Cancilleres de países miembros del Mecanismo de Montevideo fijaron este lunes una hoja de ruta para atender la crisis que se vive en Venezuela. El gobierno de México, en coordinación con Uruguay y los países que integran la Comunidad del Caribe (Caricom) refrendaron su compromiso para resolver este conflicto de manera pacífica.
La hoja de ruta delineada por la Comunidad del Caribe espera que Venezuela alcance la paz y la estabilidad por la vía no violenta, por lo que hace un llamado a todos los actores para que retomen la vía de un diálogo amplio, creíble e incluyente. La propuesta se basa en las fases establecidas en el Mecanismo de Montevideo y será puesto a consideración de todos los actores involucrados.
Estas fases son:
1.- Diálogo Inmediato: Generación de condiciones para el contacto directo entre los actores involucrados, al amparo de un ambiente de seguridad.
2.- Negociación: Presentación estratégica de los resultados de la fase de diálogo a las contrapartes, buscando puntos en común y áreas de oportunidad para la flexibilización de posiciones e identificación de acuerdos potenciales.
3.- Compromisos: Construcción y suscripción de acuerdos a partir de los resultados de la fase de negociación, con características y temporalidad previamente establecidas.
4.- Implementación: Materialización de los compromisos asumidos en la fase previa, con el acompañamiento internacional.
A través de un comunicado conjunto, los diplomáticos hicieron un llamado para que todos los actores busquen el bienestar de la población venezolana, esperando que acepten la mediación del Mecanismo de Montevideo para acompañar un diálogo incluyente que respete los principios de no intervención, la igualdad jurídica de los Estados, la solución pacífica de controversias, el respeto a los derechos humanos, el orden constitucional y la autodeterminación de los pueblos.
“A la luz de que otras iniciativas no han prosperado, refrendamos nuestra posición a favor de un diálogo basado en la imparcialidad y la confianza como lo planteaba el proceso encabezado por el Reino de Noruega”, señalaron.
En su declaración conjunta, los países latinoamericanos externaron su preocupación por la situación humanitaria en Venezuela, de donde hasta el mes de agosto sumaban más de 4.5 millones de exiliados y refugiados alrededor del mundo.
Además, rechazaron la invocación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), “al ser un instrumento diseñado para detener agresiones entre Estados, no para atender situaciones humanitarias”. Por lo que condenaron cualquier intento de amenaza o uso de la fuerza, o de cualquier otra acción contraria al derecho internacional.
Por otra parte, tomaron positivamente el regreso de los diputados del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) a la Asamblea Nacional, pues es clave para generar un diálogo institucional. Por ello, celebraron el acuerdo para conformar la comisión encargada de escoger el Comité de Postulaciones Electorales para la renovación del Consejo Nacional Electoral (CNE), que se anunció el pasado 29 de octubre.
Reconocieron que la liberación del diputado Edgar Zambrano contribuye al fomento a la confianza en el gobierno venezolano y a fortalecer el diálogo entre las partes. Sin embargo, consideraron que esta medida debe incluir a todas las personas que de manera similar están recluidos, incluido Roberto Marrero, jefe de despacho del presidente interino de Venezuela, quien fue detenido por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) durante la madrugada del 21 de marzo de este año.
En el comunicado, los países latinoamericanos agradecieron la participación en calidad de observador de Gustavo Béliz, miembro del equipo de transición del presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, e hicieron una invitación a dicho país a sumarse al Mecanismo de Montevideo, una vez tome posesión el nuevo gobierno.
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