En un rancho abandonado del municipio de Casas Grandes, Chihuahua, fueron hallados casquillos percutidos, fragmentos de soga, restos óseos, y prendas de vestir, al parecer de origen humanos.
El macabro hallazgo se realizó mientras las autoridades de la entidad realizaban el procesamiento de una casa despoblada del lugar.
Con ayuda de un georradar para detectar irregularidades en la superficie, se indicó la presencia de posibles fosas clandestinas.
Además, se inspeccionaron cinco puntos de interés, donde se realizaron excavaciones de sondeo analizados por un elemento canino para descartar la existencias de cuerpos inhumados clandestinamente.
La evidencia recabada se trasladó al área de servicios periciales para realizar los peritajes correspondientes.
El operativo contó con la participación conjunta de la Comisión de Búsqueda, Agentes del MP y elementos investigadores de la Fiscalía de la Mujer de Juárez y representantes de la Fiscalía de Puerto Palomas de Villa y Casas Grandes, así como la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas.
Los hallazgos de fosas clandestinas en Chihuahua se han vuelto una situación recurrente. En julio, en una bodega abandonada fueron localizados entre seis y ocho cuerpos, que presentaban impactos de bala.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos advirtió que de 2007 a 2018 han sido hallados 22 fosas clandestinas en la entidad.
A nivel nacional, proliferan las fosas y los desaparecidos. En un informe del gobierno federal se dio a conocer que en México, 3,024 fosas y 4,974 cadáveres fueron localizados del 2006 a agosto de 2019.
Aunado a este problema, se encuentra el de la lentitud en las identificaciones, la impunidad en los casos, y la economía de los familiares, que han pagado de sus bolsillos parte de las investigaciones para esclarecer lo ocurrido.
Para las autoridades, el hallazgo de estos sitios está ligado con el crimen organizado. Las entidades mexicanas con mayor número de fosas clandestinas son: Tamaulipas, Chihuahua, Guerrero, Sinaloa, Zacatecas y Jalisco.
En el listado de horrores que acumula México desde hace ya más de una década, las fosas clandestinas ocupan un lugar destacado.
Aunque hace más de un año que no actualiza sus datos, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas dice que de enero 2014 a abril de 2018 hay unos 34, 016 mexicanos fuera de sus casas. Nadie sabe dónde están o si fueron víctimas de secuestro o levantones perpetrados por criminales.
Para muchas familias, las fosas representan la esperanza de recuperar los restos de sus seres queridos.
En lo que va del 2019, la violencia se recrudece en Chihuahua, donde el pasado 4 de noviembre fueron asesinados nueve miembros de la familia LeBarón.
En su primera conjetura, el Ejército mexicano atribuyó a un enfrentamiento entre grupos criminales, el asesinato del clan mormón que habita en el rancho La Mora, Sonora. Según el general Homero Mendoza esa es la principal línea de investigación, además señaló que hay varios datos para sostener su hipótesis.
El principal de éstos es que el día anterior al asesinato hubo un fuego cruzado entre las células La Línea y Los Salazar, en la ciudad de Agua Prieta, Sonora, que dejó un muerto y un herido de bala, por lo que la célula de La Línea se movilizó en la zona de la sierra para frenar cualquier entrada de Los Salazar y confundió a las tres camionetas en las que viajaban los LeBarón.
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