A través de un comunicado, Aeroméxico solicitó un informe detallado al piloto Rafael Bolio en relación a la petición que le hizo al presidente López Obrador a inicios de noviembre sobre continuar con la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), en Texcoco. Este reporte, según la aerolínea, se pidió “como parte de los procedimientos establecidos en el reglamento interior del trabajo”.
La empresa también aclaró que “el capitán desempeña el día de hoy sus labores con normalidad”. La decisión de emitir el mensaje se tomó luego de que se diera a conocer un documento interno oficial en donde se mencionaba que el piloto, “aparentemente”, había incumplido el Reglamento Interior de Trabajo.
De acuerdo con el artículo 14 de ese reglamento, "se prohíbe a los pilotos comportarse intencionalmente en forma que perjudique al servicio, a las relaciones, o al prestigio de la empresa”. Sobre esto, la compañía únicamente informó que se rige “con base en un Código de Conducta y en los protocolos establecidos tanto por la autoridad regulatoria como por su normatividad interna”.
Esta aclaración por parte de la aerolínea también suscitó varias reacciones en sus clientes, algunos incluso advirtieron a la compañía: “Mucho cuidado, porque la mayoría de los que volamos con ustedes pensamos igual que el piloto y seremos solidarios con él. Piénsenlo dos veces antes de hacer una estupidez en su contra”, comentó una persona a través de la red social.
Otra usuaria también cuestionó la acción de Aeroméxico, pues atentaba contra un derecho del piloto Rafael Bolio: “¿Emitieron un comunicado para reiterar que están acosando al piloto? Son una vergüenza. Es acoso laboral para intimidar su libertad de expresión”, escribió.
El reporte se le solicitó a Bolio debido a que emitió opiniones personales desde la cabina de pilotos antes de que comenzara el vuelo del 8 de noviembre, cuya ruta era de Ciudad de México hacia Mérida. Una vez que el presidente se instaló en su asiento de la fila 13, el piloto lo saludó y aprovechó la oportunidad para hacerle una petición.
Rafael Bolio dio la bienvenida al mandatario por el altavoz y enseguida solicitó al presidente reconsiderar la construcción del Aeropuerto Internacional en Texcoco: “Esperamos que se sienta a gusto, que disfrute el vuelo. Ojalá lo podamos convencer de hacer el aeropuerto en Texcoco. Si no es posible, pues ni modo”, comentó, pero López Obrador respondió que prefiere el de Santa Lucía.
Al llegar a su destino y concluir el vuelo, una persona preguntó al capitán sobre lo sucedido antes de despegar. Bolio reiteró que él se decanta por la terminal aérea que se estaba construyendo en Texcoco y cuya obra fue detenida por López Obrador desde que inició su gobierno. Sobre la respuesta que obtuvo del mandatario dijo “está bien, no pasa nada”.
Pero ese no fue el único desacuerdo respecto sus decisiones que recibió el fundador de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) aquel día. Cuando caminaba por el pasillo del aeropuerto de Mérida, una mujer le reclamó por la situación económica del país.
“Estamos un poquito preocupados con la economía. ¿Cómo va esto del crecimiento del cero por ciento, si es tan amable?", preguntó la mujer en referencia al crecimiento económico del país, reportado en 0.1% durante el tercer trimestre del año, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
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