El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) consumió el 33% de las reservas de gasolinas Magna y Premium para compensar la caída de producción interna y evitar un nuevo caos provocado por el desabasto de combustible.
Con la autorización de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), Petróleos Mexicanos (PEMEX), utilizó las reservas de gasolina disponibles en las seis refinerías del país y las terminales de almacenamiento terrestres y marítimas, para compensar la caída de producción.
En enero de 2019, durante el arranque del gobierno de AMLO, la mitad de las estaciones de gasolina de todo el país se quedaron sin combustible y se registró un desabasto sin precedentes en todo el país.
Con el pretexto de combatir la extracción y venta ilegal de los ductos de PEMEX (huachicol), el presidente López Obrador determinó inutilizar la red de combustible y utilizar autotransporte privado para la distribución del combustible en todos los estados del país.
La polémica medida de un gobierno con apenas algunas semanas en el poder provocó retrasos considerables en el abasto, largas filas de consumidores a la espera de atención en las estaciones de combustible y graves problemas en la continuidad de las actividades productivas.
Los opositores a la decisión presidencial censuraron la falta de planeación, la incapacidad gubernamental para atender la emergencia y, sobre todo, la indiferencia oficial a las necesidades de padres de familia, empresarios, comerciantes y distribuidores que vieron afectados sus ingresos y actividades debido a la crisis de desabasto.
Apenas el 22 de mayo pasado, López Obrador reconoció que durante semanas negó el desabasto de combustible y justificó el no haber admitido la crisis “por una cuestión estratégica y también porque tiene uno que andarse cuidando, porque a los conservadores no les importa nada, qué les va a importar que le vaya mal al país”.
Durante la conferencia de prensa celebrada hace seis meses, el mandatario mexicano presumió la consolidación de las reservas de gasolina Magna y Premium. “Yo no dije cuando la crisis (de desabasto) que llegamos a tener reservas de gasolinas sólo para una semana, y ahora tenemos reservas de 20 días, es decir, combustible suficiente en el país”, aseguró.
Aunque en aquel momento se fortalecieron los niveles de almacenamiento, incluso con importaciones de combustible, el gobierno de AMLO empezó a utilizar las reservas de gasolina a partir de agosto, entre la semana 32 y la 42 del año.
En mayo se importaron más de 576,000 barriles diarios, que sumados a la producción nacional de 240,000 barriles diarios fue posible disponer de 816,500 barriles de gasolina por día.
Datos oficiales de la Secretaría de Energía (SENER) indican que en el mismo mes, la demanda se situó en 785,200 barriles al día. Son esas reservas por más de 31,000 barriles fueron las que disminuyeron dramáticamente, con la baja en la producción del combustible.
De acuerdo a los reportes de la SENER, antes de que el gobierno utilizara los inventarios para evitar el desabasto de gasolina, la región del golfo presentó mayores niveles en la capacidad de sus inventarios, por 36.5 días; seguido por la región noroeste, con 13.7 días; la región noreste, con 12.3 días; la región norte, con 10.4; occidente, con 7.8 días; la región centro, con 5.5, y la región del sureste, con 5.4 días.
En los próximos días, la SENER dará a conocer los reportes correspondientes al mes de agosto, lo que permitirá confirmar el comportamiento de los inventarios, importaciones y demanda de gasolina en México.
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