Medio siglo después de la primera denuncia, la congregación de Los Legionarios de Cristo reconoció que uno de sus integrantes, el sacerdote, Fernando Martínez Suárez, abusó de niños en centros educativos de la organización ubicados en México.
“Junto con el padre Martínez pedimos humildemente perdón por sus actos contra menores de edad”. señaló la organización en un comunicado.
Este reconocimiento se da después de que en mayo pasado la conductora Ana Lucía Salazar, hiciera público que había sido víctima del cura entre 1991 y 1992, cuando apenas tenía ocho años de edad.
“Yo era muy pequeña y no sabía a lo que me estaba enfrentando. Él me hacía pensar que era una niña especial, que quería ser mi amigo y lo hacía para abusar de mí”, señaló entonces Salazar en entrevista con el diario El País.
La conclusión es el resultado de una investigación a cargo de la agencia estadounidense Praesidium, dedicada a la prevención y actuación contra abusos sexuales de menores que en un documento hizo un resumen de cómo durante 50 años la congregación trató de ocultar este tipo de abusos que también involucraban a su fundador, Marcial Maciel.
A pesar de que las denuncias se acumulaban, entre 1969 y 2016 Fernando Martínez se mantuvo en contacto con niños y adolescentes. Cuando ya resultaba imposible defenderlo, fue trasladado a Salamanca como confesor de novicias y estudiantes.
Los Legionarios informaron, que el sacerdote fue objeto de diversas denuncias entre 1969 y 1993, presentadas por integrantes de la congregación, conocidos o familiares de niños de entre 4 y 11 años, en diversas escuelas, entre ellas los Institutos Cumbres de Ciudad de México y de Cancún.
En el caso de la sede en Cancún, Martínez fue acusado de haber abusado de seis niñas de entre 6 y 11 años entre 1991 y 1993.
“Praesidium ha corroborado estos abusos por documentos y múltiples testimonios. […] El padre Martínez, interrogado por Praesidium y en la investigación interna, admite con pena y remordimiento los abusos” contra estos menores, se lee en el comunicado.
Fue “un error gravísimo de asignar, en este caso, a un sacerdote que había cometido abusos en un puesto de trabajo pastoral con niños y jóvenes en otro lugar”, agrega.
El informe presentado por Los Legionarios, al que tuvo acceso Infobae México, reveló que Martínez Suárez pidió ser asignado al colegio en Cancún, ya que en 1990 había sido denunciado por el abuso de una niña en Ciudad de México, a quien admitió “haberse acercado indebidamente” a la víctima y fue “apartado del contacto con niños”.
También destaca que bajo las órdenes de Marcial Maciel, el cura se trasladó al instituto donde ocurrieron los abusos reconocidos este viernes.
A pesar de las acusaciones, Martínez aún mantiene su condición de sacerdote y está a la espera de un procedimiento canónico para ser despojado de sus hábitos. El superior general de la Legión, Eduardo Robles-Gil, entregó el 11 de noviembre los resultados a la Congregación de la Doctrina de la Fe y está a la espera de “instrucciones sobre el procedimiento canónico que ha de seguir”.
Por ello, de momento, los únicos castigos para Martínez son no tener acceso a ministerio público y otras restricciones, como solo poder vestir su sotana sacerdotal cuando está en edificios de la congregación y no entrar en contacto con menores, según explicaron la congregación que no explica si el religioso enfrentará a la justicia mexicana.
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