Su nombre verdadero es Misael Browarnik Beiguel, pero en el mundo del entretenimiento se le conoce como el actor y cantante argentino Michel Brown.
Empezó su carrera en 1993 en el programa Jugate conmigo. En 1999 se trasladó a México para conseguir trabajo en Televisa, pero su gran salto a la fama llegó en 2003, cuando se convirtió en uno de los protagonistas de la telenovela colombiana Pasión de gavilanes.
Hoy, luego de una gran experiencia internacional, Michel es uno de los protagonistas de la serie Hernán, producida por History Latin America, Amazon Primer Video y TV Azteca, protagonizada por el prestigioso actor español Óscar Jaenada. Su personaje de Pedro Alvarado, la mano derecha, extremadamente violenta y agresiva de Cortés, sin dudas marcará un antes y un después en su carrera.
En entrevista para Infobae México, Michel Brown nos contó cómo fue participar en este proyecto internacional y cómo obtuvo su papel.
—¿Cómo es tu personaje en Hernán y cómo te sientes al formar parte de esta megaproducción?
—Muy contento. Me llamaron, me invitaron a hacer un casting al que le tenía pánico, porque sabía que eran todos actores españoles haciendo, evidentemente, de españoles, hablando en su lengua y representando a su país, y no encontraban al Alvarado español. Hicieron el casting, me invitaron a hacerlo, [y fui] con mucho pánico, porque había mucha presión detrás de esto, es un monstruo de serie, donde no se puede errar.
A mí me tocó el trabajo más difícil, que era hacer de español, volverme en esta bestia, y encontrar un acento español castizo, ronco. Y bueno, muy contento de ser parte de esto que vimos, que me parece que es una de las grandes series latinoamericanas.
—Esto es un antes y un después, creo, en tu carrera, perdón que te lo diga…
—Sí.
—¿Cómo construiste este monstruo, que es tu personaje, cómo lo defines y por qué tenías tanto pánico?
—Porque en mí no había nada de él. Y porque no sólo había que buscar a la bestia, sino que había que hacer un trabajo muy minucioso de acento y de una proyección de voz completamente diferente, de un tipo deteriorado, alcohólico, que vive a la intemperie. Y me tocaba trabajar con Óscar, que venía de hacer Cantinflas y que había dejado la vara alta en cuanto al acento interpretando a un personaje de otra tierra. Pero bueno, le entramos sin miedo y con muchas ganas y con mucho compromiso para tratar de construir este personaje del que no tengo nada. Entonces me dio mucho gusto. Lo vi por primera vez en las pantallas en estos días y creo que no hay nada más interesante para un actor que no encontrarse en la pantalla, que no haya el más mínimo rasgo tuyo en lo que estás viendo.
—¿Qué es lo que aprendiste haciendo esta serie, tanto en lo personal como en lo profesional?
—En lo personal creo que encontré, o me di cuenta de que cuando trabajas estás cubierto en todas las áreas. O sea, cuando el escenario es el escenario, cuando el maquillaje es el maquillaje,, cuando el vestuario y todo acompaña, hay que hacer un trabajo muy pequeño, muy chiquito para que se vea grande. Generalmente, en cambio, cuando eso no acompaña, toca hacer un poquito más grandes las cosas para que llamen más la atención. Aquí no había que llamar la atención de nadie. Aquí había que hacer las cosas tal cual, hilando muy, muy, muy finito.
—¿Quién es para ti Hernán Cortés hoy?
—Hoy creo que la serie lo que logra es que tengamos ocho puntos de vista completamente diferentes para conocer al personaje en 360 grados. Yo hoy creo que fue un aventurero, un conquistador, un hombre sumamente codicioso. Enfermo por el oro. Y a la vez creo que Hernán y todo este grupo de soldados fueron un grupo de personas que venían en búsqueda de algo y terminaron cometiendo una barbarie.
Cortés fue un aventurero, un conquistador, un hombre sumamente codicioso. Enfermo por el oro. Y a la vez creo que Hernán y todo este grupo de soldados fueron un grupo de personas que venían en búsqueda de algo y terminaron cometiendo una barbarie.
Lo que pasa con el personaje de Pedro bajo las órdenes de Hernán, sin entender mucho lo que estaban haciendo, fue una barbaridad y una masacre. Pero también creo que sucede algo bien interesante, que de eso trata la serie, que es el encuentro de dos culturas que no se entienden, y hasta el día de hoy nos sigue pasando.
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