ya han sido ensayados, hasta en Paraguay, no solo Brasil. Hay que pensar fuera de la caja, como hacía Benito Juárez, como hacían los grandes próceres de este país, y avanzar hacia reformas que salven vidas. Esa es la única propuesta.

I: Por un lado el presidente tiene un discurso de que no quiere combatir fuego a fuego la delincuencia, pero, por otro lado, es uno de los presidentes que tiene a más efectivos en las calles en la historia. La Guardia Nacional, tiene 60.000 elementos. ¿No es una contradicción?

EB: No existe caso en el planeta en donde se haya utilizado a militares para desmantelar redes criminales. Los militares están en Francia, en Alemania o en Holanda, incorporados solamente a proteger puntos estratégicos de seguridad que el Estado requiere para poder controlar situaciones o que hacen a la vida esencial, económica o social de un país. Por ejemplo, aeropuertos, puertos. Los militares pueden controlar esas áreas y si tú vas a Italia o si vas a Holanda los vas a ver a los militares en aeropuertos. Pero no están para desmantelar a redes criminales de políticos, de empresarios, de sicarios y de jueces o fiscales. No han sido entrenados para eso.

El militar es un martillo demasiado grande que cuando lo colocas en situaciones para las cuales no han estado diseñados cometen abusos de derechos humanos. A propósito, o sin darse cuenta, muchas veces porque el militar es un instrumento de choque. Entonces la idea de cambiarles el uniforme a los militares y transformarlos en una Guardia Nacional con contratos a 4 años o a 6 años como es ahora el caso, donde les han dado contratos a seis años que abarcan solo la administración del presidente López Obrador, con eso te estoy diciendo que no están pensando en una institucionalización a largo plazo. Es un gran error porque vamos a continuar tirándole más gasolina al fuego lamentablemente. Aun cuando tomen cursitos de derechos humanos y tal.

Yo atribuyo ese error a la mala influencia de gente como Durazo que viene del pasado, Durazo fue el secretario privado del señor Colosio tengo entendido, si mal no recuerdo él formó parte de las estructuras fallidas de seguridad del presidente Fox, Calderón. O sea, son agentes del fracaso del pasado mexicano. Hay que incorporar a gente que tenga una visión institucional como la que le planteé yo hace unos minutos en donde cuando el presidente tenga estas otras instituciones a mano que yo les propuse no va a necesitar a los militares. Y no los va a necesitar, va a tener instrumentos civiles que hoy no tiene México como no los tiene Argentina. Como tampoco los tiene Bolivia, no los tienen muchos países de Latinoamérica excepto dos o tres que les mencioné antes. Por ejemplo, Costa Rica tiene un excelente cuerpo de paz a nivel local, a nivel de proximidad ciudadana, que está compuesto por trabajadores sociales, sicólogas, no están armados, tienen obviamente policía armada que los protege si hay problemas. Eso es algo que no se ha pensado en México, por ejemplo. La policía, que yo no la llamaría siquiera policía, yo la llamaría cuerpo de paz ¿no? Social, de prevención social. Eso México no lo está pensando y va muy de acuerdo al artículo 31 de la Convención de la ONU Contra la Delincuencia Organizada que México ha ratificado. O sea que no estamos diciendo nada que vaya en contra del orden jurídico mexicano.

I: El presidente insiste en la frase ‘abrazos no balazos’

EB: A ver, nuevamente, hay que dejar que el presidente se exprese. El presidente Abraham Lincoln tenía discursos muy básicos cuando él hablaba con campesinos americanos, si uno los lee, uno se acuerda del discurso de Gettysburg, pero él también hablaba así. Entonces hay que dejar de focalizarse. El presidente como político puede hablar en términos metafóricos, de las abuelas, de las madres, me parece muy bien, pero hay que pasar del discurso a la acción ahora, ese es el problema. Entonces a mí me preocupa mucho que el presidente no esté pasando a la acción en las áreas de prevención social. Se acuerdan que les mencioné dos medidas. Tiene razón al hablar que la idea es no balazos, porque en el fondo lo que yo te estoy proponiendo es lo siguiente, si tú desmantelas la dimensión política, la empresarial y la de protección judicial, fiscales, policías y jueces, si desmantelas esas tres áreas a través de la unidad de inteligencia financiera, un pool antimafia, que viene a ser una especie de grupo inter institucional que se sienta alrededor de una mesa para cada causa judicial, ahí tenés sentado a un juez de control, que se asegura que no se violen tus derechos humanos, el fiscal federal, la unidad de inteligencia civil, la unidad de inteligencia financiera, agencia tributaria, aduanas, policía federal, y la unidad de investigación patrimonial del Estado. Esas instituciones cada una de ellas trae un pedacito de evidencia de quiénes forman parte de la red, políticos, empresarios, y el juez de control con el fiscal desmantelan la red entera. Eso no equivale a ninguna bala, ningún soldado, ningún militar. Una vez que tú le destruyes la protección política, empresarial, y la de jueces y fiscales a la delincuencia organizada se comienza a caer el sistema, Ovidio no se puede mover, Ovidio no tiene capacidad. Ovidio Guzmán. Ovidio no tiene capacidad de tomar una ciudad como Culiacán, no tienen carros. Los empresarios, que son empresas legales que proveen esos carros, no se las pueden proveer porque fueron congelados. El político que le avisó a la delincuencia organizada que este operativo iba a tener lugar en Culiacán no le puede avisar porque ya fue encarcelado.

Cuando tú le quitas la logística política, empresarial, y la logística judicial de protección a la delincuencia organizada a Ovidio lo retornas a las cavernas. Y ahí lo capturas. Sin balazos. ¿Entiendes lo que te quiero decir? La captura de los capos es un derivado de quitarles toda la logística que los rodea para transformarlos en un ciudadano de a pie, que ya no pueda tener poder de comprar políticos, de comprar máquinas, de comprar galpones, casas de protección. Entonces ahí tiene razón el presidente, pero hay que explicarle cómo se hace. Él tiene buen instinto, pero no sabe cómo se puede hacer esto.

Entonces en todos los casos de buenas prácticas en democracia, no hablo de Putin ni hablo de China, siempre sucedió que primero le desmantelas toda la protección política, empresarial y judicial a estos grupos y después capturas a los sicarios y a esta gente que normalmente muchas veces se entrega. Muchas veces se entrega y busca beneficios procesales. Quiere decir beneficios procesales que en vez de condenarlos a sentencia de por vida les das 20 años, 15 años.

Entonces hay un elemento claro que el presidente tiene razón en su postura, pero hay que implementarlo, hay que pasar a la acción.

I: El presidente incluso llegó a hablar de amnistía

EB: Hay una vertiente, México tiene que mexicanizar su proceso de justicia transicional, tiene que encontrar sus propios mecanismos para hacerlo. La amnistía es una palabra muy poderosa y muy intrusiva y muy autoritaria cuando no existe una vacuna social de ese proceso de emitir perdones. Cuando la sociedad, a través de, nuevamente, órganos sociales genera con víctimas, familiares de víctimas representadas comienza a generar mecanismos de otorgamiento de perdones, o llámese amnistías o como se llame, eso sí está vacunado y el presidente podría liderar ese proceso siempre y cuando tenga las bases sociales de manera consensuada, aplicando perdones a personajes preestablecidos que pasen por un proceso de justicia transicional. No tienen por qué haber jueces extranjeros, puede hacerse con árbitros nacionales. Hay que mexicanizar ese proceso pero que tiene que venir de abajo hacia arriba, no de arriba hacia abajo como lo planteo el presidente hace unos 3 años creo yo, fue en el 2016. Entonces eso fue un factor de crítica de mi parte porque me pareció que era demasiado vaticanesco el mecanismo, voy a otorgar amnistías anticipadas. Y por eso que cuando el presidente iba de pueblo en pueblo, recuerdan ustedes en el 2018, se enfrentó ante una reacción social muy agresiva el presidente López Obrador cuando hablaba de perdones y amnistías. Necesita a la sociedad de abajo hacia arriba apoyando ese otorgamiento con nombre y apellido, no de manera virreinal de arriba hacia abajo. Ese es un factor clave para poder realmente implementar esos mecanismos de perdón social.

I: México tiene bolsones, bolsones territoriales en donde el Estado no existe. Yo los llevo a ustedes si quieren a Benemérito de las Américas ahí en Chiapas y no hay Estado, la delincuencia organizada domina la vida social. Provee de agua, son mediadores. La delincuencia organizada es una mezcla de árbitros y mediadores. Dominan la vida social en cuanto a otorgamiento de trabajo, ofrecen trabajos. Tú vas a algunas áreas de Tamaulipas y alrededor de San Carlos, Tamaulipas cuando bajas de Reynosa vas a encontrar bolsones territoriales de Estado fallido. Vas a áreas de Jalisco donde el Mencho, el Cartel de Jalisco nueva generación domina la vida social. Ahí tenés una ausencia de Estado. Pero todo México no es un Estado fallido. México funciona en muchos sentidos mejor que Estados Unidos. En temas ambientales. En acceso a la salud pública, por más defectuosa que sea en México es mejor que en Estados Unidos.

Hay que aportar soluciones, no pronunciamientos sensacionalistas. Y las soluciones están a la vista y las podemos considerar y las podemos debatir claro está.

I: ¿Qué espera del gobierno?

EB: Yo espero realmente que exista una cuarta transformación. Pero la cuarta transformación, que es un pronunciamiento político muy valioso, y ambicioso, debe inmediatamente traducirse en propuestas. Propuestas claras en el ámbito del desarrollo social. Más allá de la delincuencia organizada, en el desarrollo político realmente democrático para que las listas de candidaturas reflejen lo que realmente es México, millones de personas honestas que se rompen la espalda de sol día y noche. Esa gente tiene que entrar a la política.

Esa sería la cuarta transformación, a través de un mecanismo democrático de elecciones internas en cada partido, sin dedazos, sin tómbolas, sin encuestas. Esa va a ser una cuarta transformación, cuando las personas que caminan por la calle, plomeros, maestras, lo que sea, tengan la misma oportunidad de formar parte de esas listas electorales que los que tiene Monreal o las que tiene Bartlett. Ese día realmente va a ser una cuarta transformación, porque ese día vas a tener a cientos de miles de mexicanos trayendo sus soluciones sin ser comprados por dineros sucios para que el futuro de México sea mucho más promisorio y sea mucho más beneficioso de lo que es ahora. O sea que yo soy un optimista, si no no estaría en México.

El Dr. Edgardo Buscaglia está en Twitter @EdgardBuscaglia

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