México está presionando a Pemex a reducir el gasto, mientras la compañía petrolera estatal responde con un retraso de los pagos a proveedores que vencen en diciembre, dijo una persona cercana al asunto.
La medida es parte de los esfuerzos del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para finalizar el año con un superávit en todo el gobierno y evitar cualquier posible rebaja de la clasificación soberana.
López Obrador se comprometió a rescatar a Pemex de su agobiante deuda y sus mermas de producción a largo plazo. Pemex enfrenta una deuda aproximada de US$100.000 millones, la mayor entre las petroleras más grandes del mundo.
Pemex solicita a PMI, su brazo comercial, que cancele US$400 millones de una deuda cercana a US$3.000 millones. Esto, a su vez, podría dificultar que PMI —una filial de Pemex que opera de forma independiente— cumpla con los pagos a algunas de las principales firmas internacionales como Royal Dutch Shell PLC y Chevron Corp.
Pemex ya enfrenta meses de pagos atrasados a proveedores offshore. A la compañía Marinsa de México se le deben cerca de US$8 millones, de los cuales el 30% ya tiene siete meses de retraso, dijo el director de estrategia de Marinsa, Sergio Suárez Toriello.
La Secretaría de Hacienda y Pemex no estuvieron disponibles de inmediato para realizar comentarios fuera del horario comercial habitual.
López Obrador ha hecho de la austeridad fiscal un pilar clave de su gobierno y apunta a generar un superávit del 1% del producto interno bruto antes de los pagos de intereses este año, el mayor en una década.
Dicha disciplina presupuestaria, más una tasa de interés real que se encuentra entre las más altas del mundo, ha mantenido el peso estable a pesar de los roces con Estados Unidos. Sin embargo, no ha ayudado considerablemente a la economía, que evitó por poco una recesión en el segundo trimestre.
En ocasiones, los esfuerzos de Pemex para equilibrar sus cuentas entran en conflicto con la necesidad de financiar el presupuesto del país, que depende de la compañía en casi una quinta parte de sus ingresos. Se avecina una nueva rebaja de sus bonos, ya que la petrolera no ha logrado presentar una estrategia viable para reducir sus deudas y revertir la caída de la producción, ahora en la mitad de lo establecido en el máximo registrado de 2004.
Con información de Bloomberg
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