La historia de Andy Ruiz Jr. en el mundo del boxeo comenzó en las calles de Imperial, California, su ciudad natal. Cuando el ahora campeón mundial de peso completo estaba cursando el bachillerato, su principal objetivo no era obtener las mejores calificaciones, sino hallar peleas callejeras. Prefería alzar los puños para montar una guardia sobre los cuadernos y las plumas.
“No se estaba portando bien, así que lo llevé a México”, relató el padre a The New York Times. Para evitar que tuviera influencias negativas, Ruiz trasladaba a su hijo en viajes que le parecían “interminables” de ida y vuelta a través de la frontera. Traslados en los que debían esperar horas únicamente para que el entonces problemático Andy Ruiz Jr. entrenara en gimnasios mexicanos.
Si bien el talento del Destroyer era evidente cada vez que se ponía los guantes, su disciplina al comienzo no era la ideal. Por esa razón, cada vez que la dedicación de su hijo languidecía, su padre, quien era propietario de un exitoso negocio de construcción, lo ponía a trabajar instalando placas de yeso sin importarle que el calor fuera sofocante.
La razón de esto no era otra más enseñarle una lección a su vástago: demostrar lo difícil y dura que podría ser la vida afuera del gimnasio. Sin embargo, esto no menguó su conducta rebelde. Participó en una riña callejera más y fue cuando el padre de Ruiz Jr. decidió que un amigo suyo, quien labora como oficial de policía, lo metiera en una celda: “Entonces, empezó a escuchar. Aprendió a escuchar”.
Para Andy Ruiz Jr., todos los esfuerzos que realizó su familia en el contexto deportivo fueron especialmente significativos. “Todo el mundo es rudo en ese lugar (Imperial) porque es una pequeña ciudad cerca de la frontera mexicana”, comentó el pugilista, quien también es consciente de los obstáculos que tuvo enfrente durante el inicio de su carrera.
“Hay mucho contrabando de drogas. Hay pandillas. Cárteles. Pero, por suerte, el box me salvó la vida. Me mantuvo disciplinado, me alejó de las calles”, reveló el pugilista durante la entrevista con el diario estadounidense después de su épica victoria en contra del británico Anthony Joshua.
El deporte de los puños puede ser considerado como una herencia en la familia de Ruiz, pues en la década de 1960, su abuelo administraba un gimnasio en la ciudad de Mexicali, Baja California. Además, su padre peleó en Calexico y después se dedicó a entrenar pugilistas; no obstante, el peso de Ruiz siempre representó el principal argumento para aquellos que no creían en él.
En el contexto de la pelea contra Joshua alcanzó los 121 kilogramos. Pero hubo pasajes de su historia en los que este asunto le significó duros problemas. En 2008 no logró la clasificación a los Juegos Olímpicos de Beijing como seleccionado nacional mexicano. Entonces, regresó a su ciudad lastimado y sin ilusión. Comenzó a frecuentar a viejos amigos y a comer en exceso, incluso llegó a pesar 158 kilogramos.
A pesar de eso y de las críticas, no se dejó vencer por la desesperanza. De acuerdo con el entrenador Justin Gamber, a Ruiz siempre lo subestimaron por su aspecto. “La gente piensa que Andy no está en forma cuando ven su cuerpo. Ese muchacho tal vez trabaja más duro que muchos de los chicos que parecen ser, digamos, especímenes físicos (...) Pero nunca va a tener un cuerpo magnífico. Simplemente no está en su ADN”.
“Sácame de mi cuerpo pero déjame los mismos atributos; la misma altura, el mismo golpe, la misma barbilla, el mismo corazón y la misma mente. Me vería diferente, pero lo que te hace ser un campeón es lo que está dentro de ti”, reconoció el boxeador previo al primer combate contra Joshua.
La fuerza, valentía y empuje de Ruiz le han valido comentarios halagadores por parte de celebridades relacionadas con el boxeo. Una de ellas fue por parte de Sylvester Stallone. El actor que protagonizó al pugilista más famoso de Hollywood, dijo que Ruiz era “el verdadero Rocky, el Rocky internacional, no importa la nacionalidad”.
“Andy lo hizo en la vida real. Eso le dio esperanza a mucha gente que no pensó que podría hacerlo. Muy inspirador”, agregó Stallone.
“Ruiz demostró que no puedes juzgar sólo con lo que ves, es la verdad. Todos comenten errores arriba del ring, pero tienes que saber hacer ajustes, Joshua no supo hacer los ajustes en la primera pelea y creo Ruiz debe pelear igual otra vez”, fue el comentario de Evander Holyfield, campeón de los pesos pesados en la década de 1990.
En la misma línea habló el emblemático ex campeón mundial de los pesos pesados, Mike Tyson: “Perder peso le puede afectar su pegada. Si algo va bien, ¿para qué cambiarlo? En la primera pelea, Ruiz presionó tan rápido a Joshua que éste no podía anticipar”.
La revancha tendrá lugar el próximo 7 de diciembre en Arabia Saudita, en un escenario construido específicamente para la pelea entre el latino y el británico. Se trata de la Diriyah Arena, un inmueble de 295 toneladas de acero con capacidad para albergar a unas 15 mil personas. Sus 10 mil metros cuadrados se encuentran ubicados en una zona que ha sido declarada como Patrimonio Mundial por la Unesco y que es conocida como el “hogar de héroes y reyes”.
Si bien Andy Ruiz no pudo terminar sus estudios de bachillerato por las riñas que tenía en Imperial, California, su graduación deportiva la consiguió en un escenario inmejorable: el Madison Square Garden, en Nueva York, en donde el 1 de junio venció a Joshua por nocaut técnico en el séptimo asalto.
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