Angélica Patiño y Pepe García tienen 12 años de casados. Intentaron ser padres durante nueve años, casi se daban por vencidos. Entonces decidieron probar la fertilización in vitro. Al segundo intento, Mateo llegó a su vida y se convirtió en el centro de atención, cariño y cuidados de la familia.
Mateo García Patiño es el campeón de karts más pequeño de América Latina. Sólo tiene cuatro años y ya es un as del volante y la velocidad. En exclusiva con Infobae México reveló orgulloso que ya tiene una licencia de piloto avalada por la Federación Mexicana de Automovilismo Deportivo. Con la seguridad de un experto y la ternura de un niño entusiasmado sabe muy bien cuál es su escudería favorita y el piloto que mira en sus sueños:
¡Mi equipo favorito es Ferrari porque Leclerc gana carreras!
Aprendió a montar una pequeña moto off-road, cuando con dificultad balbuceaba sus primeras palabras. Apenas reconoce las letras del alfabeto, pero con total aplomo toma el volante, afianza las piernas y salta a la pista de carreras. Es un niño prodigio del automovilismo mexicano y por sus venas corre sangre de piloto. Su padre, Pepe Montaño, corrió 12 temporadas de Nascar México:
Verlo pasar así, con el acelerador a fondo me da mucha alegría y mucho orgullo
Desde hace más de un año, Mateo compite en diferentes categorías y, casi siempre, logra meterse al podio ganador. En todos los casos se ha enfrentado a niños más grandes, de hasta seis y ocho años. La pista es su zona de dominio y la velocidad un aliciente. El joven corredor de autos traza con maestría las rectas y toma con soltura las curvas.
Es un conductor seguro, no sólo por la actitud con la cual desafía la velocidad y el asfalto sino porque es el primero en reclamar su casco antes de tomar posición de arranque. Él sabe que su vida e integridad dependen de ese instrumento, que es mucho más que una pantalla para protegerlo del sol, la lluvia y el viento.
Mateo acude a una escuela privada donde los métodos de enseñanza son holísticos, integrales. Además de la educación preescolar bilingüe y las clases de natación, practica la meditación y se ejercita con yoga.
Tiene un régimen de nutrición balanceada, que incluye helados y golosinas, para felicidad del infante quien inicia actividades a las 8:00 horas y se va a la cama antes de las 20:00 horas.
Angélica Patiño, su mamá, explica que tienen una empresa familiar dedicada a organizar eventos y exposiciones relacionadas con el automovilismo. Ella es la responsable de la administración y su esposo, Pepe, se encarga de la operación de la misma.
Tratamos de avanzar todo lo posible. Yo hago home office y él fly office. En cuanto Mateo llega de la escuela, nos dedicamos a él totalmente
Su energía parece infinita. De lunes a viernes estudia el segundo grado de preescolar, dos veces a la semana toma clases de natación, una tarde se dedica a las clases de piano y batería, y cada tercer día tiene entrenamiento de motos y de karts. Los fines de semana, la agenda está repleta de competencias, en la pista de Sierra Esmeralda, en el Estado de México.
Cuenta con todo un equipo de profesionales encargados de la preparación física y mental que requiere un piloto profesional. Neuropediatra, psicóloga, entrenadores, nutriólogos son algunos de los profesionales que acompañan a Mateo, como si fuera un atleta de alto rendimiento.
Joaquín Vázquez, dueño de la pista Sierra Esmeralda, está convencido de que Mateo es un prodigio y reconoce la capacidad de concentración y dedicación del pequeño Mateo:
Nunca he visto un niño tan pequeño con la habilidad que muestra Mateo. ¡Es un niño fuera de serie!
La Fórmula 1 está casi todo el tiempo en la cabeza de Mateo. Tiene una impresionante capacidad de retención, conoce los nombres, nacionalidades y hasta escuderías de las más destacadas figuras del automovilismo mundial. Es un entusiasta seguidor de los pilotos Charles Leclerc y Daniel Ricciardo, a quien conoció personalmente en el marco del Gran Premio de la Ciudad de México.
José Luis Martínez, su entrenador en jefe, procura mirar la trayectoria de Mateo con frialdad y mucha sensatez. Sabe que la seguridad e integridad del piloto mexicano está en sus manos, pero reconoce que la clave está en la diversión:
Tenemos que verlo como un juego para que aprenda y entienda indicaciones. Siempre nos sentamos a platicar antes de cualquier carrera, para mantenerlo centrado y concentrado para salir a la pista
Mateo tiene gustos musicales ajenos al común de los niños de su edad. Tararea canciones del grupo británico Gorilaz y pide a sus padres repetir, una y otra vez, la banda musical de La Pantera Rosa, el tema de jazz que Henry Mancini compuso en la década de los sesenta. Sorprendentemente, el niño identifica sin problemas el sonido del contrabajo, el piano, el saxofón y la batería, a lo largo de toda la pieza musical.
Es posible que para Mateo correr en las pistas siga siendo un juego. El paso de los años determinará si decide continuar la tradición familiar o si los caballos de fuerza pierden atractivo y sólo seguirá las carreras desde los pits.
Mientras el niño crece y tiene la edad suficiente para participar en categorías correspondientes a su edad, sus padres están preparados para apoyarlo, si él decide convertirse en un piloto de élite, llegar a la Fórmula 1 y ser el sucesor natural del tapatío Sergio “Checo” Pérez, quien lleva dos años en la escudería Racing Point.
En dos años cumplirá seis años y su trayectoria podría tener un importante impulso en la ciudad de Londres, Inglaterra. Por lo pronto, como ha ocurrido hasta ahora, el pequeño exponente del automovilismo en México seguirá compitiendo frente a niños más grandes en edad y talla.
@Mateo Driver tiene una cuenta en Instagram con más de 5,000 seguidores y en la plataforma de Facebook ya superó los 2,200 amigos.
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